¿el mejor sabor de helado? Tú (tqst Libro #3)

Helado

 

 

Triz

Miró con fastidio el cepo que estaba en la rueda derecha delantera de su coche y colocó las manos en la cadera. Iba a matar a Matt. ¡Ese rubio entrometido había inmovilizado su coche!

¿Así es como le agradecía dejarlo en paz durante una semana?

Bueno, puede que ayer hubiese creado una encuesta para que sus lectores votasen por la candidata que encaja más con él, pero ese no era motivo para colocar un cepo en la rueda de su coche. ¿Ahora cómo iba a llegar al lugar de las noticias? ¿Es que no entendía que tenía un periódico que dirigir?

Le pegó una patada al cepo, pero no pasó nada, esa cosa seguía pe- gada a su coche y ella tenía dolor de pie. ¡Maldito Matt!

Bien. Quitaría el cepo ella misma. No podía ser tan difícil. Con decisión, se dirigió a la parte trasera de su coche y abrió el maletero, pero para su enorme frustración solo encontró una enorme cartulina de color marrón con letras en negro y un dibujo de un chico rubio con unos gigantescos ojos azules.

—Ese chico sabe cómo hacerse odiar —murmuró tomando la car- tulina y mirando el dibujo de Matt con rencor—. No puedo creer que volvieras a violar a mi coche, eres un mezquino. ¿Y dónde escondiste mis herramientas?

Golpeó con el dedo la cara sonriente del dibujo y decidió leer el texto que había en la cartulina.

 

«Sí, he violado a tu coche de nuevo. Por tu bien, y sobre todo por el bien del resto de conductores, he decidido inmovilizar esta cosa que tú llamas coche y que hoy he evitado que arda (por tercera vez) de for- ma espontánea. Me niego a que tú, mi hermana y Dafne sigan yendo a clase en este trasto, a menos que sea aprobado por mí, por un taller competente y por unos mecánicos que no estén siendo chantajeados por ti. Así que el cepo se quedará ahí hasta que entres en razón o hasta que esa chatarra arda y yo no llegue a tiempo para evitarlo. En serio, Triz, ¡llévalo al taller!

Pd. He saqueado el maletero y me he llevado todas las herramientas para que no causes un destrozo intentando quitar el cepo, el resto de cosas me las llevé como venganza por publicar una encuesta sobre mi vida amorosa.

Con amor,

Matt.»

Estrujó la cartulina y la lanzó dentro del maletero, pero luego volvió a tomarla y miró al mini Matt con enojo.

—Eres insoportable —pegó con el dedo a la cabeza rubia del dibujo y se sentó en el maletero sin apartar la mirada del dibujo—. Y te pasas de sobreprotector, mi coche va perfectamente.

Miró el dibujo y se rio al darse cuenta de que el muñeco iba vestido de negro y que tenía unos ojos azules exageradamente grandes, de he- cho la cara era todo ojos, no le habían pintado ni nariz ni boca, pero con el pelo rubio disparado en todas las direcciones se veía lindo.

—Eres un Matt lindo, lástima que el de verdad sea un idiota entro- metido que no puede dejar de violar a mi coche; pero tú eres una mo- nada, voy a guardarte —aseguró guiñándole el ojo al dibujo, luego se puso en pie y dejó la cartulina dentro del maletero después de doblarla con cuidado para no dañar el dibujo.

Cerró el maletero y miró el cepo de nuevo. Iba a quitarlo, no sabía cómo, pero lo conseguiría. ¡Tenía demasiadas noticias que cubrir!

Escuchó el móvil sonar y lo sacó del bolso.

—Hola —saludó con efusividad a Bel.

 

—¡Hola! ¿Qué tal? Yo estoy bien, ¿sabes? Ayer fui con Evan a mirar regalos para Helena, pensaba que iba a ser muy incómodo y completa- mente extraño, y bueno, lo fue, porque ya sabes que cuando me pongo nerviosa apenas hablo, y encima no sabía qué decirle. Por suerte él se mostró agradable y pude relajarme un poco. Hicimos un par de bro- mas, pero sé que ya no es lo mismo, y la verdad es que no me gustaría perderlo como amigo, es una gran persona —habló Bel a modo de saludo—. Rompimos, pero es porque ya no nos queríamos, bueno al menos no de esa forma, sigo teniéndole cariño, pero ya no lo amo, aun así para mí sigue siendo una persona muy importante en mi vida. Me gustaría seguir viéndolo, ¿crees que estoy loca? Lo estoy, ¿verdad? Sé que lo estoy, cuando rompes con tu novio no quieres volver a verlo jamás y a mí me gustaría seguir siendo su amiga. Creo que pido un imposible.

Algunas personas pensaban que Bel hablaba demasiado, puede que fuera cierto, pero a ella le encantaba. Además, Bel era una de sus in- formantes secretas, siempre se enteraba de muchas cosas y enseguida la avisaba.

—No estás loca, y es completamente normal que sea extraño estar con Evan, ¿cuánto ha pasado desde la ruptura? —preguntó con serie- dad.

—Un poco más de un mes —aclaró Bel.

—A mí me costó cerca de diez meses volver a hablar con Héctor después de que decidiéramos romper —dijo recordando con tristeza aquella época.

Héctor había sido su primer amor, su primer novio, su primer beso, su primer todo. Así que cuando le dijo que iba a mudarse a México porque a su padre lo trasladaban en el trabajo prácticamente le rompió el corazón.

Ambos sabían que una relación a tanta distancia sería difícil de mantener, así que decidieron romper el día antes de que él se fuera, luego intentaron hablar por Skype y mantenerse en contacto como amigos, pero se le hacía demasiado duro verlo, así que cortó todo tipo de relación durante unos diez meses hasta que se vio preparada para enfrentarlo.

 

Por suerte, actualmente hablaban bastante a menudo y era uno de sus mejores amigos.

—¿Tú te llevas bien con Héctor? —preguntó Bel con esperanza.

—Sí, ahora es uno de mis mejores amigos, y el muy descarado me usa para investigar a su ligues; así que si tú y Evan ponéis de vuestra parte podéis seguir siendo amigos, eso sí, al principio va a ser extrema- damente raro, y Bel, no todo el mundo consigue ser amigos después de una ruptura, no quiero crearte falsas esperanzas —respondió con sin- ceridad viendo a lo lejos las figuras de tres adolescentes que reconoció al instante. Ya sabía quiénes iban a ocuparse del problema del cepo—.



#8915 en Joven Adulto
#34879 en Novela romántica

En el texto hay: humor, locura, amistad

Editado: 14.05.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.