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Capítulo 10. Rumbo a la capital.

Zoren

Era muy temprano apenas comenzaba a salir el sol, me había levantado para prepararme antes de comenzar el viaje a la capital junto con Kitaro. Crista y Darco se habían levantado casi a la misma hora que yo para preparar el desayuno y despedirse de nosotros.

Noto que Kitaro aún no se levanta, después de todo nunca le dije el momento exacto que debía levantarse, por esa razón me dirijo al cuarto a despertarlo para que comience a prepararse.

—¿Kitaro? —di unos toques en la puerta.

No escucho repuesta alguna así que decido entrar a ver, y como lo sospechaba seguía dormido no tuve más opción que despertarlo.

—Hey Kitaro —lo muevo un poco—, despierta.

—Mmm… ¿Zoren? —abre un poco los ojos— Buenos días… ¿Qué hora es?

—Buenos días, diría que alrededor de las cinco ¿cómo dormiste?

—No muy bien… Me costó conciliar el sueño anoche.

Era de esperarse imagino que era un tornado de emociones después de lo que le dije ayer, no pude evitar sentirme un poco mal por él. Tan solo un suspiro tras pensar eso.

—¿Pasa algo? —me pregunto el humano cuando me vio suspirar.

—No es nada —le sonrió—, mejor levántate y vístete, nos vamos poco después de desayunar.

—Vale, ya lo hago.

—Te espero abajo con los demás.

Antes de irme noto que tiene una expresión desanimada… se nota que está preocupado, pero no puedo hacer mucho por él ahora, en fin… espero poder animarlo en el trascurso del día.

Kitaro

Era evidente que le preocupaba algo le preocupaba a Zoren, es de esperarse, me pidió que le dijera cosas que no me sentía seguro de decirle, me siento mal por hacer que se preocupe, es muy buena persona y me gustaría ayudarlo, pero… No es fácil lo que me pide.

Por ahora me preparo para bajar a desayunar con el resto, una vez listo bajo las escaleras y encuentro a los tres sentados esperando por mí para comenzar a desayunar.

No hablamos mucho durante ese rato, pude notar que los tres estaban pensativos con sus asuntos, pero tuve la certeza de que yo era la razón de ello, no sé qué hice para agradarles tanto, no es que me desagradara su compañía, en verdad disfruté estos días que pase con ellos y si no vuelvo a ver a estos dos zorros los voy a echar mucho de menos.

Una vez que terminamos de comer Zoren y yo nos pusimos a terminar de preparar todo para el viaje, sigo teniendo una mezcla de emoción y preocupación acerca de esto, pero no tengo de otra más que ir con Zoren a la capital, solo espero que lo que me espera no sea para nada malo.

Cuando todo estaba listo Zoren y yo nos despedimos de Crista y Darco antes de partir.

—Cuídate Kitaro, si no te separas de Zoren seguro que todo saldrá bien —me decía Crista.

—Lo tendré en cuenta —dije—, les agradezco de corazón todo lo que hicieron por mí durante estos días que estuve con ustedes, y en verdad deseo que nos volvamos a encontrar en el futuro.

—Fue agradable tenerte con nosotros estos días, cuídate y no hagas ninguna locura —me dijo Darco.

Una vez que terminamos de despedirnos estrecho la mano de Darco en señal de agradecimiento, pero Crista me sorprende con un dulce abrazo el cual correspondo. ¡DIOS! ¡Su pelaje es tan suave y cálido! ¡Desearía que este momento nunca acabase, adoro esta sensación! Por mucho que quisiera seguir abrazado a Crista tuve que separarme de ella antes de que la cosas se pusieran incomodas.

—Cuídense por favor —dirige la mirada al lobo—, y Zoren mantenme al tanto de todo lo que suceda entre ustedes.

—Cuenta con ello Crista —contesto—, en fin, mejor nos vamos ya, hay que aprovechar el día.

—Cuídate lobo, nos veremos luego —se despide Darco.

—Adiós y cuídense ustedes dos —Dijo Zoren antes de salir.

—Hasta luego Crista, Darco —dije antes de marchar.

Crista

Justo cuando nos despedimos esos dos siguieron su camino rumbo a la capital. Tras eso Darco y yo entramos a la casa para pasar el resto del día.

—¿Crees que todo saldrá bien? —preguntó mi hermano.

—No estoy segura, ruego que sí, pero el futuro es incierto.

—Bueno, ahora solo nos queda esperar y que Zoren nos diga que fue del muchacho. No sé por qué, pero me encariñe demasiado a pesar de conocerlo por pocos días.

—A mí me paso igual hermanito, por esa razón no puedo evitar sentirme ansiosa por él, no sé cómo explicarlo, pero de alguna manera me recuerda…

—Te recuerda a Zoren ¿no es así?

—…! —abrí los ojos tras escuchar eso— Imagino que a ti también te recuerda a Zoren.

—Ja, ja, no lo voy a negar, no sé porque, pero me es extraño; aun así, no creo que sea de importancia, solo sé que es seguro que esos dos se llegaran a llevar muy bien.

—Curiosamente yo pienso lo mismo —dije,

Ya no había nada que podía hacer por mi parte, solo era esperar a que Zoren se pueda hacer cargo, en verdad deseo volver a encontrarme con ese humano en el futuro.

Kitaro

Ya nos habíamos ido de la casa, seguía caminando para empezar el viaje a la capital con Zoren caminando delante de mí y yo le seguía de cerca, era curioso… su vestimenta era diferente hoy, traía puesto alguna especie de armadura ligera, tenía unas hombreras, un pecho, pantalones y unos brazaletes en los brazos que eran de alguna especie de materia que jamás había visto antes, me di cuenta al verlo con cuidado ya que a simple vista parecia ropa común.

—¿Y bien? —dije.

—¿Mmm? —gira su cabeza para verme sobre el hombro.

—Dijiste que iríamos a la capital a caballo, así que… ¿Adónde vamos para ello?

—Calma, antes debo encontrarme con un amigo el cual nos hará compañía durante el viaje.

—¿Y eso por?

—Recuerda que te dije que en estos viajes es mejor ir acompañado, además es un amigo que conocí en la capital que curiosamente también se crio en este pueblo.




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