Giselle:
Tanto Susy como Crista agradecen cuando decido dar por finalizada la reunión de hoy.
Llevamos todo el día viendo el próximo evento. Crista, como mi representante tiene que estar al tanto de mis apariciones y también le gusta ver cómo me toca manejar a mí lo que ella hace mayormente conmigo, lo disfruta, es mala disimulando que no lo hace.
El calor resulta insoportable y estoy tentada en irme a casa antes de que lleguen por mí, pero mis suposiciones se quedan en eso cuando veo a lo lejos a mi hermana menor junto a Olivia, una chica que acaba de entrar a trabajar con nosotros.
Alina luce feliz, sus ojos azules brillan bastante y me pregunto que la tendrá así ¿nuevo contrato? ¿Nuevo viaje? pero en cuanto esta enfrente de mi me abraza y se aleja demasiado rápido.
—Empiezo a preocuparme por ti, ¿qué sucede?
—¡Vamos! ¡No seas cruel! —su sonrisa se expande — Te he extrañado demasiado.
Yo también lo hago, seguido, pero entiendo que es su vida y la hace feliz, nunca he visto de cerca lo suficiente a involucrarme lo que ella hace, pero lo hace bien y la hace sonreír.
Y claro que no soy cruel, ¿cierto?
—Basta de sentimentalismos —interrumpe Luke, entrando sin su usual traje que hasta me resulta raro verlo así —, tenemos que irnos sino quieren llegar tarde.
Enarco una de mis cejas, él solo se encoje de hombros como si no hubiera dicho algo anormal. Luke es puntual, claro que sí, pero es raro si se trata de ir a la casa de los Luna porque es una reunión familiar y la familia somos todos nosotros.
—Debo de soñar para que tú digas eso.
Rueda los ojos con diversión y falso fastidio, tira de la mano de Alina y luego hace lo mismo antes de plantar un beso en nuestra frente, respectivamente.
Ahora sí que estoy preocupada por lo que es Luke, ¿ahora qué hizo para estar así?
No me da tiempo de nada porque sale arrastrándonos, Alina solo ríe mientras hago señas a Olivia para ver si me puede dar mis cosas antes de que el ahora incoherente de mi hermano, me termine de arrastrar.
—Gracias —musito al sostener mi bolsa, Olivia da un asentimiento antes de irse y es cómo puedo seguirle en paso a estos dos —¿Qué hacen aquí? Enserio, esto no es muy normal...
—Venimos por ti.
—¿No estás viendo? Tenemos una reunión que asistir.
Los dos hablan al mismo tiempo que sus palabras se revuelven antes de ser claras, pero eso no es lo que despierta mi estado de emergencia.
—¿¡Dónde está Sebastián!?
—Te dije que su instinto de mamá saldría pronto — Alina asiente con una sonrisa.
—Yo pensé que tardaría más pero ya veo, Gi está lista para tener bebés.
Si hubiera estado bebiendo algo seguramente me estaría ahogando justo ahora.
—¿Qué sucede con ustedes? —niego impactada por lo descabellados que son esos dos —¡No bebés, ni siquiera he tení...!
La mano de Alina viaja a mi boca, callándome mientras Luke hace una mueca y se estremece, creo que él ha imaginado toda una escena.
—Acabas de perturbar mi día —su cara aún mantiene el gesto.
Retiro la mano de mi hermana, ella se limpia en su ropa al sentirla mojada, pero es que se lo buscó.
—¡Y tú el mío! —es lo que digo, Luke en serio necesita un filtro.
—¿Por qué tardan tanto? — pregunta Sebastián, quien apenas va entrando a recepción.
Luke me suelta y pone a Alina como escudo, sino tenía un culpable ahora sí.
Sabe lo que ha hecho, lo sabe bien. ¡Sebastián debería estar en clase! ¿Cómo es que si yo firmo la carta compromiso ellos pueden ir por él sin que yo sea notificada?
—¡Lo sacaste de clases! —entrecierro mis ojos hacia él, con la confianza que acaba de tomar deja ir a Alina.
—Él no se opuso.
—¿Por qué siempre hablan de mí como si no estuviera presente?
Alina le dice que guarde silencio antes de que sea el turno de que Sebastián me dé una explicación de cómo no me llamo o la escuela permite esto.
—Claro que no lo iba a hacer —doy un vistazo al niño no tan niño de quince años que me sonríe con inocencia —. Por él, encantado.
Parloteo un poco más sobre lo que no deberían hacer hasta que subimos a la camioneta donde no me sorprendo al ver a papá al volante, solo largo un suspiro antes de besar su mejilla.
En el transcurso del camino papá se excusa de que al también lo sacaron del trabajo con alguna mentirilla, Sebastián me habla sobre que le hubiera gustado que lo sacaran antes y no en su clase favorita pero que no se puede quejar demasiado, Luke, por su parte se mantiene conversando con Alina de si su agenda coincide para viajar juntos.
Al llegar, lo primero que hacemos todos es poner un pie sobre el piso, mi hermano menor se adelanta tirando de mi mano para seguirlo mientras que el resto, por sus pisadas, asumo que se quedan atrás, dejo de sentir la fuerza al ser casi arrastrada cuando por fin alcanzamos la puerta y el timbre no se hace esperar tras ser tocado.
Me siento feliz, hace mucho que no nos juntábamos todos y mucho menos con los Luna, creí que esto no sucedería jamás y debo de aprovecharlos ahora que puedo.
Sebastián se inclina para presionar el timbre, lo atraigo a mí en un abrazo y ambos esperamos, no pasa mucho tiempo cuando vemos a Erick quien se hace a un lado para que Sebastián entre corriendo luego de saludar.
—Nada como un alma joven —murmura viendo como el niño de quince años se pierde entrando por una puerta, su vista recae en mí.
—¿Debería sentirme ofendida? —bromeo con una sonrisa —Ethan igual, somos de la misma edad. No somos tan grandes, ¿qué son veintitrés años?
—Dímelo tú, Gi — señala con un movimiento el interior de la casa —. Lana está peleando con mi hijo sobre como él no la deja comer lo que ella quiere, ¿puedes ayudarme? —Suelta un suspiro, niega antes de volver a sonreír — Me están enloqueciendo.