Luego de filosofar acerca la paz y cómo sería tenerla en mi vida, el sonido de un camión de mudanzas llama mi atención, me dirijo a la puerta principal y en efecto, una familia estaba llegando a la casa de al lado. Llega el camión seguido de un coche gris, bastante pequeño, ambos paran exactamente enfrente de su futuro hogar.
Me dirijo hacia el pórtico, para poder ver a mis nuevos vecinos. Alcanzo a ver a tres personas, un señor de mediana edad, algo calvo y con aires de desgasto físico, como si los años le pesaran, por el contrario, también veo a una señora visiblemente menor que él, con cabello Castaño y un buen cuerpo - digo para su edad no está nada mal- y luego, una chica con el cabello teñido completamente de azul eléctrico, unos lentes circulares y ropa muy, pero muy ajustada - obviamente llamó mi atención, la carne es débil amigos- noto que ella me ve, y yo como reflejo le sonrió, cómo mostrando asombro por la gran belleza que trae, y ella me devuelve una mirada coqueta, y cuando camina de camino a su casa, yo la sigo con la mirada, y ella me mira a mí, todo culmina cuando su madre la llama a escoger su nueva habitación.
No tenía grandes expectativa sobre aquella chica, en la escuela tengo fama de mujeriego, mis relaciones no duran mucho tiempo, y casi siempre terminan por culpa mía, engaños y cosas así, pero ésta chica... aún no lo sabe, podría intentarlo, o no?, Además, la muchacha... está preciosa, no quisiera perder la oportunidad de poder probar un beso suyo.
No con mucha ilusión del asunto, me dirijo a la casa de Nico, mi mejor y posiblemente único amigo de confianza, el lo sabe todo de mí, me consuela cuando estoy triste, me brinda los mejores consejos sobre mujeres cuando estoy por echar a perder una relación y me brinda refugio cuando siento que no tengo un hogar - obviamente no me gusta abusar mucho de esto - y bueno, que sería de mí sin Nico.
A un par de casas de mí destino escucho como alguien me llama.
MT: eehh!!! Peter!!!
Es Mateo, el Medio hermano de Nico, que se acercaba a mí con una bolsa, seguramente con encargos para el desayuno.
P: eh! Mateo, que tal?
Mt: vas a very a Nico?
P: pues si, necesito contarle un par de cosas.
Mr: vale, ven que te acompaño.
Entramos en la casa, como siempre pulcra y perfectamente ordenada, Mateo deja las llaves en una mesa cerca de la entrada y de dirige a la cocina
Mr: ven conmigo, Nico debe seguir dormido.
Lo sigo, y como cada vez que entro a esa casa me pongo a ver las fotografías en las paredes, con retratos de la familia, siento un dolor en mi pecho, y es que ellos se ven tan felices, ¿Por qué no me veo yo así?
Al entrar a la cocina veo a la señora Rodríguez, la madre de Nico, la cual tiene un nombre que me cuesta recordar.
Sra R: Peter querido, que lindo verte por acá, desayunaste?
Mt: viene a ver a Nicolás, pero que coma algo mientras lo espera - dijo Mateo antes de que yo pudiera contestar -
Sra R: Me parece bien - dijo mientras me mostraba una sonrisa-
Mientras los tres discutíamos sobre que íbamos a desayunar ésta mañana escucho cómo alguien baja las escaleras y se acerca a la cocina, y al fin, llegó Nico.
N: Buenos días alegría!!
Todos le contestamos alegres, al unísono.
N: eh! Pero qué hacés vos acá?! Has venido a buscarme no? No tengo plata, pa que sepas - me mira con una mirada burlona-
Sra R: suban el desayuno a tu habitación Nico, allá podrán charlar más tranquilos.
Nico asiente y ambos subimos a su habitación, cada quien con su respectivo aperitivo.
La pieza está dividida en dos, una para cada hermano, la mitad de Nico va en perfecta sincronía con el orden de la casa, pero la de Mateo parece el mismísimo apocalipsis - no es muy diferente a mí habitación -
Al sentarnos en su cama para empezar nuestra sesión, Nico me mira de la misma forma en la que me mira cuando necesito auxilio.
N: qué pasó? Has venido a mí sin previo aviso, estás bien?
P: si, eso creo
N: tu mamá... está bien?
P: si, bueno...no tanto que digamos...ayer Raúl, ya sabes.
Él me entiende a la perfección, a pesar de que no le haya contado lo que pasó la noche anterior, no es la primera vez que pasa, y Nico es la primera persona a la que le cuento mis desgracias.
N: vaya emm...puedes quedarte aquí si quieres, mi mamá no se hace lío, y papá no va a enterarse porque fue a la ciudad por trabajo otra vez.
P: oh no - digo entre risas - no te preocupes, estaré bien.
N: hablo en serio, mi padre volverá la próxima semana, y sabes que mamá no tiene ningún problema en que te quedes aquí un par de días, después de todo...eres como parte de la familia.
Siento como la alegría penetra en mi alma, él es la persona más importante en mi vida, y muero por decirle que ya no aguanto, que quiero dejar esa casa para siempre, que en ella me siento morir, pero no quiero abusar de su amistad, tampoco de la hospitalidad de su madre y de Mateo, que siempre han sido buenos conmigo. Entonces solo le hago un gesto con la cabeza, mostrándole que rechazo su propuesta.
N: bueno... entonces - se levanta de la cama y se dirige a la ventana - al menos quédate a almorzar no?
P: jaja, bueno, lo haré, gracias.
Ambos sonreímos y nos miramos mutuamente. En ese momento recuerdo a mi nueva vecina, h decido contárselo.
P: Oye, recuerdas que la casa de al lado de mi casa está vacía?
N: si, ya la ocuparon?
P: hoy mismo, llegaron como a las 9
N: cool, y eso qué?
P: pues vi a una chica, 16 años más o menos, le cálculo nuestra edad
N: y está buena?
P: carajo Nico, que no piensas en otra cosa!
Ambos nos reímos fuertemente, y es que en la escuela me conocen como mujeriego, pero a Nicolás no, de hecho, apenas lo vi con una chica a lo largo de nuestra vida juntos.
N: bueno, está bien!, Supongo que te gustó, o no?
P: pues si, la verdad es que está guapa