CAPITULO II: Los Susurros En La Noche.

Después de instalarse en su habitación, Alex decidió dar un paseo por el pueblo para familiarizarse con su entorno. La luz del atardecer pintaba el cielo con tonos dorados y rosados mientras caminaba por las tranquilas calles adoquinadas.

Sin embargo, a medida que avanzaba, comenzó a percibir un ligero sentido de inquietud. Los habitantes del pueblo parecían mirarlo de reojo mientras pasaba, y podía sentir sus miradas furtivas siguiéndolo desde las sombras.

Decidiendo ignorar su paranoia, Alex continuó su paseo hasta que llegó al borde del bosque que rodeaba el pueblo. La oscuridad comenzaba a envolver los árboles, y los sonidos de la noche se filtraban entre las hojas.

De repente, un escalofrío recorrió la espalda de Alex cuando escuchó un suave susurro que parecía provenir de la oscuridad del bosque. Se detuvo y miró a su alrededor, pero no vio nada más que las sombras danzantes entre los árboles.

Intrigado, decidió investigar y se adentró un poco en el bosque, siguiendo el sonido del susurro. Sin embargo, cada paso que daba parecía llevarlo más profundamente en la oscuridad, y pronto se dio cuenta de que estaba perdido en el laberinto de árboles.

Justo cuando comenzaba a preocuparse, el susurro cesó de repente y todo quedó en silencio. Alex se detuvo, escuchando atentamente, pero no pudo detectar ningún sonido más que el latido acelerado de su corazón.

Con el corazón en la garganta, Alex se dio la vuelta y comenzó a retroceder por el camino que había venido, deseando desesperadamente encontrar la salida del bosque antes de que fuera demasiado tarde. Pero mientras caminaba, podía sentir la sensación de que algo lo observaba desde la oscuridad, esperando su momento para atacar.