El Narcotraficante

Capítulo 4

CINCO DÍAS MÁS TARDE

Lucas

—Todo listo—Cerré las puertas del camión que tenía nuestra carga lista para salir.

—Buen trabajo—Zack palmeó mi hombro mientras yo le hacía señas al chofer que la llevaría para que arrancara de una vez. —Te invito una cerveza.

Yo asentí, nos dirigimos a su auto y condujo al bar donde solemos ir después de una entrega exitosa.

Conozco a Zack desde hace dos años, cuando volví de un viaje a Panamá donde conocí a un tipo interesante que también estaba en esto del narcotráfico, al volver a España necesitaba dinero, ese trabajo me daba mas de lo que otro me daría y Zack me recibió con los brazos abiertos. Aunque al principio la paciencia no lo caracterizaba y solíamos tener discusiones, después le tomé aprecio y él a mí.

Me volví su mano derecha, he salvado su vida un par de veces y él a mí.

Pero últimamente papá ha estado un poco metiche en mis asuntos, lo que menos quiero es que alguien de los que quiero se entere de mi trabajo. Porque estaría dictando su sentencia de muerte.

Me aterra la idea de que Laura sepa a lo que me dedico y se líe con la persona equivocada. Mi responsabilidad es protegerlos, pero conozco a mi hermana como a la palma de mi mano.

Se que está confundida por todo lo que ha estado ocurriendo últimamente y ella no es de las que se queda con la boca cerrada, un día terminará explotando y me pedirá respuestas…Espero tener las adecuadas para la situación.

No quiero lastimarla, no quiero lastimarlos…

Ella duda de Zack, ya me lo hizo saber, no le agrada…Prefiero que así sea, quiero que mantenga distancia con él, porque a pesar de que metería mis manos al fuego por él no me gustaría que la adentrara en esto.

Ella no es así, es una buena chica, trabaja desde joven de forma sana,  terminó el instituto y está en la universidad estudiando psicología, piensa estudiar distintas carreras. Ella quiere ser algo, no quiero ser el que lo arruine.

Llegamos al lugar y nos adentramos en el sitio retro.

Nos acercamos a la barra donde había algunos hombres pero no estaba tan lleno porque aun es temprano.

—Una cerveza—Le pedí al hombre de la barra, él asintió y miró a Zack esperando su pedido.

—Un whisky, el mejor que tengas.

Siempre pedía lo mismo, no es un chico de cervezas.

—El trabajo de hoy fue limpio y perfecto—Hablé sentándome en una de las sillas frente a la barra, él imitó mi acción acomodando su fino traje, creo que lo compró en la tienda donde trabaja Laura. Me ha dicho que va mucho para allá.

—Sí, así debe ser siempre—Asentí— ¿Cómo está tu hermana? ¿Sigue de curiosa?

¿Por qué me pregunta tanto sobre Laura?

—Está bien, no ha hecho preguntas de mi empleo. Pero siempre se preocupa—Él asintió poniendo atención a lo que decía— ¿Por qué tanto interés por mi hermana últimamente, Zack?

Él arqueó una ceja seguido de reír a carcajadas.

No estaba bromeando y a los segundos se dio cuenta de ello.

—Se que es importante para ti, hermano. Lo que es importante para ti, también lo es para mi…Estamos juntos en esto.

Trajeron las bebidas y le di un largo sorbo.

Necesitaba deshacerme del estrés que he adquirido últimamente a causa de papá y de Laura.

—Ve despacio, Lucas—Bromeó Zack.

Yo solté una pequeña risa seguido de darle otro sorbo a la cerveza.

—Hay que celebrar lo de hoy—Levanté la botella para chocarla con su vaso con whisky.

—Yo invito.

No tuvo que decir mas, sabía que esta noche la disfrutaría, espero que Laura no se entere.

 

—Pídeme otra cerveza, Zack…—Balbuceé despegando los labios de la botella de cerveza que estaba tomando.

—No, amigo…Fue suficiente, estás ebrio. Ya pagué la cuenta, te llevaré a casa—Habló Zack haciendo a un lado la botella vacía y agradeciéndole al chico que nos atendió.

Pasó mi brazo por sus hombros y caminamos hacia su auto.

—Gracias, Zack—Susurré cuando ya estábamos dentro del auto.

—No agradezcas, fue un buen negocio—Excusó atento a la autopista.

—No, Zack…Gracias por ayudarme cuando estaba en un profundo agujero negro, no te imaginas lo mucho que me ayudaste a mí y a mi familia. Siempre estaré agradecido, hermano. Te amo ¿Lo sabes? —Él soltó una carcajada y negó con su cabeza.

—Tu solo tenías ganas de trabajar, no quise prohibirte ese privilegio.

Me mantuve callado el resto del camino hasta que observé como se detenía en la casa de mi hermana.

—Tenemos que entrar en silencio, no quiero que se de cuenta de mi estado, se preocupa de mas…—Él asintió y me ayudó a bajar.

Subimos las escaleras pero constantemente me tropezaba y él me regañaba por el ruido que ocasionaba.



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En el texto hay: amor, suspensoyacción

Editado: 25.08.2019

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