POV: James🦁
Neville me saludó al entrar en los invernaderos, como esperaba que hiciese. Tuve que recordarle que allí era mi profesor y no un amigo más unas tres veces antes de que me dejara marchar con el resto de estudiantes. Por suerte, no había mucha gente en clase cuando la charla pasó. Después de lo que le había contado, Allison decidió no decir nada al respecto, lo cual agradecí, porque ya tuve suficiente con los comentarios del resto de mis amigos.
A pesar de todo, la clase no estuvo nada mal. Neville era buen profesor, aunque estuviese nervioso por la primera clase del curso. La hora se pasó rápido y al contrario que Flitwick, que nos había mandado a leer la teoría de encantamientos de naturaleza, Neville no mandó ningún tipo de deberes, lo cual era un punto a su favor.
Nuestros amigos salieron contentos, comentando sus impresiones y sugiriendo diferentes ideas para hacer en las siguientes horas libres. Allison y yo les ofrecimos ir al campo de entrenamiento con nosotros, pero a Walter y Brody no les hacía mucha gracia practicar con escobas que no fueran las suyas. Emilie nunca había sido la mayor fan del quidditch, incluso con una influencia tan grande como la madre de Allison tan cerca de ella, y Abigail, que no sabía en lo que consistía, tampoco puso mucho interés por averiguarlo. Así pues, Allison y yo nos despedimos prometiéndoles que los veríamos más tarde en el comedor.
Sabía que Teddy no cursaba demasiadas asignaturas. Había preferido escoger menos y centrarse más en ellas para así obtener una mejor nota en sus EXTASIS, así que esperé encontrarle en la sala común de Hufflepuff. Si no, tenía pensado buscarle en la biblioteca. Y, si tampoco lo encontraba allí, tendría que empezar a asumir que no recuperaría mi escoba hasta la hora de comer.
La parte buena fue que ya conocíamos el camino a la sala de Hufflepuff por lo que no tardamos demasiado en llegar.
—Bien —dije una vez nos encontramos frente a los barriles por segunda vez en la mañana—, tú eres la que sabe entrar en las casas de los demás.
Allison hizo una mueca, y supe que lo que le molestó no fue el comentario, fue la verdad de lo que decía a continuación.
—Aún no he podido aprender a entrar en Hufflepuff.
—Ah, claro, tenías prioridad por averiguar cómo entrar en Gryffindor. Las otras casas aún necesitan tiempo.
—No te equivoques, solo me queda Hufflepuff. Ya tengo la contraseña de Slytherin.
Diría que me sorprendía, pero no estaba seguro de que fuese cierto.
—¿Qué? —dijo ante mi mirada— Ya que me decían la contraseña de Gryffindor no hacía daño que me dijesen también la de Slytherin.
—¿Debería preocuparme porque lleves aquí un día y ya tengas contactos claramente tan influyentes?
—Nah —comentó quitándole importancia—. Eres mi amigo, mis contactos son tus ventajas también.
Allison se quedó mirando los barriles fijamente, como si aquello fuera a revelarle el ritmo de desbloqueo.
A lo mejor podíamos probar a simplemente llamar. Se suponía que los Hufflepuff eran amables, existía la posibilidad de que simplemente nos dejaran pasar si lo pedíamos.
Estaba a punto de sugerirlo cuando la puerta se abrió frente a nosotros. Miré a Allison por unos segundos, por si había sido ella la que por casualidad la había abierto, pero ella parecía tan contenta como yo ante la coincidencia.
Un grupo de chicas, no mucho más mayores que nosotros, salían de la sala comentando algo sobre su próxima clase de defensa contra las artes oscuras.
Yo me acerqué a ellas, sosteniendo la puerta.
—Hola. Perdonad, estoy buscando a mi hermano, Teddy Lupin. ¿Os importa si entramos un momento para hablar con él? —pregunté a las chicas ante la aparente invasión a su sala común que estábamos a punto de hacer.
—¿Tu hermano es Teddy Lupin? —preguntó una de las chicas con una sonrisa—. Qué suerte tienes, Teddy es genial. Está dentro estudiando.
Yo les sonreí, agradeciéndoles que nos hubiesen dejado pasar sin problemas. Me pregunté si tendría que ver con mi relación con Teddy o si nos hubiesen dejado pasar de todas formas. Hacía mucho tiempo que no llamaba a Teddy "mi hermano", pero llevábamos viviendo juntos toda la vida, así que tampoco era la primera vez que lo hacía. De hecho, de pequeño tuve muchos problemas para entender cómo Albus era mi hermano y Teddy no si Teddy había llegado antes que Albus.
Entré en la sala común de Hufflepuff, dispuesto a encontrar a Teddy, pero la risa camuflada de Allison me hizo girarme hacia ella antes de emprender mi misión.
—¿Qué te hace tanta gracia?
—¿Has pedido permiso para entrar? —preguntó con una sonrisa, fruto de su risa anterior.
—Claro que he pedido permiso. No es nuestra sala común.
Aquello solo desató una nueva risa en ella.
—No pienso pedir permiso cuando me pase el día en la sala común de Gryffindor —advirtió.
—Es distinto. Tú eres como un miembro honorario de Gryffindor.
—No pienso pedir permiso para entrar a ninguna sala común —se corrigió.
Yo simplemente negué, ignorándola. No esperaba que lo hiciese de todas formas.
Me sorprendió la cantidad de luz de la sala común teniendo en cuenta que se encontraba en el sótano del castillo. Era tan diferente a la sala de Gryffindor que me hizo preguntarme si la sala de Ravenclaw también sería tan diferente a la mía.
Encontré a mi amigo rodeado de un pequeño grupo, ocupando una mesa entera con sus infinitos papeles y libros. Estaba convencido de que en algún momento alguien se había equivocado a la hora de coger un pergamino, sería imposible no hacerlo con el desorden que presentaba el lugar. Pero yo podía ser incluso peor estando solo, así que no dije nada al respecto.
—¡Teddy! —exclamé acercándome a él.
Él pareció contento de verme. Se levantó de su asiento, susurrándole algo a sus amigos antes de acercarse a nosotros. Me dio un rápido abrazo y enseguida me preguntó que hacía yo por allí.
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Editado: 22.07.2025