He pasado algunos meses sin tensión, deseando sólo vivir el momento sin pensar en cualquier avalancha que pueda traer el tiempo. Todo parece marchar bien en la medida de lo posible, los ataques hacia mi pobre alma se detuvieron desde aquel día, cada domingo voy a la misma parroquia para asistir a la misa aprovechando para agradecerle al sacerdote quien se ha convertido en mi guía espiritual.
Estoy tumbada en el sofá cuando mi teléfono suena insistentemente, entonces pauso el programa que estoy viendo en la TV para contestarle a mi hermana.
–¿Necesitas más ayuda con tu tarea? -es lo primero que digo puesto a que siempre la apoyo en ese tema.
–No es eso. Estoy haciéndote una sorpresa. -susurra.
–Y si es una sorpresa, ¿por qué estás llamando? - respondo.
–Porque ya no es sorpresa. Y necesito que vengas a recogerme porque no conozco las calles de Londres, aunque Connor está intentando ubicarse, pero no recuerda mucho. -suelta el terror.
–¿Cómo que Connor está contigo? ¿Cómo sus padres han accedido? -empiezo con las preguntas.
–No tengo ni la menor idea de cómo lo ha conseguido, pero aquí estamos. Mamá sabe que nos quedaremos contigo. -afirma.
–¡No puedes estar aquí! Es el peor error, no debiste venir. -grito al teléfono por impulso. Sin más demora corta la llamada.
Intento llamarla de nuevo, pero ella no responde, no quiere responder. No debí hablarle de esa forma, no es su culpa que esté tan alterada. Decido salir a buscarla directo al aeropuerto y luego a los alrededores, pero después de levantar cielo y tierra es imposible encontrarla. Minutos después mi madre llama para saber cómo está yendo todo, no tengo más opción que mentir, cómo se supone que le explique que he perdido a Macky en una ciudad tan grande. El peligro asecha y no puedo contenerlo, de inmediato me comunico con Connor para ponerlo al tanto de todo, él intenta comprenderme, aunque le haya pedido algo tan grande como el hecho de quedarse en casa hasta que pueda encontrar a mi traviesa hermana. Esto me deja un poco más aliviada.
Horas más tarde reanudo la búsqueda, esta vez con algunas patrullas que se han dispuesto a ayudarme, pero realmente no hay rastro, lo que más me preocupa es no saber por cuantos días podrá solventarse ella misma con el presupuesto que ha traído.