El Muerto

Capitulo 6 Lucia 2

Capitulo 6

Lucia 2

1

La vida se compone de ciclos, siempre hay un principio y un final, desde el llanto del recién nacido que es el primer canto a la vida, un canto que en determinados momentos va acompañado de lágrimas tanto de alegría como de dolor hasta el último suspiro que es el postrer acto de vida y que enmarca el regreso del alma al mundo espiritual.

Por lo general navegamos entre los colores claros del bienestar y la alegría o los colores oscuros de la tristeza la depresión y el hastió sin embargo hay un inmerso mar de los colores grises de la cotidianidad donde sabiamente tenemos que lidiar con un altibajo de emociones encontradas y buscar su equilibrio porque si este equilibrio no se da este mar de se torna turbio turbulento hasta asfixiarnos y hacernos perder el deseo de vivir.

A los tres años de su relación con Rodrigo, Lucia era muy feliz él era todo lo contrario a lo que se imaginó después de esa primera impresión cuando él le llamo fea, “feíta” le decía de cariño ahora y ella gustosamente lo aceptaba, resulto ser un tipo romántico detallista, en cada uno de sus cumpleaños no dejaba de enviarle una docena de rosas rojas y extensas cartas de amor que iban dentro del ramo detalle agrandado más cuando a sus amigas sus novios no les dejaban más que mensajitos por celular con una que otra cursilería torpemente redactada y finalizaban con una invitación al cine o a cenar.

La que más recordaba con cariño y había dejado una profunda huella de ternura en su alma fue la vez que le llamo para verla de urgencia porque tenía algo que confesarle, la voz tras el teléfono sonaba inquieta, alterada y ansiosa.

—Luci amor estas ocupada? Dijo la voz temblorosa de Rodrigo.

—Algo Rodri, estoy haciendo tarea- hubo un silencio que la preocupo—Porque, ¿te pasa algo?

—Hay algo que debo confesarte y necesito hacerlo ahora, es urgente pero si estas ocupada puede esperar.

—De que se trata dime, adelántame algo- Rodrigo no dijo nada y se escuchó un profundo suspiro del otro lado del teléfono. —Amor me estas preocupando, ¿dónde quieres que te vea?

—Te veo en la arboleda amor, frente al snack al lado del árbol grande, donde están los rosales, no tardes por favor cielo, te espero bye.

Y colgó eso la dejo llena de zozobra de angustia, solamente se arregló el cabello se despidió de su madre y se encamino a ver a su Rodrigo, por el tono de su voz algo grave le estaba pasando, ¿qué es lo que tenía que confesarle? Iría a terminar con ella? No no eso no imposible, quizá se habían vuelto a pelear sus padres y andaba deprimido por eso, si seguramente era eso y le vino a la memoria la vez que llego con un ojo morado y se quedó petrificada al saber que había sido por un golpe de su padre, cuando él se metió a defender a su madre en una de sus constantes llegadas tardes por noches de borracheras, si seguramente era por eso, y ella lo amaba y ella tenía que estar ahí para esos momentos dolorosos así lo aprendió de su madre y así es como debía de ser.

Cuando llego al lugar donde la cito lo observo de lejos, fumaba nerviosamente traía su cabello largo peinado de lado alborotado por los ligeros ventarrones de la tarde que le daban una especial frescura al dia, portaba unas botas negras viejas pero muy cuidadas de las que estaba muy encariñado, por lo demás vestia casual unos jeans y un jersey de un equipo local de futbol, estaba recargado en el gran árbol a la protección de su sombra, dio una bocanada al cigarrillo cuando se dio cuenta que se aproximaba.

Rodrigo al verla tan cerca tiro el cigarro lo piso, abrió sus brazos para recibirla y ella se abalanzo sobre el fundiéndose en un cálido abrazo tierno y en cierto modo asfixiante pero de una sensación agradable, ­- la combinación de juventud e inocencia dan a la vida experiencias únicas que trascienden el paso de los años y que con gratitud son evocadas en los postreros años de la existencia porque son las bases de las que se toma la fortaleza para enfrentar la cotidianidad, los retos y tragedias que nos pueda guardar el futuro siempre incierto pero tan lleno de retos como de alegrías.-

— ¿Qué es lo que te paso amor cuéntame, que es eso que debes confesarme? me dejaste asustada. —dijo ella escudriñando en busca de alguna respuesta en los profundos ojos negros de él.

Tomo la linda carita de ella entre sus manos le sonrió mientras disfrutaba el aroma de la esencia de su chica y sin dejar de verla fijamente, disfrutando como ella se sonrojaba le murmuro al oído:

—Lo que debo confesarte amor es algo serio, bueno es algo mmm muy delicado…

— ¿Pero qué es? Le insistió ella con una voz ansiosa, él le coloco el dedo índice sobre los labios y continuo.

—Y es algo que viene de familia, tengo una afección cardiaca, es un problema valvular que en ciertos momentos y bajo ciertas tensiones se manifiesta por medio de mareos vómitos desvanecimiento fatiga, como ahorita que me emociona demasiado verte siento que me desvanezco. —

Lucia se espantó, no sabía cómo reaccionar a esa noticia, ella estaba loca por él, pero ¿cómo podría ayudarlo? Y en ese momento le vino una sudoración fría, una angustia y no se daba cuenta de ello, la boca se le seco mientras lo apretaba a ella y le decía desesperada— ¿qué hago Rodri, que hago? —



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En el texto hay: espiritus, muerte, brujeria

Editado: 02.05.2020

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