El inicio de un todo

—¡¿Cómo puedes hacerme esto?! —exclama una mujer, dirigiéndose hacia mi acompañante mientras interrumpe la cena.

—Disculpe, ¿puedo ayudarla en algo? —respondo, intentando entender la situación.

—Eres una descarada, ¿cómo te atreves a dirigirme la palabra? —tras expresarse de forma muy despectiva, decide golpearme con su bolso. Acto seguido, se digna a desaparecer de mi vista; simplemente se fue después de armar un escándalo. Como era de esperarse, el chico que había venido conmigo fue tras ella, sin darme la mínima explicación de lo sucedido, como si no valiera nada...

Pero, ¿qué es lo que traía en el bolso? Tal vez una roca, no estoy segura; solo sé que debo conseguir un ungüento o algo para aliviar el dolor. Sin embargo, mi dolor no ha sido solo físico: esta noche han manchado mi nombre y, sin haber tenido culpa alguna, jamás me interesaría por una persona comprometida. En realidad, la única razón por la que acepté este encuentro fue porque estoy muy sola. Tengo un grupo de amigos como cualquier estudiante universitaria, pero no llenan el vacío que siento; además, ellos siempre salen en pareja y me dejan de lado. Por eso creí que, si conseguía a alguien exclusivamente para mí, podría estar mejor o incluso integrarme en los planes de mis supuestos amigos.