El modelo perfecto del amor

Veinte

Giselle

—Mira, Thais tiene pensado en que podemos expandirnos a lugares cercanos pero nos habían dicho que igual puede ser otra en la ciudad...—tomo de mi té helado, antes de continuar.

Ethan me escucha atento y me hace muy feliz que se interese en esto tanto como yo.

—Pero tú no quieres eso, es como ¿exponerlas? —deduce, asiento conforme.

Crecemos de buena forma y por eso, no queremos estancarnos y menos si podemos ayudar en otros lugares. Significa mucho para mí, es demasiado importante que logremos expandirnos porque muchas personas que no se sientan cómodos o seguros en la cuidad podemos direccionarlos a otro lugar.

Su mano sube y baja masajeando mis piernas que están en su regazo, mi espalda choca con el respaldo del sillón en forma de ele, suelto un suspiro cuando hace la presión justa, estos pantalones fueron una mala idea pero si la recompensa es el masaje, creo que lo tomo.

—Sigue.

—Oh, si, ah... —sacudo mi cabeza, llevo un trozo de fruta a su boca y come, sonrío divertida de que esté actuando como un niño pequeño. — Susy me apoya al igual que la mayoría de las demás chicas pero al final tendremos que armar bien el plan y presentarlos a los inversionistas. Después de todo, no estamos solas en esto y necesitamos de su apoyo.

—Suena bien, ¿cuándo hablaras de eso?

Hago cálculos en mi mente, tengo que trabajar en el evento de su aniversario y no sé si Crista ha agregado más cosas que hacer en mi agenda, también tengo un par de reuniones y las salidas con Ethan pero todo debería de estar listo para dentro de unos dos meses y medio, siempre en la misma fecha de la creación de Thais.

—La invitación para el evento se mandará dos semanas, y también se les notificará de eso el día del aniversario —llevo una uva a boca, una de sus manos me abandona para tomar de su jugo.

—Lo harás bien, respecto a la expansión también creo que es lo mejor pero tienes que ver sobre lugares y tener a alguien de confianza que se encargue de ello porque no creo que tú te encargues de ese también.

—Si y no, lo haré a lo lejos pero si necesito la presencia de alguien allá, Susy esta dispuesta dice que necesita un cambio de aires y le vendrá bien pero entonces alguien debe de cubrir su turno aquí.

—Asumo que buscaras a alguien para ello.

Hago un puchero, su dedo índice toca mi nariz suavemente antes de continuar con su masaje, quizás es un poco raro debido a que estamos desayunando en la plaza pero es que la verdad es un buen lugar y repito: estos pantalones me están matando. Él tiene algo que se realmente grasoso con jugo y yo frutas con yogurt y un té, porque si sigo rompiendo la dieta estoy segura de que Héctor lo notará, además de que no me he aparecido demasiado por el gimnasio.

—No quiero hacerlo, ese lugar se lo gano ella y dárselo a alguien más es difícil —expongo, ahora es su turno de llevar comida a mi boca.

—Puedes poner a prueba a las personas que estén dentro de la organización, tanto las que quieran como también en un orden de jerarquía para que sea justo ¿no lo crees?

La idea me gusta, no el que básicamente las ponga a competir pero es más justo que contratar a alguien externo al lugar.

—Lo pensaré —contesto, enarca una de sus cejas y termino por rodar los ojos —Si, quizás sea exactamente lo que haré.

—De nada, corazón.

Llevo el contenedor del té a mi boca evitando que note mi sonrisa, parece no notar lo que dijo así que tampoco se lo hago saber.

—Tan modesto —murmuro, ríe al escucharme haciendo que sus ojos se vean pequeñitos y su sonrisa se ensancha.

Si, Ethan no tiene hoyuelos al sonreír, pero cuando lo hace, no luce mal, obviamente, no se lo digo, no voy a confundirlo si suelto algo así solo porque sí.

—¿Y cómo vas con la demanda? —cuestiono picando un poco de fruta con mi tenedor. Me ignora mientras come, ruedo los ojos, le doy un suave golpe en la frente —Oye, yo te hable de Thais, ni siquiera pido detalles solo saber que tal.

—Estamos en eso.

Entrecierro, nada convencida con su respuesta, toma su hamburguesa/sándwich o lo que sea que sea eso y lo guía hasta mi boca, aprieto mis labios negando, haciéndome para atrás.

—Abre la boca.

Iba a reprochar que no quería nada pero hacerlo significaba hacerle caso, así que suelto un sonidito lo más cercano a una queja.

—Vamos Sel, no pasa nada por una mordida.

¿No? ¡Ja! Eso podría decírselo a cualquiera persona del gimnasio y lo vería horrorizado, personalmente me encantan pero enserio, si llego a comer algo así más de un bocado tendré que aumentar las horas en aquel lugar que justo ahora no tengo.

—Ni siquiera deberías de estar comiendo eso.

Porque es peligroso y grave para él.

—Es la primera vez en bastante tiempo.

¿Cuándo aprenderás, Ethan?

—¡Ya te dije que...! —en medio de mi exclamación, aprovecha a introducir una porción de comida.

Me rindo, muerdo para que pueda quitarlo de mi boca y levanto una mano para evitar tirar el contenido en exceso, escucho su risa mientras trato de no ahogarme, sería ridículo que muera así.

Lo cierto, es que el sabor es muy bueno, siento lo crujiente y suave de la carne, creo que tiene queso, la grasa en mi paladar y una explosión de sabores.

Mastico lo último que me queda, doy un sorbo a mí té, volteo a verlo, Ethan luce en extremo relajado, divertido y puedo jurar que hasta radiante, le doy una mala mirada que solo hace ensanchar su sonrisa.

—¿Qué? —cuestiona de manera inocente.

—Eres de lo peor.

—Ahora dilo sin llorar.

Limpio una falsa lágrima y finjo una sonrisa demasiado obvia.

—Vamos, que lo disfrutaste.

—No lo niego —me encojo de hombros, dejo a un lado mi comida, comí suficiente para ser un desayuno.

Tomo aire para no enojarme, al conseguirlo mi mirada recae en él.



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En el texto hay: humor romance juvenil, romance drama

Editado: 20.01.2021

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