El modelo perfecto del amor

Nueve

Ethan

—Es raro verte de nuevo —comenta Sebastián mientras raya el queso.

Estamos en la cocina de la casa de los Lee, haciendo macarrones al ser algo fácil y rápido, tampoco podía darle algo de cenar tan pesado.

—Todo se siente igual para mí. La casa no ha cambiado mucho, Daniel sigue siendo el mismo y ni hablar de Luke y tus hermanas.

—Luke es Luke.

Eso no puedo negarlo.

—Con esas explicaciones... —murmuro — No rayes todo el queso, solo será para tí y Sel. A menos que quieras dejarle algo a Daniel.

》No ví su coche, ¿está de viaje?

Niega con la cabeza.

Sebastián es un adolescente bastante tranquilo y ocupado, seguramente en su etapa rebelde le sacará canas a Daniel y pondrá de nervios a Sel.

No cabe duda de que pertenece a los Lee, tiene esos rasgos de su papá y de su hermano, los ojos de su madre que heredaron también sus hermanas, esos que a Sel le encantan.

—Aviso que llegara tarde, seguro comió por allá porque sabe lo que le espera si Alina o Gi se enteran.

—Las chicas siguen mandando por aquí, ¿eh?

—Ellas solo nos cuidan, entonces... ¿Planeabas una cena donde no ibas a cenar?

—Ujum, pero no se lo digas a tu hermana.

Un silencio se hace presente mientras preparamos la pasta, por la ventana se puede ver que la luna y unas cuantas estrellas brillan en el cielo

Se sirve el mismo cuando esta listo y se sienta frente a mí.

—Actuas como si aún la quisieras. —murmura de manera distraída, come mientras una serie se reproduce en su celular.

Su comentario me toma con la guardia baja y dudo como contestarle.

¿Cómo se le dice al hermano menor de tu ex que fuiste un imbecil con ella? ¿Y cómo se le dice que tiene razón?

—Siempre la voy a querer, es alguien importante.

—Veo como Anastasia la ve, como una hermana pero también veo cono Ana ve a Luke; tu tienes esa mirada.

—Anastasia ve a Luke como un amor imposible.

—En algún punto Gethan fue posible.

Rio mientras lo observo teclear algo en el celular.

—Tu hermana piensa que ese nombre es horrible.

—Es solo... demasiado extraño. —contesta con una mueca. —Me gusta, si suena raro y eso pero es genial.

Me tiende un vaso con jugo y sorbo con paciencia, no planeaba contestarle directamente y cambiar el rumbo de la conversación es mejor alternativa.

Ni él, ni yo hacemos más comentarios al respecto, mejor.

—Deberíamos ir a verla —comenta tras terminar.

Le doy la razón para después caminar hasta la sala donde la vemos recostada y completamente dormida, toco con mi mano su mejilla, su piel se encontra helada y la nariz sonrojada.

—¡Pido despertarla!

—No bromas pesadas a tu hermana, Sebastián. ¿No deberías estar dormido? Hola, Ethan. Me preguntaba de quién era el coche de afuera, creí que Giselle había perdido la cabeza y cambió su coche — csaluda Daniel al llegar, cierra la puerta tras de sí.

Luce cansado y con ganas de solo dormir pero aún así mantiene un gesto de diversión en su cara.

—Hola, Daniel. ¿Día cansado? Dejamos su coche en la agencia.

—Día cansado —afirma mientras se recuesta en el posabrazos del sofá —Parece que también lo fue para ustedes.

Sebastián hace una mueca.

—Algo, ¿Alina y Luke ya te llamaron? —cuestiona el menor, mientras yo me pongo de cuclillas para estar a la altura de Sel.

—Si, le marco primero a tu hermana pero no contesto.

—Se apago su celular, a mi no me llamaron.

—Ambos pensaron que estaba apagado porque estaban en el cine, no quisieron molestar pero vuelven en unos días.

Volteo a ver a Daniel aun en la misma posición.

—¿Puedo llevarla a su habitación?

Por el rostro de Daniel se cruzan varios sentimientos, confusión, duda y luego comprensión. Seguro debe estar pensando en ¿por qué dejaria a su ex-yerno subir a la habitación de su hija? Y más si ella se encontraba completamente dormida, mientras que el hermano menor solo trata de esconder una sonrisa socarrona mientras disimula ver su celular.

Iba a ser muy extraño si decía que no pero para mi suerte me señala el pasillo.

La cargo con cuidado al estilo nupcial, uno de mis brazos sostenía sus piernas y con el otro su espalda. La pego a mi pecho para evitar que se lastime el cuello, les doy un vistazo.

—¿Misma habitación?

—La misma, cuidado con las escaleras.

—Claro.

Camino con cuido y más cuando me toca subir las escaleras, Sel pesaba menos de lo que recordaba — quizás solo era cosa mía —y note una vez más que la casa es lo suficientemente grande para vivir cinco personas y un poco más pero teniendo un adolescente en casa seguro todo el espacio es bueno si se trata de una reunión, la puerta de su habitación esta cerrada y batallo un poco en encontrar la perilla para después entrar, la acuesto con cuidado en la cama. Jalo de su frazada para taparla solo un poco y cierro su ventana, el aire ha dejado bastante fresca la habitación.

El lugar sigue igual, alcanzo a reconocer una libreta donde apuntaba sus proyectos o al menos lo hacía cuando estábamos juntos. Ella sigue siendo la misma, pero yo ya no.

Tras ese invierno las cosas habían cambiado bastante.

Dejo un beso en su frente, se remueve  despertándose un poco.

—Vuelve a dormir, ¿si?

Murmura un quejido.

—Tu pue... ¿puedes... mandarme un... mensaje? —pide bajito.

No me sorprende su petición, es lo que hace para evitar preocuparse y más si es de noche.

—No te preocupes, te avisaré de que llegue bien.

—Gra...cias

Su respiración vuelve a sincronizarse poco a poco.

Me dirijo a la salida cerrando con delicadeza la puerta, en la sala se escuchan las voces de las únicas personas despiertas aún.

—Alina prometió llegar a tiempo.

—¿Y luke?



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En el texto hay: humor romance juvenil, romance drama

Editado: 20.01.2021

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