El ocaso de arcadia

CAPITULO 4 DESCANSO PARTE 1

CAPÍTULO 4

Samantha

—Sabes, no voy a olvidarlo— dijo directamente, lo que acelera mi corazón, debería chequearlo, pensé que diría “si bueno, Sam disculpa no quise hacerlo…” y me sale con esto

— ¿Por qué no? — pregunto, yo si quiero

— Porque, me gustas—¿qué acabo de decir?, es imposible solo está jugando conmigo, los rumores dicen que solo sale con las chicas y cuando se enamoran locamente las deja

— No te creo, deja de jugar— respondí fríamente— Es que no creo en ti, lo digo sinceramente—

— Digo la verdad, sé que has oído esos rumores y no te voy a mentir son verdaderos, al menos la mayoría—me decepcione al oírlo, pensé que los negaría, pero los afirma… al menos no mintió

—Quieres que te diga por qué no te mentiré, es porque te quiero y no me gustaría mentirte... —, yo solo lloro no sé por qué él se acerca a mí y me abraza — no llores por favor— entonces alza mi cara y me da un tierno beso en la frente —déjame quererte, porfavor—

— Lo intentare— susurro, me abraza fuertemente

— Adiós nena nos vemos mañana— yo solo rio es el mismo y yo seré la misma.

Han pasado varias semanas desde que hablamos yo y él nos llevamos muy bien somos más cercanos creo algo ha cambiado, no sé qué será.

— Hola Sam— que pasa me mira raro, se acerca a mí me jala— ven—, y me lleva su auto —Sube— me ordena y le hago caso,

— ¿Qué pasa a donde vamos— pregunto es raro

—Lo que pasa es que quiero que por hoy descasemos— dice

—¡Qué!... ¿cómo te atreves a tomar decisiones por mí? — estoy enojada, al parecer lo nota, no me parece que haga lo que se le da la gana

— No estés enojada, necesitas descansar nunca dejas de trabajar a pesar de ser muy joven—, no digo nada —Es por eso que pedí un descanso para los dos, hoy y mañana— dice

—Está bien pero no vuelvas a tomar decisiones por mí— digo, pero sigo enojada, me lleva a mi departamento y entra

— ¿Qué no vas alistar tu ropa? —pregunto ya que se queda parado mirándome

– No, ya la alisté obviamente—, responde y se sienta, como si estuviera en su casa, pero sigo mirándolo – Pasa algo Sam— pregunta

– Nada solo pienso, que siempre que llegas actúas como si estuvieras en casa— respondo con la verdad, tiene mucha confianza conmigo

— Ah es eso lo que pasa, es que donde tu estés es mi hogar, nena—dice guiñándome el ojo, me sonrojo y volteo para que no lo note, él se ríe de mi

— ¿A dónde vamos?, no me lo has dicho— pregunto curiosa

—Específicamente a la playa, ¿has ido? — suena bien

—No— les respondo y él sonríe, entonces comienzo alistar mi ropa, estoy emocionada, mi mama me conto que una vez fue con papa,

—Te vas— pregunta discretamente Dara, hay me olvide de ella, que mala soy siempre se queda en casa

—Ve, creo que lo mejor es que yo no vaya, pero ve tú, tienes que descansar, distraerte eres joven solo ve— yo solo asiento y me lanzo a abrazarla, pero es difícil cuando es tan pequeña

–Gracias Dara— y alisto mis cosas, el me ayuda a llevarlas, cuando abre el baúl veo que sus cosas ya están

— Yo ya lo preparé todo— presume

—¿Cómo sabías que aceptaría?— pregunto

— Solo lo supe— dice seguro

— Además si no aceptabas te traía como sea— dice

— Oye— lo reprendo y le doy un codazo, se ríe

— Oye sube, se nos acaba el tiempo— me dice

En el trayecto me quedo dormida...




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