Capítulo 7: Caramelos

Capítulo 7: Caramelos

¿Saben que es lo más que pone nerviosa a una chica? Las malditas primeras citas, esa maldita ansiedad que se nos mete en la piel, haciendo que todo lo que nos pongamos no nos guste, o que no dejemos de pensar en lo que podrá pensar él. Definitivamente era lo peor, pero lo verdaderamente peor era cuando los minutos pasaban rápidamente. ¿Es que el tiempo por una maldita vez no podía estar a nuestro favor?

Maldita sea.

Mal-di-ta-se-a

Simone no sabe que ponerse, Simone no sabe que ponerse lero, lero – cante sentada en mi cama viendo toda mi ropa tirada en el suelo. Bañada en sudor cuando ya me había duchado más de tres veces y tenía el aire acondicionado encendido. Tome un respiro profundo, tratando de relajar mis malditos nervios. Tomé mi celular y sentí como mi ansiedad aumentaba cuando vi un mensaje de él, mi cita.

Mensaje (Jaylen)

Fecha: 9/5/2018

Hora: 7:45 pm

Asunto: N/A

Paso por ti a las 8:00 pm.

Genial, y a penas ya eran las 7:45 pm, así que me levante resignada y camine hasta el baño para darme una ducha. Al salir, decidí hacer lo que siempre hace Jordán cuando está nerviosa por su primera cita, ponerse lo primero que encuentre. Así que me pongo una venda en los ojos, camino ciego hasta la montaña de ropa y tomo tres prendas, colocándolas en mi cama. Me quite la venda y para mi suerte lo que había tomado no se veía mal. Era un vestido floreado que dejaba mis hombros descubiertos junto a una chaqueta negra y lo otro era unos jeans que aleje rápidamente. Así que me vestí y camine hacia mi asiento para comenzar a maquillarme, poniendo unas sombras oscuras en mis ojos resaltando los verdoso de ellas y haciendo notar mis pestañas largas. Era buena maquillándome la verdad que ver tanto tutoriales en YouTube con Jordán me ayudó mucho y más en hacer los eye-cat.

Extraño tanto a mi amiga.

Mi verdadera amiga.

Alejo esos pensamientos, noto como mi celular suena notificándome que Jaylen me ha escrito, diciéndome que ha llegado. Bajo rápidamente las escaleras y abro la puerta encontrándome al chico vestido con una camisa azul, junto a unos pantalones y una chaqueta negros. Luciendo malditamente sexy. ¿Como lo hace? Pero lo que me sorprende es ver el ramo de rosas en sus manos.

¿De verdad me ha traído flores? ¿A mí?

Hola – murmuro sonriendo toda embobada y tarada.

Estas hermosa, son para ti – dice dándome un beso en la mejilla. Carajo sí que huele bien, muy bien, a decir verdad. Me entrega el ramo y le agradezco. – Gracias iré a ponerlas en agua, salgo en un instante. Corro hacia la cocina y me encuentro a mi nana cocinando.

¿Y esas rosas? Ese niño Chad siempre ha sido un caballero contigo – dijo sonriendo.

Nana, la verdad es que no me las dio Chad, sino Jaylen – respondo emocionada, en cambio su rostro se torna neutral y asiente sin decir nada.

Bueno, de ser así, buena suerte y pásala bien – dice dándome un eso en la frente. Salgo de la casa y me lo encuentro recostado en su motocicleta y se sube en ella tiende un caso para que me lo ponga. Y eso hago para luego subirme y sentir como mi corazón acelera al momento en que el arranca. Pasan varios minutos diría que unos treinta hasta que nos detenemos y veo que estamos en un parque de diversiones.

Que cliché pienso con pocos ánimos. Dado en que no me gustan, detesto toda máquina que me haga vomitar, sudar y ponerme mareada. Ambos nos bajamos y caminamos a comprar las entradas más bien en las compras no he traído mi bolso y ahora que lo pienso hasta he dejado mi celular en la casa. Al entrar, noto muchas parejas a igual que nosotros y muchos niños correntiando como dementes por todo el parque.

¿A qué maquina vamos primero?

A ninguna que se mueva – digo con toda sinceridad sin ni siquiera mirarlo a la cara.

¿No te gustan los juegos?

No – respondo cortante y lo noto nervioso observando algún lugar donde me pueda llevar. Y aquello me hace sentir mal, ósea él no tenía la culpa, dado en que no sabía que no me gustaba los parques de atracciones, aunque jamás me lo pregunto. ¡Prácticamente no sabíamos nada del otro!