Capítulo 21

Finalmente, hemos vuelto a Belfast. Solo quiero encerrarme en mi habitación y no ver a nadie en los siguientes meses. Sin embargo, no creo que sea posible con la extraña visita que me acabo de topar tras la entrada.

—¿Quiénes son ellos, mamá? —me refiero a unos hombres que van de blanco. Observo a Stephanie a su lado.

—Ellos van a llevarte a un lugar donde puedan ayudarte —asegura mi madre mientras llora. Jayden no entiende nada, y yo tampoco. Sé que les informó que vendríamos, pero... ¿qué clase de circo es este? Sin darme más tiempo para pensar, aquellos sujetos deciden acercarse y apresarme como a un animal salvaje. Enseguida les ordeno que paren, pero hacen caso omiso. Jayden intenta ayudarme, pero mi madre se lo impide y lo lleva a un lado para explicarle lo que sucede.

—¡Esto es ilegal, no pueden hacerlo! ¡Tengo 22 años, tomo mis propias decisiones! —exclamo.

—Sé que está siendo difícil para ti, pero resignarte será lo mejor —interviene Stephanie.

—Te he dicho que es ilegal, Steph. ¿Por qué haces esto? —ruego una explicación.

—Conseguí una orden médica de una amiga a la que le conté tu caso; esto es totalmente legal —me informa.

—Macky, tú debes recordar a tu novio, ¿verdad? A Connor. Diles que es real —recurro a mi única salvación.

—Me gustaría ayudar, Cadence, pero no puedo mentir; es para tu bien —como era de esperarse, no lo recuerda.

—Te lo ha dicho, Cadence. No existe el tal Connor. Deja de resistirte —mi supuesta amiga se niega a guardar silencio.

—¡Puedo probar que no miento! Tengo una foto en mi teléfono —digo mientras miro a mis opresores para que me suelten. Cuando lo hacen, busco la fotografía en el teléfono.

—Es esta. La publicó Macky días después de que Stephanie y yo lo hayamos conocido —les muestro la foto.

—Ahí solo está Macky —asegura mi madre. Vuelvo a ver el teléfono y es verdad. Pero, ¿cómo ha podido desaparecer si apenas hace un segundo lo vi? Estoy condenada.

—¿Qué es lo que les has dicho? ¿Puedo siquiera saberlo? —me dirijo a la principal acusadora.

—Les conté de la charla que tuvimos después de haber ido al centro comercial. Te dio un ataque y me dejaste sola con tu hermana. Tu explicación fue que el amigo de Macky te había asustado porque era la misma persona que tu compañero de clases. Y no había nadie ahí, solo éramos nosotras tres —dice al fin. Acto seguido, da la orden para que me retengan nuevamente, pero esta vez me trasladan hacia afuera.

Mi hermano se libra de mi madre y viene a mi encuentro; le da una golpiza a uno de los sujetos, y entonces este lo observa fijamente. Le ruego a Jay que se calme y a aquel tipo que no tome represalias legales, pues sé que no se puede hacer nada, y lo último que quiero es meter a mi hermano en problemas.