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Capítulo 36. Panorama ante el misterio.

Kitaro

Han pasado algunos días desde la fiesta. Me encontraba con Nitasha, Axel y el resto de mis compañeros reunidos para pasar el rato ya que en poco más de tres días volveremos a nuestras actividades de rutina en la torre de la orden.

Los seis estábamos pasando el tiempo en un enorme edificio en donde daban a escoger un gran número de actividades recreativas, bolos, tenis de mesa, incluso tiro con arco aunque parezca difícil de creer, simplemente tienes ir a la recepción decir que se te antojaba y te preparaban un lugar, una vez dentro del lugar podías jugar una cierta cantidad de rondas y mientras pasaba el tiempo si se te antojaba algo solo tenías que pedirle a los empleados para poco después recibir algunas bebidas o comidas para disfrutar durante la estadía.

En estos momentos nos encontrábamos en el centro de tiro con arco, las reglas era sencillas, cada aro de la diana tenía un puntaje y debías acumular la mayor cantidad en cada ronda de tres tiros, cada uno pasaba y al terminar le cedía el turno al siguiente, intuí que la diana tenía alguna especie de sensor de presión o algo por el estilo ligado a los arcos, porque siempre que se lanzaba una flecha esta era registrada y daba el puntaje en una tabla sobre nosotros si logras acertar el tiro o no.

Janeth y Lira eran las mejores estando en las primeras posiciones de la tabla de puntajes, el hecho de que tengan mejor manejo en armas y una vista más aguda influye demasiado. Después le seguíamos Axel y yo a pesar de que nunca había sostenido un arco antes de comenzar a entrenar con la maestra Kayiri se me daba bien, y de último en la tabla de puntajes se encontraban Nitasha y Darru, podía ver algo de frustración en sus rostros, en más de una ocasión Nitasha fallaba los disparos y Darru a duras penas lograba darles en los bordes, está más que claro que el combate a distancia es algo que esta fuera de discusión para ellos.

—Después de esto vayamos a los bolos —dijo Darru en tono desanimado.

—Por favor... —agregó Nitasha igual de desanimada.

—Oh vamos. no se pongan así porque mi hermanita y yo estamos con una gran ventaja ja, ja, ja —rio victoriosa Janeth.

—La humildad no es uno de tus fuertes ¿cierto? —preguntó Axel algo desconcentrado, no pude evitar reír un poco ante ese comentario.

Después de unas rondas más termínanos de jugar al tiro con arco, cuando nos retiramos del lugar ya eran horas de la tarde y decidimos ir a por algo de comer antes de continuar con la diversión, todos nos decidimos por ir a un restaurante de hamburguesas, según Nitasha eran las mejores de la zona algo lo cual fue corroborado por Janeth y Darru, era claro, se trataba del local al que había ido con Arethia el día de su cumpleaños.

Una vez que llegamos al lugar y teníamos la comida sobre las mesas no perdimos tiempo en comenzar a comer, hablábamos, reíamos de varias cosas mientras disfrutábamos de nuestra comida, hasta que algo paso por mi mente.

—Je, je...

—¿Qué sucede Kitaro? —me preguntó Axel

—Nada, solo acabo de recordar que en tres días ya se nos acabaran las vacacione y debemos volver a los entrenamientos.

Como si se trataran de algo innombrable mis palabras hicieron que todos los demás guardaran un silencio en lo que solo se podía escuchar al resto de personas en el restaurante, varios de nosotros estaban por darle un bocado a su hamburguesa y de la nada se detuvieron en seco, estas reacciones en verdad me dejaron confundido.

—¿Qué sucede? —pregunté algo preocupado.

—Por favor.... No nos recuerdes eso... —me rogó Nitasha.

—Mi pelaje se eriza con solo recordar lo que nos viene... —comentó Axel.

—¿¡Es en serio!?

Ya comprendí el porqué de sus reacciones, estos siguen traumatizados por la temporada laboral que está por venir en unas cuantas semanas, ¿¡en verdad siguen tan preocupados por eso!? Esa temporada también recibe el curioso nombre de "los principios de la agonía" y considero que es un poco exagerado darle ese nombre. Vamos sé que unas jornadas de trabajo duro dan miedo, pero no es algo que debería aterrarte tanto como la muerte misma.

—No puedo creer que sigan angustiados por la "temporada laboral" —hablé.

—No entiendes nada Kitaro... —dijo Nitasha.

—¿Qué debo entender? Solo es una temporada donde nos harán hacer trabajar más de la cuenta ni que fuera cosas que nos hagan poner en riesgo nuestras vidas como lo sería hacer cuerda floja sobre el cráter de un volcán o algo por el estilo...

—Kitaro —intervino Janeth—, el problema radica en que además de trabajar con las misiones "sencillas" aun debemos cumplir con los entrenamientos.

—Eso ya lo tenía en cuenta.

—El asunto es el siguiente, el simple hecho de estar agotados con los entrenaditos no será excusa para desatender las misiones que nos asignen, imagina nada más salir de una sesión intensiva con el maestro Daronde para luego tener que esforzarte por apilar enormes cajas de cargamento.

—Ok... Eso es un poco excesivo...

—Y eso no es nada... —hablaba Nitasha— Habrá ocasiones que apenas terminemos un encargo justo en ese momento nos asignaran uno similar, ¿¡sabes lo que es estar varias horas sin descanso alguno!?

—No en carne propia... —aun así, no creo que sea algo por el que asustarse tanto.

—Pues es algo muy agotador —comentó Darru—, eso hará que acumulemos una enorme cantidad de estrés tanto físico como mental... He visto varios casos de personas que quedaron traumatizados por el trabajo excesivo.

—No solo traumatizadas, también existe la posibilidad de sufrir cambios físicos... —agregó Axel— Un primo mío, un león negro con una gran melena que lo hacía ser deseado por muchas, tuvo que enfrentar "los principios de la agonía" hace algunos años antes de que yo entrara la orden

—¿Y qué le sucedió? —pregunté con curiosidad.

—Después de dos semanas regresó a casa y todos nos aterramos al verlo...




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