Capítulo 4: Un nuevo recluta

Entre las personas que lo rodeaban en la carpa médica se encontraban la capitana, su primer oficial y el médico tratando de contrarrestar la sangre que envenenaba el sistema del viajero ahora herido por el combate.

–"La sangre de las larvas de tierra es un veneno muy peligroso al contacto con la piel, es la razon por la que las plagas de gusanos de tierra es de las peores cosas que pueden haber"– Dijo el médico. –"Se recuperara, con esta fermentación de frutos dulces de la pradera floreciente"–

La capitana observó con cuidado las cicatrices que rodeaban todo el cuerpo del viajero, parecían ser de un pasado de guerra, una batalla que había consumido lo poco del fuego del guerrero que descansaba llorando en el corazón de ese hombre. La capitana levantó lentamente los trapos que cubrían el pecho del viajero y como sospechaba, habían más cicatrices, pero una llamó más su atención, tenía una forma extraña, parecía ser una quemadura o la marca de una presión hirviente sobre el pectoral derecho del viajero, parecía como la marca de un ganado o la forja de un guerrero.

–"Frederick, mira esto. Tiene la forja de los jinetes del gremio de la montañas kazan"– Comentó la capitana y con su mano desnuda frotó lentamente la superficie de la quemadura, era áspera y casi podía sentir el mismo calor de la forja.

–"Es imposible, este hombre no aparenta tener más de veinte años y tiene la forja de unos de los clanes de guerreros más temidos de todo el reino en su pecho"– Respondió asombrado y a la vez muy confundido el primer oficial Frederick.

–"Si, es fascinante. Los jinetes de kazan llevan largos periodos inactivos, ni siquiera la guerra fue suficiente para llamar su atención como para hacer acto de presencia en los reinos"– Dijo la capitana recordando las batallas ganadas por el gremio de guerreros de kazan, sus jinetes eran apodados los enviados del apocalíptico amo de la forja del volcán durmiente por su capacidad de exterminar los gremios completos con sus habilidades de la magia del fuego y su estilo único de la espada. –"A menos que esté sea el enviado por el amo de la forja"–

–"Capitana, enserió piensa que este campesino que sabe usar la espada es el enviado del gremio más poderoso del reino para detener una guerra. Él solo es un don nadie que vino a comerse nuestra comida"– Respondió Frederick al no creer las supersticiones de su capitana.

–"Tal vez tengas razón Frederick, pero todavía me extraña la marca de su pecho"–

Cuando la capitana Edith se dispuso a volver a tocar la marca de la forja en el pecho del viajero una última vez, este abrió los ojos como un animal vigilante y alerta, tomando a la capitana de su brazo y po apretó con gran fuerza.

La capitana dejó escapar un quejido y tiró con su fuerza para lograr escapar del agarre del viajero.

Frederick reaccionó con velocidad y desenfundó su espada la cual apuntó hacía el cuello del enfermo viajero. Al ver su desventaja y su mala posición en la situación, el viajero soltó a la capitana Edith instantáneamente.

Tan rápido como su llegada, el viajero se levantó de la mesa del médico y tomó rumbo hacía la salida de la fortaleza.

Su alrededor estaba destruido, carpas hecha ruinas, caballeros y civiles heridos reposando bajó el aridente sol. Con su capucha hecha de viejas telas de la prisión, el viajero ocultó su rostro de los presentes, podía sentir las miradas de desaprobación, las caras de miedo de los otros, expresiones las cuales ya había aceptado como su bienvenida a todo lugar a donde iba, nadie quería saber nada del sucio viajero de la pradera. Pero la realidad no podía ser otra, la multitud de sobrevivientes del ataque aplaudieron la salud del viajero, un heroe para ellos y la gente victoreó su azaña.

El viajero se sintió extrañado, no conocía esa emoción que guardaba en el fondo de su corazón frío como la nieve, era felicidad o algún tipo de satisfacción, algo mucho mayor a cualquier cosa que hubiera sentido antes.

–"¿Te sientes orgulloso de tu acto de heroismo, viajero?"– Preguntó la capitana al ver como el extraño guerrero se había detenido de su escape para ver alrededor al público que lo voctoreaba, se veía feliz, pensó la capitana. –"¿Quiero ofrecerte un trato, viajero?"–

El viajero lo pensó tranquilamente a la vista de todo el fuerte. Nadie había visto a la capitana tan interesada por un campesino con habilidades tan misteriosas con la espada.

–"¿Cuál es el trato?"– Preguntó el viajero acercándose para estar cara a cara con la capitana. En sus ojos había una especie de llama, un brillo de curiosidad que desató un pequeño sonrojo en las mejillas de la pálida piel de la capitana Edith.

–"Capitana, se ve enferma, su cara está muy roja"– Dijo Frederick al notar el brusco cambio de color en su líder.

La capitana puso su espalda recta y marco superioridad al dejar en el brillo del sol si placa de caballera de la orden del rey, algo que llamó la atención del viajero que no quitaba los ojos de la placa adherida en la hombrera de la capitana, con un resoplido que calmo sus ansias dijo:

–"Busco nuevos reclutas en mis filas y alguien como tú es del tipo de guerrero que tienen potencial en nuestras filas"–

–"¿Alguien como yo?"– Preguntó el viajero.

–"Tienes experiencia con la espada y una técnica interesante"–

–"Además, necesitamos más personal después del ataque"– Interrumpió Frederick.

–"¿Qué gano yo a cambio?"–

–"¿Qué quieres como recompensa?"– Preguntó la capitana.

–"¿Cómo obtuviste esa placa?"– Preguntó el viajero señalando la brillante placa de la capitana.

–"Esta, es símbolo de la orden del reino, soy caballera entrenada en la academia del reino"– Explicó la capitana mientras pasaba sus dedos sobre los símbolos de espadas de la placa plateada con finos detalles hechos de oro y materiales preciosos sacados de las profundas minas del reino.

–"Eres caballera del reino, pero diriges un fuerte de un batallón en vez de luchar en las fuerzas del reino"– Dijo el viajero buscando insistar a la capitana.