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Capítulo 5 ¿Qué podría pasar al seguir un ave?

Marcus

No lo podía creer... Mis ojos me tenían que estar engañando ¿cómo es posible que esa ave, esté justo enfrente de mí?

Instintivamente frote mis ojos para ver si era mentira, pero efectivamente era la misma ave de esa vez lo podía asegurar, bueno... dudo mucho que existan tantas aves de esa clase así que era lo más lógico pensar de que se trataba de la misma.

Era increíble, la misma extraña ave que capturo mi atención tiempo atrás estaba justo enfrente de mí, sentada encima de unos de los postes que evitan que los autos atravesaran la entrada del supermercado, no sabía que hacer simplemente me quede parado contemplándola, volteé a los alrededores a ver si habían más personas cerca, pero extrañamente en ese lugar solo nos me encontrábamos yo y el ave, no le tome mucha importancia y solamente seguí contemplando al animal el cual también me estaba observando fijamente a los ojos.

De repente el ave abandono el lugar donde se encontraba sentada y comenzó a volar alrededor de mí justo como lo suelen hacer los colibríes con las flores, me quedé estupefacto viendo que un ave de tal tamaño fuera capaz de volar con ese estilo, parecía que me estaba inspeccionando de alguna forma, pensé que era para ver si no representaba una amenaza así que simplemente dejé que revoloteara alrededor cuanto quisiera, después de unos momentos el ave se quedó justo a la altura de mi cara revoloteando por unos instantes para luego irse a otra dirección. Estaba maravillado al ver tan cerca a semejante criatura, claramente no era una especie registrada lo cual me causaba aún más emoción al verla, debo admitir que eso me animo un poco.

Después de ese encuentro me dirijo de regreso a mi apartamento, pero de repente escucho algo, el canto de un ave. Volteé al instante de escucharlo y se trata del pájaro, era como si quisiera avisarme de algo, en eso se vuelve a ir, pero al instante regresa y vuelve a cantar hacia mi dirección, no sé por qué tenía la impresión de que quería que la siguiera. Tuve mis dudas de si hacerlo o no, vamos a ver... Cualquiera me tacharía de lunático si me pongo a seguir a un ave y más si se trata de una de esa clase.

—Síguela...

De la nada escuchó una voz en mi cabeza... Una voz suave y serena capaz de tranquiliza a cualquiera.

—No tengas miedo... Confía en ella y síguela...

Fue como si me hipnotizaran al escuchar esa voz porque no dude en seguir al ave tras escucharla. Después de unos minutos quería detenerme y dar media vuelta, pero simplemente decidí seguir la dirección a donde se iba aquel animal, debía estar loco por hacer algo como eso, pero... de alguna forma lo sabía... sabía que no pasaría nada malo por continuar.

Pasaba el tiempo y caminaba por las calles sin perderle la pista del ave, me hizo pasar por varias cuadras, cruzar varias calles, incluso pasar por callejones, lo cual me dio muy mala espina, todo el mundo sabe que puede pasarte si pasas por un callejón... pero no sé cómo no dude en seguir adelante con tal de no perderle la pista a esa criatura, y puedo decir que esta se aseguraba de que le siguiera sin rechistar.

Pasado unos minutos me encontré en una calle con un bosque justo al otro lado y pude ver como el ave se dirigía a su interior.

—Ok creo que esto ya es demasiado... —dije, antes de comenzar a dar un paso atrás.

—No te detengas...

—Pero ¿qué? Esa voz de nuevo... Ok ahora estoy seguro que no se trata de la voz de mi consciencia...

—Sigue adelante... No te detengas...

—No pienso entrar al bosque para seguir a esa ave y mucho menos sin un cuchillo de supervivencia o algo similar...

—Confía... Ya falta poco...

No sé por qué, pero esa voz en mi cabeza me daba el valor para seguir, no dudé en cruzar esa calle y adentrarme en el bosque siguiendo la pista del animal, el cual continuo con su camino una vez que me vio pasar por los árboles.

—¡Más te vale no llevarme muy lejos! —dije en voz alta al ave una vez que continuo su vuelo —debo estar loco al hablarle a un ave salvaje como si me entendiese...

Caminaba entre los árboles sin saber a dónde me dirija, hubo más de una ocasión que no podía ver al ave, pero esta comenzaba a cantar para reorientarme y no perderla de vista, pasaba el tiempo y seguía caminando detrás del animal el cual se la pasaba revoloteando entre los árboles. Ya a este punto estaba muy adentro del bosque y seguramente me había perdido, pero a pesar de eso no me sentía preocupado por ello, claramente no era normal, cualquiera estará desesperado en una situación como la mía, creo que sentir la presencia de esa ave me mantenía tranquilo.

Tras varios minutos continuaba la caminata y pude notar por lo brillante del sol que era tarde, deberían ser alrededor de las tres de la tarde más o menos, de repente me encontré en un claro del bosque, vi el suelo repleto de hojas y algunas flores típicas de la zona ¿Por qué me trajo aquí esa ave? Note como el animal volvía a revolotear a mí alrededor al mismo momento que cantaba con entusiasmo como si quisiera decirme algo.

—¿Qué? ¿Acaso quieres que me quede aquí o algo por el estilo? —pregunté, mirando al ave.

De la nada escucho un crujido de ramas atrás mía, con algo de temor volteo y para mi sorpresa se trataba de un lobo blanco, y uno muy grande puedo asegurar, el cual comenzaba acercarse lentamente hacia mi dirección mientras no me quitaba los ojos de encima.

—Hay no... esto no es bueno... —pensé para luego instintivamente comenzar a dar pasos hacia atrás para alejarme, pero de la nada el ave comenzó a revolotear y cantar con más intensidad— Oye... ¿Acaso quieres…? ¡Debes estar loca! —dije, aunque siendo honesto yo soy el que está más loco por seguir a esa ave en primer lugar...

Tras tal acción no hice más que quedarme quieto en mi sitio mientras se me acercaba aquel lobo tan grande, pensé que iba a tacarme, a ningún depredador le gusta que invadan su territorio y yo claramente era un intruso. Cuando estuvo lo suficientemente cerca se quedó dando vueltas a mi alrededor mientras me miraba y olfateaba con sumo cuidado, al verlo más de cerca quede impactado con el tamaño de ese animal, era impresionante, fácilmente me pasaba de la cintura estando solo en sus cuatro patas.




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