El origen de las brujas de sangre

5. Las cocinas de Hogwarts

POV: James🦁

Me gustaba el Gran Comedor. A pesar de que el número de estudiantes era menor en el desayuno que el de la noche anterior en la cena, el ambiente seguía cargado de conversaciones. Podía notar la emoción de la gente por el primer día de clase, y yo no era menos. Apenas había dormido pensando en lo que repararía el día. Por suerte, Walter había accedido a una ronda nocturna por el castillo cuando él tampoco pudo dormir. No recorrimos mucho porque no parábamos de perdernos, pero al menos me había servido para congeniar más con mi compañero de habitación.

Me encontraba hablando con él, planeando una forma eficiente para recordar los caminos que tomábamos sin perdernos, cuando Leo empezó a hacerle señas a alguien al inicio del comedor.

Extrañado, me giré, viendo como Allison le devolvía el saludo mientras hablaba de forma apurada con Emilie y otra chica. Parecía que estuvieran discutiendo algo, hasta que finalmente Emilie y la otra chica le dieron un pequeño empujón en nuestra dirección mientras reían.

Ellas se alejaron en dirección a la mesa de Ravenclaw, pero no Allison. Allison se encaminó a nosotros con una sonrisa y cuando llegó a mi lado no dudó en sentarse, quedando frente a Leo.

—Pensé que ibas a saltarte el desayuno como la entrega de horarios —dijo Leo divertido.

¿Se conocían? Allison había mencionado conocer a varias personas en Hogwarts, pero el nombre de Leo no me sonaba.

—Oh, no, no podría saltarme la comida más importante del día —respondió ella cogiendo uno de los platos sobre la mesa.

—¿Allison, qué haces aquí? —pregunté ante el acto, especialmente cuando empezó a echarse zumo como si nada.

—Desayunar con mis compañeros de casa, ¿qué si no?

—¿Compañeros de casa? —pregunté alzando una ceja.

Está bien Allison, quiero ver a donde llegas con esto.

—Que sea tímida no significa que no esté aquí James —lo dijo de forma tan suave, lo hizo para molestarme, pero no me importaba. Había un motivo mayor para que estuviese allí y tenía curiosidad por descubrirlo—. Además, ¿si no fuera de Gryffindor cómo iba a saber la contraseña de la sala común?

—¡¿Qué sabes qué?!— exclamé, esta vez sin poder contenerme.

A mi lado, Walter comenzó a reírse por mi reacción, pero no pude evitarlo. ¿Cómo? No llevábamos ni veinticuatro horas en Hogwarts. ¿Cómo la había conseguido tan rápido?

Membra carnium sirenis —dijo con obviedad—. Deberías apuntarla para que no se te olvide —comentó con el tono justo de burla en su voz para que solo yo lo detectara.

—Pues es buena idea. Lo de apuntarla digo, porque es muy rara —comentó Brody incorporándose a la conversación.

—Eres increíble —le susurré a Allison para asegurarme que nadie más lo escuchaba.

—Gracias —contestó dedicándome una media sonrisa antes de contestar—. Solo suena raro porque es latín.

—¿Sabes latín? —preguntó Leo sorprendido.

—Me obligaron a aprender el año pasado. Ayuda con la etimología de los hechizos —contestó quitándole importancia.

"El año pasado". El día anterior en el tren Allison me había contado prácticamente toda su vida. Yo le había contado la mía, pero había algo que no había dicho, y era lo relacionado al año anterior. Algo le había pasado el año anterior que además había provocado todo su rechazo por Hogwarts. No me lo había dicho explícitamente, pero no era difícil darse cuenta de que había sido así. Le había querido preguntar, pero supe que necesitaría ganar un poco más de confianza. Al fin y al cabo nos acabábamos de conocer y el año anterior había sido duro para ella. Podía entender que quisiera reservarse un poco de su vida. También había cosas que yo no le había contado.

—Oh, por cierto, este es mi hermano, Brody. Está en primero también —presentó Leo señalando al chico a su lado.

—Encantado —escuché decir mientras seguía comiendo.

Walter y yo intercambiamos una mirada al verle, y simplemente compartimos una sonrisa ignorándole. Brody nos había explicado la noche anterior que sus padres eran fanáticos de la cocina, pero no demasiado buenos con ella. Siempre probaban recetas que nunca acababan bien y estaba encantado de poder probar algo comestible al fin.

—Yo soy Walter —se presentó mi amigo.

Allison se limitó a sonreírles como respuesta. Noté que iba a decir algo más, pero quedó interrumpida por un par de chicos más mayores que se acercaron en busca de Leo.

—Leo, ¿vienes al campo de entrenamiento antes de que empiecen las clases?

—Claro —respondió él levantándose de la mesa—. Nos vemos luego —dijo a modo de despedida antes de salir corriendo con los otros dos chicos hacia la puerta.

—¿Tu hermano juega? —preguntó Allison mirando a Brody.

—Entró en el equipo el año pasado como suplente y este año lo han nombrado titular, es cazador.

—¿Cómo creéis que será la clase de Encantamientos? Tenemos ahora a primera con los de Ravenclaw —preguntó Walter, que había recuperado el horario que nos habían dado esa mañana.

—Seguro que aburrida —contestó Brody desde el otro lado.

—Bueno, al menos es fácil conseguir puntos, o eso han puesto Katherine y Henry en el horario —dijo Allison encogiéndome de hombros.

—¿Quiénes son Katherine y Henry?— preguntó de nuevo Walter haciendo una mueca.

—A parte de la mejor pareja de todo Hogwarts, dos de los prefectos de Ravenclaw —contestó ella girándose levemente para dirigirle una rápida mirada a la mesa de Ravenclaw.

—¿De qué conoces a los prefectos de Ravenclaw?— preguntó Brody extrañado.

—Sí, ¿de qué conoces a los prefectos de Ravenclaw? —pregunté con una media sonrisa, para molestarla.

—Compartimos clases, lo van a saber de todas maneras —contestó mirándome ella también—. Por cierto, veo que te has decidido a no ponerte la túnica tu tampoco.

—Sí bueno, ya te dije que me habías convencido con lo de saltarme una norma diariamente.




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