Capítulo 5:
Conocidos del pasado.
Joshua.
—¡Corten!
Me abstengo del bufido que mi nariz está por soltar. Ya ni siquiera sé cuántas veces hemos hecho esta escena y aún no lo logramos.
Aún no lo logro.
Es la jodida escena del primer —y único—, beso de los protagonistas. Y pues, a Ethan se le ocurrió la brillante idea de grabar esto ahora.
Menuda mierda.
Aria tambien está un poco cansada de tanto repetir lo mismo una y otra vez, se le nota en la cara de pocos amigos con la que ve al director de reojo.
—Una vez más, solo... intentémoslo una vez más.
Y así lo hacemos. Después de volver a mi puesto del inicio y escuchar el característico "acción", levanto la vista y la observo.
Ella está revisando el celular, inquieta, arrecostada sobre su mesón. Siente mi mirada por lo que me observa y se vuelve para observar al suelo.
Yo me levanto de su cama y la tomo por la cintura, mostrándole la característica sonrisa engreída de Tyler.
—¿Por qué tan nerviosa?
—¿Nerviosa, yo? —ríe entre dientes.
—No se responde una pregunta con otra —niego divertido—. ¿Te molesta mi cercanía?
Niega con la cabeza, con sus ojos fijos en mí.
—¿Y si hago esto?
Se supone que es ahí cuando tengo que robarle un beso. Pero, por alguna razón, tanto en esta como en las tomas anteriores, no puedo. Me quedo paralizado sin atreverme a dar el siguiente paso y cortando el contacto visual.
—¡Corten!
Frunzo el gesto y suelto su cintura. Esta situación es jodidamente ridícula.
—¿Saben qué? Continuaremos con esto mañana. —comenta Ethan, visiblemente cansado.
Casi le agradezco. Casi, si no fuera por la urgencia de salir a quitarme esta horrible ropa, lo habría hecho.
Estoy a nada de correr para llegar al vestidor. Me quito toda la ropa en paso de avión. Nunca en mi vida me había cambiado tan rápido.
Al terminar de ponerme la camisa escucho unos pequeños golpes en la puerta.
Estoy seguro que es Ethan de nuevo.
Joder, ¿qué quieres ahora?
Pero, para mi sorpresa, al abrir la puerta me encuentro con la figura de Aria, con la misma vestimenta de su personaje, aún no se ha cambiado.
—¿Puedo pasar? —pregunta ella al notar que no digo nada.
Debo de parecer un idiota observándola tanto.
Yo solo asiento —porque sigo sin lograr gesticular palabra alguna por la sorpresa de tenerla en frente—, y abro un poco más la puerta para dejar que ingrese.
—Oye, chico... —empieza, mientras toma asiento en la silla que tenía el espejo en frente—. ¿Te soy sincera? Sé que esto es un poco apresurado, es decir, solo llevamos unos dos o tres días de conocernos, y aún no hay... ¿cómo se dice? Esa química que se nota a tres mil kilómetros. Pero... quiero terminar con esto de una vez por todas. Estos días han sido bastante complicados para mí y necesito salir de esto de la película. Y pues, también sé que esto de grabar toma tiempo, pero tomaría mucho más tiempo si no ponemos de nuestra parte, ¿entiendes? Además, sé que tú también quieres terminar con esto de una vez. ¡Se te nota en la cara! y pues yo estoy...
Pierdo el hilo de su charla. ¿Siempre... habla tanto?
—Ehm. —la detengo, porque en verdad que he perdido el hilo y ya no le entiendo nada—. Sí, entiendo eso que hay que poner de nuestra parte, ¿bien? Tampoco soy un novato en esto, sé lo que tengo que hacer.
¿Eso ha salido de mí? Joder, sí que estoy exhausto de todo esto.
—¿Y por qué no me besas de una maldita vez?
—¿Quieres que lo haga?
—¿Para terminar con la escena? ¡Sí! —deja escapar un pesado suspiro.
Si te dijera que hacerlo simplemente me aterra, si el solo estar contigo es una sensación que no sabría describir...
Esta chica en serio que me enreda. Y sus ojos... joder, no puedo caer en sus ojos sin quedarme atrapado en ellos.
¿Qué diablos...?
—Bien. Pues si quieres le hablo a Ethan para terminar con la escena de una vez y así quitarme un jodido peso de encima. —con un tono arisco, lo dejo salir sin pensarlo demasiado.
—¡Me parece genial! —usa el mismo tono que yo.
—¡Está muy bien!
—¡Entonces hazlo!
—¡Lo voy a hacer!
¿En qué momento llegamos a los gritos?
Ella parece darse cuenta también de la innecesaria pelea que estamos teniendo y ríe entre dientes.
—Dios. Ya ni siquiera sé qué me está pasando. Lo siento.
—No, yo... —no sé qué decirle—. Discúlpame tú a mí. Por todo. Por la pelea, por no poder terminar con la escena... es que...
Por suerte no tengo que dar muchas explicaciones porque ella enseguida habla:
—No, no es tu culpa, es solo que... quiero estar con mi amigo, ¿bien? Acaba de perder a su padre y prácticamente soy lo único que le queda, no puedo dejarlo solo durante mucho tiempo, él...
No dice nada más, solo se arrecuesta de la mesa del espejo y con una de sus manos toma su frente y cierra los ojos, se toma unos segundos en los que usa para tomar aire.
—Tranquila... está todo bien. —le aseguro, sin moverme de mi lugar.
Ella me echa una mirada fugaz y me sonríe.
—¿Qué tal si empezamos de nuevo?
—Me parece bien.
—Genial. —se acerca a mí y estira su brazo para formar un saludo—. Soy Aria, un gusto.
Me debato entre juntar nuestras manos para tomar el saludo. Es solo unos segundos, no pasará nada malo ¿verdad?
Así que lo hago, estrecho mi mano con la suya y la sacudimos un poco, formulando un saludo.
Sentir su tacto me causa escalofríos, pero no malos. Es un sentimiento que jamás había tenido.
Y por primera vez en mi vida no quiero terminar de tocar a alguien.
—Un placer, Aria, soy Joshua.
Ella sonríe y deshace del contacto. Mi mano ahora se siente fría.
Aunque fue por un corto momento, me he dado cuenta que es una de esas pocas personas a las que puedo tocar sin que todo mi cuerpo piense en huir. Y por alguna razón eso me hace... feliz.