¿Qué bicho le picó?

La señora parecía que en cualquier momento se iba a desmayar por retener la respiración.

-Janneth, ¿verdad? -dije una vez que los enormes cuerpos de los chicos se relajaron un poco- Deberías relajarte un poco.

-¿Cómo puedes dejar que me hable así? -ella me ignoró y miró a Peter- Claro, si tenemos en cuenta quién era la prostituta que tenías por madre. -cada palabra dicha por esa señora iba con odio.

Alex se aferró a la pierna de Peter.

-Papá Peter... -murmuró algo asustado.

-Tranquilo, pequeño. -Peter puso su mano sobre su cabeza.

-¿Y ese bastardo qué? -la manera despectiva en que le habló a mi hijo hizo que me parara frente a ella.

-No se atreva a llamar a mi hijo así. -levanté mi mano en la que se formó una daga color púrpura- Me importa poco que usted haya sido la anterior líder de la manada de Peter, pero con mi hijo nadie se mete.

El rostro de la señora pasó de la furia al terror puro.

Tánatos tomó mi mano desocupada y le dio un leve  apretón.

-No es necesario que ensucies tus manos con sangre tan asquerosa. -él parecía tranquilo mientras yo solo quería enterrarle la daga en su cuello.

Las pequeñas patitas del cuervo se posaron en mi hombro.

Deshice la daga y acaricié la parte de abajo de su pico.

Peter dejó a Alex en mis brazos y se posó frente a mí.

-No te atrevas a insultar a Amanda o a su hijo. -dejé a Alex a un lado de mi cadera y abracé a con mi brazo libre la cadera de Peter

-Ya todo está bien. -su cuerpo se relajó un poco.

Janneth resopló y dando un zapatazo se fue.

Solte a Peter y Úrsula se acercó a nosotros.

-Ella odió a Peter desde el principio, ella amaba a mi papá, pero odiaba la idea de que él hubiese amado a alguien más. -Peter parecía realmente molesto.

-Quiero volver al aquelarre. -Mark se transformó en humano y asintió de manera seria.

-Vamos. -él se adelantó, lo seguí caminando de manera tranquila.

Él se montó a un auto y cuando yo me subí junto a Alex, arrancó.

Cuando llegamos, él se bajó enfadado.

¿Y a éste qué bicho le picó?

Bajé junto a Alex del auto y me dirigí a la casa en la que vivía.

»-Alex, ve a dentro, luego iremos mamá y yo. -el asintió y se fue caminando tranquilamente.

Me crucé de brazos y lo observé fijamente.

-¿Qué te pasa? -él se veía serio- Te ves molesto y no... -no pude terminar de hablar ya que sus labios chocaron contra los míos.