¿el mejor sabor de helado? Tú (tqst Libro #3)

Enfrentando miedos

 

 

Matt

¡Por fin!

Había empezado a pensar que Dan no se lo preguntaría nunca, intercambió una mirada cómplice con Nora hasta que José decidió abrazarla por la espalda para hacerla sonrojar. Miró al castaño y le gui- ñó el ojo con burla, por lo que él se abrazó con más fuerza a Nora.

Paranoico.

Volteó de nuevo hacia sus amigos y no pudo evitar mirar por una fracción de segundo a Triz, quien tal y como esperaba lucía frenética y enfocaba con su móvil a Dan y a Sonia a la vez que indicaba a varios alumnos de Góngora que también grabasen la escena.

—¡La madre que te parió! —gritó Sonia mientras Dan enrollaba el trozo de pizza y trataba de comérselo, pero Sonia le dio un manotazo y cayó al suelo.

—Mi comida —lloriqueó Dan mirando el suelo con tristeza.

—Daniel.

—¿Qué?

—¿Acabas de pedirme que me case contigo? —preguntó Sonia       y Dan asintió con timidez.

—Solo si dices que sí, si la respuesta es no hagamos como que no ha pasado nada —comentó Dan con nerviosismo desviando la mirada entre Sonia y él, como buen amigo que era levantó el dedo pulgar en señal de ánimo y Dan le sonrió agradecido.

—Idiota —masculló Sonia y Dan la miró con desconfianza—. ¿De verdad crees que puedo decirte que no a ti? Eres mi gordito favorito.

 

—Fuertecito, era fuertecito —corrigió Dan levantando el dedo ín- dice para luego pasarse las manos por el cuello y sacar una cadena que llevaba escondida bajo la camiseta y de la que colgaba el anillo que todos ellos le habían ayudado a comprar—. Este es mucho mejor que el anillo único, porque aunque no me sirva para gobernarlos a todos me sirve para atarte a mí.

—No puedo creer que lo haya entendido todo e incluso me parezca tierno —murmuró Sonia apartándose el pelo hacia un lado para que Dan le colocase el collar. Una vez que lo hizo se apartó de ella unos pasos y la miró con orgullo mientras Sonia tomaba el anillo entre sus dedos—. ¿Así que esto era lo que me escondías?

—Esto y una muñeca hinchable con la que practicaba mi genial discurso con el que te haría llorar y querer violarme en plena calle

—indicó Dan mientras Sonia negaba con la cabeza.

—La muñeca la descubrí hace un par de días, mientras Marco y Matías te daban postre gratis yo estaba en tu casa intentando averiguar qué me escondías —habló Sonia levantando la mirada del anillo para centrarse en Dan—. ¿Era necesario vestirla con mi ropa?

—Totalmente, tenía que ponerme en situación —explicó Dan mientras Sonia ponía los ojos en blanco, momento que Dan aprovechó para tomar el anillo y la mano de Sonia—. No vale arrepentirse, ya te pusiste el collar.

—Y me pondré el anillo en unos años —indicó Sonia guiñándole el ojo, Dan sonrió antes de agacharse y besarla, por lo que todos los presentes empezaron a aplaudir y gritar hasta quedar afónicos.

Había pasado. Por fin había pasado.

Miró a Nora y ella le devolvió una sonrisa brillante, algo que no gustó nada a José, que frunció el ceño hasta que Nora le dio un beso en la mejilla.

¿En serio? Tenía un vídeo de él besándose con Triz, ¿cómo aún po- día seguir pensando que él y Nora iban a enamorarse mágicamente?

De reojo vio como Evan se frotaba los ojos a la vez que decía que se le había metido polvo.

Al otro lado del patio distinguió a los gemelos lanzando confeti junto a Lydia, Nayra y Eli mientras Aaron, Lucas y Diego aplaudían  y silbaban.

 

Buscó con la mirada a Triz y la vio dando saltos a la pata coja de un lado a otro mientras daba órdenes sin parar a la vez que sacaba de su bolso una libreta y se dirigía con decisión hacia Dan y Sonia, que ya habían dejado de besarse. Sonrió divertido y negó con la cabeza.

Pobres Dan y Sonia.

Iban a tener que soportar un horrible e interminable interrogatorio.

—¿Somos buenos amigos? —preguntó Nora y él se encogió de hombros.

—Pero solo por hoy —contestó comenzando a caminar hacia sus dos amigos seguido de Nora, que a su vez arrastraba a un enfurruñado José con ellos—. Y me debes una gran copa de helado por esto.

Nora asintió pero le sonrió divertida.

—¿Este había sido tu plan desde el principio o todo ha sido im- provisado? ¿Cuál fue el primer pensamiento que pasó por tu mente   al escuchar la proposición de Dan? ¿Cuándo os casáis? ¿Quién será el padrino? ¿Madrina? ¿Puedo ser dama de honor? ¿Qué se siente al estar comprometidos? —preguntaba Triz a toda velocidad sin ni siquiera respirar entre preguntas, Dan se rascó la sien y Sonia observaba con claros instintos asesinos a Triz, que lejos de asustarse estaba muy emo- cionada—. ¡A mis lectores va a encantarles esta entrevista! Y por fin puedo hablar sobre este tema, estaba llevando fatal guardar el secreto de tu pedida.

—¿Guardar un secreto? ¿Tú? —preguntó con burla metiéndose en la conversación—. De los presentes, que levante la mano quien se haya enterado por Triz de los planes de Dan.

Más de la mitad de los presentes levantaron la mano, por lo que miró a la peliblanca con diversión.

—Profesor Gutiérrez, a usted no se lo había contado, ¿qué hace levantando la mano? —gritó Triz con indignación, luego sacudió los hombros y lo encaró—. Bueno, puede que se me escapara y se lo con- tase a un par de personas.

—Quien dice un par de personas dice medio Góngora —indicó Dan al ver las manos alzadas de todos los tenistas.

—También lo sabía Poppy —afirmó Nora, y Triz comenzó a silbar mientras todos la miraban fijamente.

 

—Y mi padre —añadió José.

—Lo sé, está empeñado en hacer la tarta de la boda —dijo Dan.

—¿Hay alguien a quien no se lo contaras? —preguntó en broma a Triz.

—A  Sonia,  y  porque  la  mayor  parte  del  tiempo  huía  de  ella

—contestó Ann llegando con Dafne, que asentía con solemnidad—. Por cierto, os habéis cargado mi sorpresa, ¡sorpresa!



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En el texto hay: humor, locura, amistad

Editado: 14.05.2020

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