Nick y Steven corrían por los pasillos del barco, esquivando a los guardias que les perseguían. En un momento, Steven se detuvo y señaló unas catanas colgadas en la pared.
"¡Nick, mira eso! Podemos usar esas catanas para defendernos," exclamó Steven.
"Bien pensado. Yo iré por ellas, tú distrae a los guardias," dijo Nick.
Steven asintió y se lanzó contra los guardias, gritando y llamando su atención. Nick aprovechó la distracción y corrió hacia las catanas.
"¡Con permiso, señoritas!" decía Nick, mientras esquivaba a las chicas secuestradas que se cruzaban en su camino.
Finalmente, Nick llegó a las catanas y las tomó en sus manos.
"¡Ja, idiotas! Ahora sí verán quién manda," dijo Nick, sonriendo y lanzándole una catana a Steven.
Los dos amigos comenzaron a pelear ferozmente contra los guardias, utilizando las filosas espadas para mantenerlos a raya.
Mientras tanto, en la habitación de Alexander, el capitán estaba besando a una aterrorizada Ashley, cuando de pronto escuchó el alboroto en el lobby.
Alexander soltó a Ashley y tomó el micrófono.
"¡Muchachos, hay dos locos con catanas en el lobby! ¡Deténganlos!" gritó a través del intercomunicador, enviando a más guardias a enfrentar a Nick y Steven.
La batalla se intensificaba, y Nick y Steven se preparaban para hacer frente a los refuerzos que se acercaban. ¿Lograrán escapar de esta peligrosa situación?