El muro más grande

CAPÍTULO 3. Una Amistad, Una Hermandad

“No se trataba de rabia ni de resentimiento, mucho menos de odio; lo mío era una cuestión de decepción por andar siempre esperando lo que yo estaría dispuesto a dar”

-Edwin Vergara

Así que ya saben todo la verdad de mi vida, saben lo que hago, el como lo manejo cada día que pasa y el como me siento con ello.

Ojalá pudiera decirles que soy la persona más feliz del mundo y que tengo una familia grandiosa que me ama y que se preocupa por mi, unos increíbles amigos que siempre están para mi cuando los necesito, pero en mi caso nunca ha sido así; la verdad es que no se como es una verdadera amistad, nunca he tenido amistades tan valiosas, si llegue a tener amigos como cualquier otra persona, que pensaba que durarían para siempre e iban a estar ahí para mi en todo momento, hubo uno en especial que pensé que estaría toda la vida conmigo y creo que todos llegamos a tener una amistad así, la mía fue algo así...

4 MESES ATRÁS

Tengo al mejor amigo de todo el mundo, pensé que ya nada bueno podría pasarme, pero me equivoque, hay un chico en mi escuela que podría considerarse uno de los más populares y me ha hablado; me ha dicho que desea que sea su amiga, es tonto, pero me emociona, jamás he tenido un amigo de verdad y creo que por fin hay alguien que se preocupa mucho por mi, se que el me puede ayudar a levantarme de este agujero en el que me encuentro, presiento que me ayudara mucho, eso me pone muy feliz.

Su nombre es Peter Watkins y tenemos la misma edad, cumple tan solo un mes antes, es muy lindo, no es el hombre mas guapo del mundo, pero si es perfecto como persona, supongo que por eso tiene popularidad en la escuela, tiene un cuerpo muy atlético, tengo entendido que pertenece a un equipo de Fútbol Americano fuera de la escuela, también se que iremos a la misma preparatoria, el saber eso fue una de las mejores noticias que he recibido, es la única persona con la que puedo estar en el colegio y el hecho de que seguiremos compartiendo más tiempo me reconforta.

En los recesos del colegio no solemos estar juntos, por lo mismo que es popular, esta con sus demás amigos siempre o con las chicas que suelen buscarlo para tener algo con él, pero todos los días me saluda cuando llegó y se despide, eso me hace sentir bien, ya que no le avergüenza que lo vean hablando conmigo o al menos eso demuestra.

Nos hemos hecho muy amigos en este lapso de tiempo, suena un poco estúpido, pero me veo con él compartiendo gran parte de mi vida y no como pareja, si no como un hermano, porque ya lo veo así, para mí es mi hermano y eso nadie lo cambiará. No se si es por el hecho de que es la única persona que ha mostrado interés o que de mi familia es el más cercano, aunque no tengamos un lazo de sangre.

Hoy quisimos salir a un parque después de clases porque le he dicho que quería platicarle algo ya que el no sabe nada de lo que estoy pasando con mi familia o del hoyo en el que estoy atascada, así que he decidido que conozca ese lado débil mío, quiero que me ayude en todo momento y creo es hora.

Al terminar las clases lo veo parado en las puertas de la escuela esperándome para podernos ir, no puedo evitar sonreír al verlo ahí parado sabiendo que a quien espera es a mi.

—Hola Hermanito, ¿Nos vamos? —lo llamo así desde que supe que era alguien muy importante.

—Vamos hermanita —el me ha dicho de la misma forma hace poco y el hecho de que tengamos nuestros propios apodos se siente muy lindo.

Mientras vamos caminando empiezo a dudar si decirle todo, porque se que si cuento todo a detalle tendrá algo de lástima hacia mi y pensaráque soy patética, es obvio, hasta yo lo pienso, pero no quiero que él me trate como alguien débil, sigo aquí luchando y no quiero que piense que me estoy rindiendo, porque no es así, pero se que si lo considero mi hermano es porque le tengo que contar todo lo que oculto, el como me encuentro, pero aún así me siento muy nerviosa y creo él lo nota porque tiene una expresión de tristeza hacia mí

—¿Qué sucede hermanita? ¿De qué querías hablar? —me toma del hombro para hacerme sentir segura.

Exhalo de una manera exagerada para dar a entender que lo haré, que estoy lista.

—Es que hay algo que no sabes sobre mi, algo de lo que no me siento para nada orgullosa y algo de lo que aún no salgo— tengo la mirada hacia abajo,no quisiera verlo a los ojos y quebrarme frente a él. Me avergüenzo de mi misma y no quiero que lo note, esa es la verdad.

Porque lo que más puedo odiar es llorar frente a alguien, no me gusta que me vean débil, no me gusta mostrarme herida, jamás ha sido algo de mi agrado.

Al final terminó contándole todo lo que estoy pasando, lo de mis padres, la relación con mi hermana, los comentarios de la escuela, que él ya conoce la mayoría y de las heridas que me hago, su significado; por fin suelto todo lo que me he guardado durante tanto tiempo. Al momento de terminar se queda parado como si se hubiera congelado frente a mi con cara de asombro, soltando mi hombro, pues supongo él jamás se iba a imaginar que seria un tema así, jamás pensó que estuviera pasando por algo de esto y lo entiendo, no es algo fácil de procesar, el lidiar con alguien con depresión es difícil, si para mi lo es, no me imagino como se ha de sentir él.
Por un momento abre la boca, como queriendo decir algo, pero la vuelve a cerrar sin mencionar una sola palabra. Al final terminó hablando yo.

—No quiero que te preocupes, sigo luchando con esto y estoy intentando salir adelante, me está costando mas de lo que creí, pero lo intento por mi padre y aunque no lo creas por ti también.

Me mira más asombrado de lo que estaba, supongo que es porque no se imaginaba que el fuera una de las razones, pero si la es.

—Eres una de las razones por las que sigo levantándome todos los días, tu eres una de esas razones por las que sigo aquí Peter, me has salvado tantas veces sin darte cuenta.

Lo tomo de la mano y empiezan a salirme lágrimas sin poderlas controlar, pues es un tema que me cuesta mucho trabajo abordar y el hecho de decirle que el me ha cuidado, que me ha ayudado sin darse cuenta, es porque me siento segura con él, porque se que él no me dañara, porque le entregue mi corazón, sin haberme dado cuenta, le entregue mi vida.




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