Alex y Maya se adentraron más en el bosque, siguiendo un sendero antiguo que apenas se distinguía entre la maleza. Con cada paso, el aire se volvía más espeso y pesado, cargado con el peso de la historia que rodeaba al lugar.
Después de horas de exploración, tropezaron con una vieja cabaña cubierta de musgo y enredaderas. Intrigados, entraron y comenzaron a buscar entre los escombros y los trastos viejos en busca de pistas.
Fue entonces cuando Alex descubrió un objeto enterrado bajo una pila de escombros: un diario antiguo, cubierto de polvo y manchas de humedad. Con manos temblorosas, lo sacó y comenzó a hojear sus páginas amarillentas.
El diario estaba lleno de anotaciones y dibujos detallados, describiendo la vida en el pueblo hace décadas atrás. Pero lo que más llamó la atención de Alex fueron las entradas finales, que hablaban de desapariciones misteriosas en el bosque y de un tesoro perdido que yacía oculto en algún lugar entre los árboles.
Convencidos de que estaban en algo grande, Alex y Maya decidieron llevarse el diario consigo y regresar al pueblo para investigar más a fondo. Sin embargo, mientras caminaban de regreso por el sendero, una sensación de inquietud los invadió, como si alguien o algo los estuviera observando desde las sombras del bosque.
Editado: 21.03.2024