Amanece y muy temprano la princesa va a caminar por el jardín, esta vez pasea cerca del lago.
Sebastián la mira desde lo lejos mientras ensilla su caballo y los de los monarcas para ir de
cacería. Por un momento se embobece admirando la belleza de la joven. El vestido blanco de
esta arrastra el suelo y rosa las cristalinas aguas del lago.
A Sebastián le sorprende que la princesa este sola sin su dama y a estas horas de la mañana
por el lago.
Sebastián al fin termina con el último caballo y se queda hipnotizado mientras acaricia el caba-
llo. Incluso se le escapa una sonrisa cuando ve a la princesa jugando con las aguas del lago,
aunque le sorprende que se esté adentrando en las aguas con lo fría que está la mañana. En-
tonces ve que la princesa se sumerge en el agua y sale corriendo y sin pensarlo se tira al agua y
la saca rápidamente y la acuesta en la orilla.
-¿Estás bien?-dice Sebastián-¿qué ha sucedido?
-Si ya estoy bien, gracias-dice la princesa-solo que ayer mientras caminaba por los alrededores
perdí mi collar en el agua y estaba tratando de buscarlo
-¿y por qué no mandaste a alguien a buscarlo?, eres una princesa, hay muchos a tu disposi-
ción-dice Sebastián dudando de lo que le dice la princesa, pues después de lo que vio el día
antes sospecha que intentaba quitarse la vida para no casarse con Dan-además por un collar, si
debes tener miles de collares
-Para que explicarte, eso no es asunto tuyo .Igual muchas gracias por salvarme.-dice la prince-
sa
Y Sebastián se levanta para irse:
-Eres muy inoportuna para buscar cosas perdidas, me ha cogido tarde por tu culpa.
-Acaso te pedí ayuda-dice la princesa enfadada-, no te hubieses distraído de tu labor, ya me las
hubiese arreglado sola, mejor ya vete que pierdes mucho tiempo
Y cuando ya el joven se está hiendo de nuevo la princesa lo interrumpe
-Hey espera ni siquiera sé cómo te llamas.
-Sebastián-Le dice el joven guiñándole un ojo y se retira.
En eso van llegando los monarcas para partir y ven a ambos jóvenes empapados:
-Y aquí que ha sucedido-dice el rey Carlos-hija por qué estas empapada? -y corre hacia donde
está su hija.
-Padre es que tropecé y caí al lago y el señor me rescató-dice Leila mirando a Sebastián fija-
mente
-Si exacto se cayó al lago mientras yo ensillaba los caballos-confirma Sebastián
-Muchas gracias muchacho-dice el rey Carlos
-Parece que es común en Sebastián estar salvando vidas, a mí me salvó de unos bandidos en
mi cacería anterior-dice el rey Octavio
-Creo que solo ha sido casualidad-agrega Sebastián-con su permiso majestades creo que mejor
me apresuro a cambiarme.
Y mientras se aleja un poco Dan le aguanta el brazo y le dice
-Te conviene no estar cerca de mi prometida, plebeyo, espero que no olvides cuál es tu lugar.
Sebastián sonríe y se aleja sin responder nada, después de todo debe respetar al futuro rey.
Al fin parten todos a cazar, van unos cuantos soldados para escoltar a sus majestades, además
de varios nobles que han sido invitados.
Un enorme oso está en la mira de Dan
-Espera, a este no lo mates -dice Sebastián imponiéndose delante del arco del príncipe
-¿Y eso por qué? Quieres dar tu vida en su lugar? -dice Dan en tono sarcástico
-Es una osa y tiene cachorros-dice Sebastián
-Que bien, cómo sabes eso-pregunta Dan riéndose
-Solo mira-señala Sebastián a dos cachorros que persiguen a su mami
-Wuao, cada vez me sorprende más este joven-dice el rey Carlos-para ser buen cazador no
basta con saber disparar también hay que ser buen observador para ver la situación en la que
están tu adversarios.
Y varios nobles elogian entre así a Sebastián sin darse cuenta de que el alma de Dan está hir-
viendo de celos por este plebeyo.
Ya está atardeciendo y regresan al castillo. Dan va enseguida a los aposento de su madre,
empuja la enorme puerta con rudeza y entra hablando en voz alta
-Madre, madre
-Aquí estoy hijo mío, ahora por qué peleaste con tu padre-dice la reina
-No es eso -dice Dan cerrando la puerta tras de sí-el problema es el plebeyo ese que mi padre
metió al castillo, necesito sacarlo de aquí o de este mundo ya no lo soporto.
-Y que te ha hecho?-pregunta la reina
-Me ha hecho quedar hoy como un idiota y además no tengo que buscar excusas de por qué
no lo tolero: me molesta su presencia y yo soy el príncipe heredero al trono creo que con eso
basta para deshacerme de quien me moleste-dice Dan
-hijo creo que estas celoso de ese sirviente porque tu padre le presta más atención que a ti,
pero ten calma ,tu padre se aburre fácil y cuando se canse de él ya lo echará y si de aquí a un
tiempo no se ha aburrido prometo que buscaré la manera de desaparecerlo del palacio-dice la
reina
-Confío en usted madre-dice Dan
-Ahora hablemos de tu prometida, estoy planeando una cena para ustedes dos solo mañana.
Editado: 14.03.2022