Al otro lado de la puerta secreta, Alex y Maya se encontraron en una cámara oculta bajo la posada. En el centro de la habitación, descubrieron una mesa antigua cubierta de polvo y documentos amarillentos, así como un cofre de madera tallada.
Con cuidado, comenzaron a examinar los documentos y descubrieron que contenían registros detallados de transacciones comerciales y negocios ilícitos que habían tenido lugar en el pueblo décadas atrás. Parecía que la posada había sido utilizada como un centro de operaciones para actividades criminales.
Mientras investigaban, escucharon pasos acercándose por el túnel. Con el corazón en la garganta, se escondieron detrás de la mesa y observaron mientras el hombre encapuchado regresaba a la cámara, seguido por varios ancianos del pueblo.
Con horror, Alex y Maya se dieron cuenta de que los ancianos eran los líderes del pueblo, aquellos que habían estado manteniendo secretos oscuros durante décadas. Parecía que estaban involucrados en el encubrimiento de las actividades criminales que habían tenido lugar en el pasado.
Mientras los ancianos discutían en voz baja entre ellos, Alex y Maya se dieron cuenta de que estaban en peligro. Decidieron que debían salir de allí lo antes posible y revelar la verdad al resto del pueblo, sin importar las consecuencias.
Sin embargo, antes de que pudieran actuar, fueron descubiertos por los ancianos, quienes los rodearon con expresiones sombrías en sus rostros. Con voz grave, uno de los ancianos advirtió a Alex y Maya que mantuvieran el silencio sobre lo que habían descubierto, o enfrentarían las consecuencias.
Editado: 21.03.2024