El ocaso de arcadia

CAPITULO 6: SOLA

CAPÍTULO 6

Cuando Elizabeth se despidió de Sam lo había percibido como si nunca más se verían, pero decidió no prestarle atención… sabía que su madre no haría nada para ponerlas en peligro.

Samantha

Sam, estaba esperando a su mamá, pero había tardado más de lo normal, estaba jugando con Dara cuando alguien golpea la puerta al abrirla se sorprende al ver por las cámaras que no es su mamá, ordena a Dara que se camuflé, transformándose en un brazalete, toma un arma y abre la puerta apuntándole; está en verdad asustada, pero sabía que no era un Krobi, su único alivio, era un simple niño, el cual tiene con ojos verdes, no grises, una tex clara, pero no como la de los fantasmas, y un cabello rubio, no blanco, todo revuelto y largo con sus facciones aniñadas, se lo queda viendo sorprendida; cuando de pronto el comienza hablarle, se ve obligada a reaccionar

— Hola pequeña, no te asustes, soy Daniel, pero dime Dan… Tú madre me envió— se presenta el intruso tratando de no asustar a la pequeña que tiene en frente suyo

— Me podrías decir tu nombre— pregunta Dan, a lo que ella duda, pero siente que no es mala persona

—Me llamo Samantha, pero dime Sam,— le responde pero hay algo que le da curiosidad y le pregunta no puedo quedarse con la curiosidad su máma siempre le decía que “si no preguntas no llegarás a nada, peor es quedarse en la ignorancia”

—Solo para confirmar ¿eres humano? —, entonces Dan responde, parece divertido con su pregunta, pero es normal casi no ha visto a nadie en un año solo a su madre por lo que Sam había comenzado a olvidarse de los humanos, su madre era lo único que tenía como referencia, aunque sabía que no, necesitaba su confirmación

—Tranquila no soy un Krobis, soy un niño tengo 9 años, de seguro tú tienes unos ocho años, por eso soy más alto— responde el mirando a la pequeña desde su altura

—Acertaste— dice la pequeña Sami regalándole una pequeña sonrisa “¿será brujo pienso?, imposible, solo lo dedujo” piensa para sí misma, en realidad Dan, solo había dicho su número favorito  

Dan

Sam, como así era que se llamaba, lucía ahora feliz de conocer a alguien más, Dan sabía que su pequeña sonrisa no durara. Se quedó observándola pues a su parecer tenía un rostro angelical, sus ojos eran azules a igual que los de su hermanita pero más intensos, parecía un ángel ante él y para muchos, observó el cabello corto ondulado hasta más arriba de los hombros le quedaba bien con un pequeño cerquillo, Sam le había ofrecido recortar el cabello, pero el se había negado, su cabello era algo que atesoraba, a su madre siempre le encantó

—Oye te quiero presentar alguien— dice animada, a lo que Dan se asusta pues él pensaba que vivía sola pues en el tiempo que había jugado con la pequeña no había notado nada raro, de pronto su brazalete emite una luz y toma forma de un hada, según él

— Se llama Dara y es mi amiga, es un IA, quieres jugar con nosotras— asiente el niño maravillado ante ellas, entonces comienzan a jugar el IA ha hecho todo los que ellos querían, pues hasta hora, ha hablado, puede levitar lo sorprendió cuando lo hizo no se lo creía, él había muchos pero no uno así, Sam se burló de su cara, había sido muy graciosa, Sam lucía cansada y preocupada cosa que el pequeño percibió

— Oye Dan,... Sabes donde esta mamá la extraño, quiero que vuelva ya— su voz lucía muy preocupada, él se sintió triste por ella, en el poco tiempo que convivió ya se había encariñado con ella, no quería decirle la verdad pero tenía que hacerlo… aunque creía que ella ya lo sospechaba.

—Dan no llores, ya viene mamá y a mami no le gusta que lloren solo le gusta que sonría, por eso yo nunca lloro— sus lágrimas salieron de la nada, ni se había dado cuenta “que pequeña es… pero tengo que decírselo”

—Sam sabes que mami tu quiere mucha verdad—, ella asiente ante lo obvio — Tu mamá te ama, daría todo por ti— “sé que sufrirá, pero tengo que decirle”

— Tu mami no volverá— es en este momento cuando nota que sus ojos se enrojecen oh no ya está triste, pero es la verdad no puede vivir engañada y él no puede construirle un mundo de fantasía para ella cuando él es solo un niño a igual que ella

—¿Por qué Dan, si mami me ama? — pregunta la pequeña aun sin querer aceptarlo, Dara ya lo había hecho desde que él niño había llegado ella supo que algo malo sucedía, pero ahora lo sabía, en el fondo ella también por eso había querido jugar, algo que ya había perdido el interés de hecho, solo había sido su forma de evitar su realidad

—Lo siento Sam pero tu mamá...—, comienza a llorar incontrolablemente, entonces él supo que entendió, trato de calmarla, pero no paraba así que la abrazó fuertemente mientras lloraba hasta que se durmió en sus brazos, no pudo evitar pero también lloraba, por ella por él; él también estaba solo, a su familia la habían matado, al menos eso creía meses atrás, solo por pertenecer a la elite, y su hermana durante la guerra desde entonces estaba solo y había sobrevivido solo, porque lo habían ocultado, no sabía qué hacer después de todo solo era un niño que aunque sea mayor que ella seguía siéndolo, mañana pensaría, por el momento deseaba dormir, pero se percató que Dara miraba la escena consternada. Dara había mirado todo, quiso decir algo pero quería pasar desapercibida como si fuera normal al igual que lo era Klaus, un robot común que estaba en la cabaña, pero no soportaba ver a Sam destrozada




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