El misterio del alma de la muñeca

"Cena Familiar"

Henry sonrió al escuchar la respuesta de parte de Rose y observó los papeles que tenía en sus manos, su cuerpo estaba algo tenso, era bastante extraño que de repente aparecieran unos papeles los cuales eran supuestamente inexistentes, pero indudablemente también era extraño que una muñeca cobrará vida de la nada. Lo que más les convenía en ese instante si es que querían seguir jugando al mismo juego era no cuestionar los hechos y seguir con la siguiente jugada, iniciando con los trámites para el ingreso de Rose a la escuela.

Rose un poco desconcertada trató de romper el silencio que había en la habitación .—Perdón ¿Éstos papeles son tan importantes?

—Si, gracias por encontrarlos cariño—. Dijo Marilyn un poco más relajada tratando de restarle importancia a todo, por suerte para ellos el problema que tenían se había resuelto como por arte de magia.

Después de unos momentos la tensión que había en el lugar se deshizo, todos se relajaron un poco en el momento en que Rose habló, era innecesario preocuparla por cosas sin sentido.

—Hoy ha sido un día muy agitado, tu padre y yo iremos a descansar, cariño, si quieres puedes volver a tu habitación—. Dijo Marilyn dirigiéndose a Rose.

—Está bien, no se preocupen, por mí no hay problema, vayan a descansar un rato—. Contestó la joven rápidamente, ella también quería retirarse para poder seguir analizando un poco más las cosas sucedidas hasta el momento. De esta manera cada quien se retiró a sus respectivas habitaciones.

Rose hasta el momento seguía intrigada por el extraño comportamiento de la gente que la rodeaba, todos parecían saber algo que era desconocido para ella y quería descubrir que era, en ese mismo instante recordó a Imelda, la mujer de la limpieza que gritó horrorizada al momento de verla.

No lo pensó dos veces y se dirigió a buscarla en donde se encontraban los cuartos de los empleados, no sería muy difícil encontrarla ya que solamente Imelda y Marion trabajaban en la casa. Con una gran confianza de que ella podría decirle algo acerca de lo que estaba sucediendo, empezó a revisar cada una de las habitaciones, hasta dar con la de Imelda.

Ya estando ahí comenzó a tocar la puerta con un poco de inseguridad y con una voz un poco tímida comenzó a hablar .—Buenas tardes ¿Está aquí? Me gustaría hablar con usted, si me lo permite.

No pasó mucho tiempo para que Imelda saliera, aunque no se le miraba muy dispuesta a querer ayudar a nadie, de hecho, se le veía de muy mal humor, cosa que se confirmó en que en cuanto salió de su habitación y miró a Rose refunfuño y se delimitó a azotarle la puerta en la cara.

A los pocos minutos la mujer volvió a abrir la puerta para verificar si Rose se había ido después de haberle hecho ese tan claro desplante, pero aún seguía ahí, parada, esperando poder hacerle unas cuantas preguntas. Imelda a pesar de no ser muy acomedida esta vez no le cerró la puerta de lleno en la cara, aunque tampoco tuvo el mejor comportamiento del mundo, se colocó una mano en la cintura y con voz alzada preguntó .—¡¿Qué quieres?! Estoy ocupada”

Rose ya se empezaba a asustar un poco por el comportamiento que estaba recibiendo, al parecer la visita que pensó hacer no fue mucho del agrado de Imelda, pero no tenía pensado retirarse, en verdad quería saber si ella tenía información que pudiera ayudarla para eliminar parte de sus preocupaciones.

Imelda por su parte se sentía muy intranquila, ya que no quería que Rose siguiera ahí, prefería que se fuera lo más rápido posible, así que sus acciones se tornaban muy impulsivas .—¿Qué quieres? ¡No tengo tu tiempo!—. volvió a preguntar muy molesta.

—P-perdón por molestarla, solamente tengo algunas dudas sobre algo y quería preguntarle algunas cosas—. dijo Rose tímidamente con la cabeza gacha.

—¡¡VE A PREGUNTARLE A ALGUIEN MÁS!! ¡¿NO VES QUE SOY UNA PERSONA MUY OCUPADA?!—. Contestó la sirvienta ya gritando, estaba completamente desesperada por que Rose se fuera.

La joven ya indignada por el mal trato poco accesible que estaba recibiendo decidió retirarse ahí en paz, entonces, con una voz temblorosa empezó a dar las gracias .—Bueno… Gracias por haberme atendido, tal vez le debí de haber preguntado a mamá desde un principio, perdón por molestarla” Se dio la media vuelta y comenzó a avanzar lentamente.

Imelda palideció al escuchar que Rose menciono que le haría las preguntas a Marilyn mejor, el momento en que Marilyn se enterase de como trató a su “hija” se quedaría sin trabajo inmediatamente, así que analizando bien la situación decidió detenerla .—¡¡Espera!! Tal vez puede hacer un poco de tiempo para atenderte, de todas formas, no son muchas preguntas ¿no es así?



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En el texto hay: tristeza, enigmas, esperanza

Editado: 30.05.2021

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