El viento soplaba suavemente entre los árboles mientras Alex conducía su viejo automóvil por el camino rural que conducía al pequeño pueblo de Woodsville. Después de meses de agitación en la ciudad, estaba ansioso por encontrar un refugio tranquilo donde pudiera concentrarse en su próxima novela.
Al llegar al pueblo, quedó cautivado por su encanto rústico y la sensación de paz que emanaba. Las casas de estilo antiguo se alineaban a lo largo de las calles adoquinadas, y la gente saludaba amablemente mientras pasaba.
Finalmente, encontró la posada que había reservado para su estadía y estacionó su automóvil frente a la entrada. Al bajar del vehículo, una brisa fresca le acarició el rostro, trayendo consigo el olor a madera quemada y hierba recién cortada.
Al entrar en la posada, fue recibido por el cálido resplandor de las luces tenues y el sonido reconfortante de la chimenea crepitante en la sala común. El propietario, un hombre mayor con una sonrisa amistosa, le dio la bienvenida y lo condujo a su habitación.
Mientras Alex desempacaba sus cosas, no podía evitar sentirse emocionado por la tranquilidad que le esperaba en ese lugar. Sin embargo, también se preguntaba qué secretos podía esconder un pueblo tan aparentemente pacífico. Con esa intriga en mente, se preparó para sumergirse en la historia que estaba a punto de comenzar en Woodsville.
Editado: 21.03.2024