Capítulo 9:
De nuevo con esa escena.
Aria.
Mi pierna parece tener algún tic nervioso, desde hace un buen rato no para de moverse, además de que estoy a punto de comerme las uñas.
He ignorado a mamá desde la ceremonia. ahora mismo estoy en la fiesta post boda y solo trato de no cruzármela mientras observo de un lado a otro con impaciencia.
Chase está buscando comida y a Gael lo vi hablando hace rato con Lindsey...
Oh Lindsey, a pesar que desde nuestra primera cruzada de miradas todo a sido sonrisitas y no caras asesinas, ninguna se ha atrevido a acercarse a la otra. Y, sinceramente, me estoy desesperando.
—¿Te vas a seguir escondiendo de mamá toda la noche? —pregunta Sheila, quien se encuentra en la misma mesa que yo.
Sí, pues... ella es la única persona con la que he logrado conversar, sin tensión, y no de una forma forzada, que no sean Chase y Gael, así que aquí está, burlándose de mí con la mirada mientras se toma fotos con su celular.
Pero gracias a todos los santos que existen y existirán, su noviecito no se encuentra por aquí.
—Si es posible sí. —respondo nada más.
—Hace rato me dijo que necesitaba hablar contigo y, que si te veía, te avisara.
—Y me estás avisando media hora después de verme.
—Sabía que igual no me harías caso. —odio cuando tiene razón, rayos.
Volteo a un lado y observo cómo mamá está entrando mientras habla con una señora, la cual me habían dicho, era la madre del novio.
Hora de escapar.
Sheila me observa mientras me levanto y puedo ver cómo abre la boca para pronunciar algo, pero es interrumpida por una de sus estilistas —sí, porque nunca las deja descansar—, y, por lo poco que logro escuchar, la están llamando para que cante para los novios.
Yo aprovecho ese momento para huir, salgo de mi puesto y observando a todos lados, con mucha cautela camino al lado contrario del que mamá aún se encuentra.
No estoy viendo al frente ya que prefiero estar pendiente de que mi madre no voltee y me vea. Por lo que, es la causa de mi choque con otro cuerpo.
Estoy a punto de maldecirle a la persona que me ha chocado hasta que noto que se trata de Chase. Quien me observa con bastante diversión en su rostro.
—¿Huyendo de nuevo? —pregunta mientras suelta su agarre de mí.
—¿De nuevo? ¿Cuántas veces he huido, según tú?
—Te has pasado la noche en eso.
Bufo con notable cansancio y niego con la cabeza.
—Creí que sería más sencillo.
—Sé que debe de ser difícil. —dice mientras envuelve sus brazos a mi alrededor.
Yo me acurruco en su pecho mientras llevo mis brazos alrededor de su torso. Puedo sentir su lenta respiración y los latidos de su corazón. Y me gusta.
—Ella debe de odiarme.
—Claro que no, son tu familia, Aria, nunca te odiarían.
—Chase tiene razón. —me tenso de pies a cabeza al escuchar esa voz que tanto traté evitar.
Mamá está tras de mí.
Después de dar una calada de aire me suelto del abrazo de mi novio, y, con la poca valentía que pude recoletar en estos escasos segundos, volteo para quedar frente a ella. Mamá.
Viéndola ahora tan cerca luego de tanto tiempo puedo observar su cambio.
¿Es posible cambiar tanto en un año?
Ahora su cabello está más canoso, recuerdo que ella nunca había estado de parte de la tinta para el cabello por lo que decidió nunca pintarselo. Su cara porta más arrugas, sus facciones se ven cansadas. Pero sus ojos color ambar tienen el mismo brillo de siempre. Justo como los recordaba.
—Tanto tiempo, mi niña. —las comisura de sus labios se elevan mientras sus brazos se abren para dejarme abrazarla.
—Mamá... —digo en un aludido y me abalanzó hasta ella.
Creo que nunca había disfrutado tanto un abrazo como este.
No sé cuánto pasamos así, el tiempo se hace nulo para mí, es lo menos importante en este momento.
¿Por qué traté de huir de ella? Tal vez no sabía cuánto la necesitaba hasta que sentí su tacto. Hasta que escuché su voz después de tanto.
Definitivamente necesitaba ese abrazo, necesitaba sentir su amor. Escuchar su voz...
La necesitaba a ella, a mi madre.
Pero sigo sin arrepentirme de haberme ido.
Me separaro un poco de ella y volteo hasta Chase. Casi pego un brinco al notar a mi padre a su lado, las comisuras de sus labios están levemente elevadas y tiene los brazos cruzados.
No dice nada, ninguno lo hace, porque de pronto se escucha la —tengo que admitirlo, es fantástica—, voz de Sheila en medio de la sala. Está cantando para los novios, quienes están sentados en frente de toda la sala, tomados de la mano, mientras observan a mi hermana cantar.
Mamá me jala un poco para acercarnos más a ellos, y me dejo guiar.
Al acercarnos a la escena noto cómo Lindsey me observa por el rabillo del ojo, aparentemente ansiosa. Pero supongo que es por la canción así que devuelvo mi vista a Sheila mientras la escucho cantar.
"Y seremos nosotros contra la muerte."
"¿Por qué aún no nos arriesgamos a ir más allá que esto?"
"Eres mi mano guía, y yo soy la tuya."
"No importa cuánto sea,
quiero pasar el resto de mi vida con quien crea portador de la corona
Y cómo me emociona decir que eres tú."
Esas son algunas de las frases que escucho salir de la voz de Sheila. La canción es completamente hermosa, y por lo poco que sé, Sheila la estrenó hace pocas semanas.
No quiero criticar a mi hermana, menos que piensen que estoy siendo envidiosa, pero estoy segura que ella no aportó ni una sola coma para esa letra. Es decir, la lírica es completamente hermosa, y no, simplemente me niego a creer que esto haya salido de su cabeza.
Sheila termina la canción y toda la sala se ve envuelta en aplausos y gritos de emoción. Ella da un pequeño saludo de agradecimiento y se devuelve a su lugar.