Capítulo 15: Dependencia

Capítulo 15:  Dependencia 
 

Chad 

  Alguna vez te has sentido que dependes de algo, ¿una situación, una rutina, deporte o alguien? Sabes lo que se siente verdad? Ese maldito sentimiento de que, si no sigues haciendo eso, ¿todo acabara mal? Que sientes como si fueras a fracasar que tu vida se jodera por completo si no haces lo que usualmente haces o para ser más específicos no sigues con esa persona. El sentimiento de que, si no estas con esa persona que te hace sentir completo, vivo, dejaras de respirar o coexistir. Es como si se tratara de una de las peores drogas.  
 

Y es que, aunque no lo creamos, todo somos dependiente de algo o alguien.  
 

Muchos son dependientes de los juegos, ya sean electrónicos, juegos en el casino, apuestas, drogas, alcohol, comida, al trabajo, a estar de fiesta, a nuestros padres, al arte, a las Kardashian, al porno, al sexo, a la música, o en el peor de los casos a alguien.  
 

Ahí entraba yo, era dependiente de Simone Jones.  

Supe que era dependiente de ella cuando rompimos por décima vez o al menos si se pudiera romper, ya que nunca tuvimos una relación formal, yo estaba cansado de que ella siempre estuviera dejándome por cualquier chico que le pareciera lindo y cuando se cansaba de él, yo volvía como un perro fiel como si nada hubiera pasado.  

Como si supiera que ella no volvería hacerme lo mismo una y otra vez.  

Recuerdo que esa noche, ella me había llamado llorando diciéndome que aquel idiota tenía una novia y ella los había encontrado ambos besándose en una heladería.. Y a pesar de que me juré a mí mismo no volver a caer, salí de la mi casa las dos de la mañana a comprar sus dulces y comida favorita, arroz chino con pollo a la naranja con una Fanta china y fui a verla. Y luego de verla llorar por aquel infeliz, y escucharla pedirme perdón una y otra vez. No dije nada, solo la escuché lo que restaba de la noche y la vi quedarse dormida y justo ahí la verla luciendo tan inocente, respirando tranquilamente en mi pecho, supe lo jodido que estaba.  

Ahí supe que, sin ella, no me sentía yo mismo, sentía que me faltaba algo en mi cuerpo. En mi vida y en mi existencia, una razón para seguir adelante, y a pesar de que todos, mis amigos, mis padres mis maestros me decían una y otra vez que mi relación entre Simone y yo no era sana, y a pesar de que yo era consciente de ello, no había nada que me separa de Simone. Hoy es mi tercer día con mi psicólogo, mi madre había insistido mucho en que tomará aquellas secciones para ayudarme a entender el problema que era Simone en mi vida. Me estacione en mi auto y cuando a punto de bajarme veo a Jaylen junto a la mamá de Hugo? 

• ¿Qué carajos? - cuestiono hablando solo sorprendido por lo que veo y miles de pensamientos me llegaron a la mente como ambos podían tener una relación o que estaban juntos por algo jamás me hubiera imaginado que era lo estaba viendo, ambos estaban en un restaurante comiendo, así que decidí bajarme y ver qué demonios sucedía si ese hijo de perra lastimaba a Simeone le haría la vida imposible. Entró detrás de una pareja sin ser visto y me siento detrás de la mesa de donde ellos están sentados, y donde no se pueden ver y siento como si me corazón de paralizar cuando escuche lo que Megan dijo.  

• Hugo cariño, está todo bien contigo, últimamente no pasas tiempo conmigo, siempre llegas de madrugada a la casa, tus notas están bajando, ni siquiera has enviado tu solicitud para la universidad  

• ¿Hugo? ¿Megan acaba de llamar a Jaylen, Hugo? ¿Pero qué demonios está sucediendo? 

• Se que te juraste a ti mismo hacer sentir a Simone el mismo daño que ella te hizo, y al principio de apoye porque pensé que era la mejor opción, ¿pero no te has puesto a pensar que esta venganza se te podría salir de las manos? - siguió hablando ella con preocupación.  

• Mamá, es que si solo entendieras el infierno que ella me hizo pasar junto a sus amigos, entenderás el enojo que hay en mi - hablo Hugo haciéndome sentir un horrible escalofrío recorrerme por todo el cuerpo. - Ella se encargó de hacerme sentir estos años como si no valiera nada.  

• ¿Entonces dices que si haces aquella venganza tendrás paz contigo mismo? - cuestionó ella.  

• Así es mamá - respondió firme sin siquiera trabarse - Justamente cuando iba a escuchar algo más sobre lo que hablaban, llegó la mesera dejándome en al descubierto.  
   

• Hola, mi nombre es Sara y seré su mesera en esta tarde, ¿que desea? - habló la chica amable, pero aquello me hizo sentirme muy nervioso, así que me escabullí entre las mesas y salí corriendo de aquel restaurante para cruzar para ir a mi sesión de terapia, subí en el ascensor sintiéndome mal conmigo mismo y algo nervioso debido a la situación.  

• ¿Qué debo hacer?  

• ¿Debía decirle la verdad a Simone? ¿O solo debía callarme y no meterme en dicha situación?  

• Después de todo, Hugo tenía razones suficientes como para querer vengarse de todos nosotros, finalmente llegó a la recepción y veo a Natalie leyendo su revista como las otras secciones a las que he venido, y sin mirarme me señala la puerta de la psicóloga haciéndome entender de que ella me está esperando así que entro y me siento en el mueble moviendo mis piernas sintiéndose algo nervioso y confuso.  

• Hola Chad, ¿cómo has estado el día de hoy?  

• Confundido - respondo sin ni siquiera mirarla.  

• Entiendo, ¿y esa confusión se debe a algo o alguien? - pregunta ella con la mirada amable sin quitarme la vista de encima.  

• Ambas - respondo observando el movimiento de las plantas, sintiendo como la ansiedad incrementa más en mí, debido a que esta vez quiero hablar de mi situación, desde que comencé a venir a estas secciones siempre respondo las preguntas, sin argumentar, sin abrirse por completo o simplemente me quedo callado o respondo bruscamente. Ni siquiera podía respirar bien sentía que iba a estallar y era algo que me merecía.