El ocaso de arcadia

CAPITULO 12 LO PERDÍ, LO ODIO

CAPÍTULO 12

Samantha

No puedo creer lo que me dijo Karen, necesito ir a verlo. No puedo con esto, por suerte tengo a Karen, se portón tan lindo conmigo, hasta me ayudo a vestirme

—  Te vez linda— me dice observándome con sus enormes ojos verde

—  Igual tu —  respondo, pero aún así mi tristeza se nota

—  Vamos, falta una hora para la boda— dice y así que nos dirigimos en su auto a las afueras de la ciudad, donde se realizaba gran boda, pero rayos, había un tráfico terrible— No te desesperes Sam— me dice

— Intento hacerlo pero no puedo compréndeme— ella solo asiente los carros no avanzan, y cuando llegamos es tarde los puedo ver salir de la iglesia, se ve hermoso con su traje y ella aunque no quiera que se vea hermosa lo hace, yo quisiera estar en su lugar, pero no veo ninguna sonrisa en él, comienzo a llorar sin darme cuenta

— Tranquila, tranquila no llores— me consuela inútilmente

El camino se hizo una eternidad hasta que por fin llegamos

—Sam sabe que tienes que hablar con él, así que vamos a la recepción— me anima al ver mi indecisión en mi rostro de querer salir del auto, donde me sentía segura y protegida, siento que si salgo todo será real

—  Para que, si ya lo perdí, ya es tarde… No entiendo a qué vine — me mira a la cara y su rostro refleja desconcierto

—A ver Sam ya venimos hasta aquí. Además mereces que te de una explicación, independientemente de su decisión, y deja de llorar— me regaña, sus palabras está vez no refleja compasión sino autoridad… sé que tiene razón.

Al llegar a la recepción puedo ver que todo esta tan hermoso, ordenado, todos visten tan bien, la decoración es tan linda con flores blancas por todos lados… me siento triste al ver esto

— Sam tranquila entremos, pero antes te retocaré, tus lagrimas han arruinado tu maquillaje, no le des el gusto de verte así— dice y así lo hace.

Al entrar lo busco y lo encuentro a la primera, lastimosamente… está siendo felicitado por muchas y me imagino que aquella mujer con ojos mieles que está a su lado vestida con el enorme vestido blanco debe ser ella, no puedo evitar detallarla y compararme  es de mejor estatura que yo, su cabello es lo contrario al mío, es rubio, en sí no nos parecemos, no quiero verla…

Así que sin más remedio me intento retirar, no soporto esta situación

— Sam tienes que hacerlo, vamos si—Karen me ánima a no irme corriendo, instinto que quiero seguir, pero no debo

—Lo hare— digo firmemente y me dirijo hacía allá con Karen atrás mío, al llegar él está solo y… esta tan guapo como siempre

— Necesito hablar contigo— digo fríamente

—  Ven sígueme, vamos afuera— me mira frio como si no le importase, debí darme cuenta antes, me duele esto. Lo sigo y veo un jardín hermoso que contrasta con la situación en que me encuentro, en el jardín no hay nadie, Karen también me sigue

—  Podríamos hablar a solas— dice Ian, Karen me mira y yo asiento con la cabeza

— ¿Por qué me engañaste?, ¿qué te hice?, ¿porque jugaste conmigo? — pregunto y pregunto, mi voz se encuentra llena de rabia hacia él, quiero respuestas

— Sam lo siento…— eso es lo único que dice

—¿Sam lo siento?, ja si lo sintieras no me hubieras hecho esto. Maldita la hora que confié en ti, ¿por qué lo sientes? por engañarme, por jugar conmigo, por no amarme, habla Ian dime HABLA— mi voz suena desesperada y llena de odio

— Cálmate, está bien, quieres que hable lo hare, todo este tiempo jugué contigo, me divertí nunca te amé… Entiéndelo lo nuestro termino, ahora si me disculpas me voy— al escuchar eso le di una cacheta, me lance a golpearlo en su pecho. Es increíble que lo haya hecho ya no puedo más y comienzo a llorar y gritarle

— Eres un imbécil, ecpático, mentiroso, idiota te odiooo...— no pude seguir porque su boca se unió a la mía besándome, pude sentir de nuevos sus besos cálidos, como siempre al solo sentirlo hace que me derrita y quiera más de él, le seguí ¿pero qué hago?, me separe de él bruscamente y le di una cachetada— Nunca más , óyeme, vuelvas a hacer eso, escuchaste— digo

— Sólo quería que te cállaras, ahora si me disculpas me voy— dice no sé cómo puede ser así en un rato me besa al otro es tan frio, pero lo retengo

— No me llames Sam, me llamo Samanta, entendiste— asiente y se va, estoy furiosa, enojada por haberme enamorado de él; al salir Ian entra en seguida Karen y me da un abrazo

— Tranquila querida, esto pasara— me dice y no sé si será verdad.




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