Con el tiempo, Samuel comenzó a notar detalles que otros pasaban por alto. Pequeños cambios en el ambiente, ruidos apenas audibles, sensaciones difíciles de explicar. Como si tuviera alguna especie de conexión con algo que no todos podían sentir, ni mucho menos ver .Al principio eran solo cositas, dígase figuras que se deslizaban por los rincones o alguna que otra sombra que solo él parecía notar. Los padres realmente no le prestaban mucha atención ya solo pensaban que era simplemente producto de su imaginación o quizás algún juego que el pequeño Samuel se había inventado para entretenerse.
Pero pronto para Samuel las figuras se fueron volvieron cada vez más claras mientras pasaban los años, seres de rostros amables, otros más serios, algunos destellos luminosos que flotaban en el aire. Samuel no sentía miedo en lo absoluto.
Era como si siempre hubieran estado ahí, esperando pacientemente a que él pudiera verlos... o al menos notar su presencia.
Un martes lluvioso en la tarde, mientras garabateaba en un cuaderno viejo de su padre, su madre se acercó y notó algo extraño. Entre dichos dibujos de casas y árboles, aparecían figuras extrañas, seres alados, dibujaba la familia y varias personas o personajes más alrededor, ella no comprendía a quién el pequeño Samuel dibujaba.
— ¿Qué dibujas mi amor? — Preguntó con ternura, aunque una ligera inquietud se reflejaba en su tono de voz.
— Son mis amiguitos — Dijo el pequeño Samuel, como quien habla de algo completamente natural. — Vienen a verme. Me cuentan historias/cuentos.
Su madre hizo una pequeña pausa y no dijo nada más, solo acarició su cabello y sonrió, como si no quisiera inquietarlo. Pero en su interior, sabía que algo no estaba bien.
La abuela entre dientes susurraba: — Algunos nacen como puentes entre este mundo y otros.
Desde entonces, dichas visitas se hacian mas comunes. Algunas noches, Samuel se quedaba mirando fijamente un rincón vacío. A veces sonreía de la nada y otras solo murmuraba palabras como si hablara con alguien más, parecía formar parte de una especie de conversación con el mismo o eso era lo que se veía a simple vista.
Eso con lo que él había nacido aquella noche lluviosa, no era algo solo físico. Había algo más. Algo que apenas comenzaba a despertar.
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Editado: 24.06.2025