Había estado deambulado por esa zona del bosque hace días —el pueblo donde había estado viviendo desde hace tiempo había sido destruido— El niño estaba asustado cuando se dio cuenta que por el lugar que estaba habían Krobis, hace dos días que los había visto y había logrado mantenerse oculto, —él susto que se pegó al ver uno por primera vez nunca había visto uno tan de cerca, solo en libros— estaba asustado con la sensación de que su vida estaba por terminar constantemente cada segundo, quería huir, pero no podía cada vez que lo intentaba aparecían. Ese día los había notado especialmente ansioso como si buscasen algo—tal vez la chica de los anuncios que se encontraban por casi todas partes estuviese por ahí o talvez a él, ya no sabía que pensar el pobre—, la mayoría se había retirado de la zona solo quedaba aquel sujeto y ahí fue cuando vio aquella mujer que estaba siendo acorralada por aquel monstruo y quiso ayudarla, así que salió de su escondite con aquella arma que había conseguido días atrás, no sabía cómo usarla bien solo lo había visto, pero debía ayudarla, él no era un niño muy altruista, pero eso fue lo que sintió que debía hacer.
Él en verdad quería ayudarla, pero al final él terminó siendo el que recibió la ayuda, se sintió tan inútil —como siempre que estaba frente a aquella mujer que detestaba tanto—. Él vio como aquella mujer presionaba el dispositivo que provocó que saliese volando —por suerte solo resultó con rasguños, nada grave, por lo menos físicamente— Aún mantenía el celular en sus manos que se lo había arrojado y el recuerdo del rostro de aquella —que expresaba tristeza y felicidad no lo entendía cómo se puede sentir así después de lo que hizo. — ¡se suicidó!... aunque lo ayudó
Todo estaba más tranquilo, con la explosión no había acudido más Krobis ni humanos, pues él era el único que quedaba inspeccionado, —pero el niño debía irse pronto de ahí antes de que lo demás notaran la ausencia de su compañero que ya no volvería su base— pero aquel niño de enormes ojos verdes no podía dejar de llorar se sentía triste, frustrado al no haber podido ayudarla, —¿por qué soy tan débil? —solía pensar constantemente en especial cuando se encontraba deprimido —será por ser tan pequeño… si es así creceré rápidamente y cuidaré a los que quiero —se respondía así mismo. Ya no quería seguir luchando se encontraba cansado… cuando recordó el celular, con un solo toque se desbloqueó y apareció un mensaje
"Pequeño si estás leyendo esto seguramente ya no estoy, no te asustes por lo que viste, la vida nunca es fácil, siempre hay que tomar decisiones difíciles, a veces nos equivocamos… Ve a esta dirección “x”, ahí encontrarás a mi pequeña hija Sam, ella te ayudará y tú podrás ayudarla, mi Hover está cerca prográmala para que te lleve… Adiós pequeño ", Elizabeth A.
Para su suerte el pequeño sabía leer, así que entendió perfectamente el mensaje, ese mensaje revelaba la dirección donde se encontraba su hija y pedía que la cuidara, —¿yo? pero si apenas puedo cuidarme, soy solo un niño luchando por sobrevivir…, pero de todos modos lo intentare —se prometió así mismo y pensó que algo podía hacer por la hija de aquella mujer, la vida le había dado una nueva oportunidad y ahora la aprovecharía.
El niño, de 11 años, decidió ir al lugar, primero busco la Hover la cual se encontraba camuflado con arbusto, y con mucho cuidado logró sin que nadie lo siguiese logró llegar a la cabaña que se encontraba en acantilado, era una pequeña cabaña sencilla camuflada por la vegetación, —sino te fijabas bien la confundirías con unos árboles—. Intento abrir la puerta, la cual la forcejeo apenas y logró entrar, intento buscar a alguien con mucho cuidado en todas las habitaciones, pero no había nadie, así que se dirigió al sótano como indicaba el mensaje, dentro estaba oscuro, buscó un interruptor y apenas lo encendió se ilumino toda la habitación lo que cegó un instante, pero al abrir los ojos logro identificar la figura de una niña con un arma apuntándolo, lucia consternada al verlo pues debería ser su madre, pero era él y no ella
—¿Quién eres? —pregunto la niña, no estaba asustada sabía disparar, y ese niño no era un Krobi, su piel trigueña lo delataba, talvez sería un ladrón, ella dispararía si lo consideraba necesario, cruel pero necesario
—Daniel
Así fue la primera vez que Daniel vio a la pequeña a quien siempre querría proteger, desde que la conoció, él estaba asustado al igual que ella pero prefirió parecer seguro, al llegar al lugar creyó que era una broma pero al entrar a la cabaña y al verla se sorprendió sus ojos le recordaron a Niall —su hermana, de hecho su media hermana quien era la única que lo trataba bien junto a su madre, de hecho ella y él fueron mandado lejos de su hogar para poder sobrevivir, pero cuando los atacaron él fue el único que sobrevivió al estar lejos ya que se había alejado de su nuevo hogar, debido a había tenido una pequeña pelea con ella, se sentía culpable por estar vivo y ella probablemente no, lo más seguro es que estuviese muerta las bombas cayeron justo en la zona donde vivían y eso era algo que nunca se lo perdonaría
La voy a proteger después de todo gracias a su madre estoy yo vivo, decidió Daniel, aunque en parte era porque esta vez quería protegerla a ella, ya que con su hermana no pudo, aunque con esa arma apuntándole estaba comenzando a pensar que el que necesitaba ser protegido en ese momento era él y no ella.
#1531 en Ciencia ficción
#16823 en Novela romántica
desamor tristeza amargura corazn roto, experimentos crueldad, sufrimiento trauma
Editado: 06.04.2023