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La reina pareció quedar complacida con mis palabras, su gesto de sorpresa fue lo que me aseguró mi paso directo con el rey, dos días después ya estaba en un paseo con el príncipe, su apariencia era callada, pero por lo que me dijo Lilian sería fácilmente manipulado por la reina.

—El clima es bastante agradable ¿No es así?— musité mientras intentaba ir a la par de su caminar.

Él asintió en silencio y disminuyó el paso, era bastante extraño ve a alguien que casi no habla.

Después de resignarme a hacer que hablara, comencé a observar a nuestro alrededor, había una gran diferencia entre la clase “Alta” y la clase “humilde” ver en ellos el deseo de sobrevivir mientras en el palacio estaba lleno de oro y riquezas, realmente me sentía impotente en este lugar.

—¿Se encuentra bien?— preguntó por primera vez aquel hombre.

—¿Qué? Ah… Creo que sí— dije de manera inaudible.

—Si se llega a sentir incomoda por esta gente me lo hace saber y salimos de aquí, no entiendo cómo mi madre pidió que la trajera a esta pocilga— expuso molesto.

¿Pocilga? ¡Ustedes mismos hicieron esta pocilga! ¡Por su culpa la gente se está muriendo de hambre! ¡¿Les parece justo ver esto?! 

—Tiene razón su majestad, si gusta podemos cambiar de rumbo— dije mientras desviábamos el camino.

Por cada paso que dábamos, intentaba arrojar algo del oro que había escabullido, así por lo menos alguien podría beneficiarse de él.

—Hay un mercado de telas, esto seguro que le gustará la calidad, por lo menos podrá quitar de su mente el horrible aspecto de la gente— dijo con una mínima sonrisa.

Lo que me gustaría quitar de mi mente es su despreciable actitud, Sí, definitivamente es el titere de la reina.

—Es muy amable de su parte, sí, me gustaría ir— sonreí de una manera brillante.

¿Por qué siempre termino en situaciones como estas? me gustaría terminar en un enfrentamiento con soldados cara a cara y lo que obtengo es un pase para “Seducir al principe enemigo” cada aspecto de él me trae el vivo recuerdo de Abundio… Ugh.

Emma… recuerda que todo lo estás haciendo por Emmanuel y por el reino, Maxi espera por ti en casa, debes volver pronto.

—¿Sabe que este paseo es porque mi madre quiere que nos casemos?— soltó de repente.

—Esa es la razón por la que viajé desde mi hogar— sonreí —¿Se siente nervioso?

—No realmente, la reina toma las mejores desiciones y si permitió que usted estuviera aquí es porque tiene una buena opinión suya— afirmó con confianza.

Vaya pero este principe si que es torpe.

—Es un honor que lo vea de esa manera— desvié mi mirada.

Compartir tanto tiempo con alguien así era realmente agotador, ya quería ir a casa. Minutos después regresamos al palacio, Isabel estaba a mi lado cuando la reina al observarla con desprecio me preguntó:

—¿Por qué trata tan amablemente a su sierva?— bebió un poco de su té.

—La respuesta es sencilla, su majestad, Isabel es la persona más cercana a mí, la que está a mi lado incluso cuando duermo, por mi propia seguridad es menester estar en buenos términos con ella, si no lo hiciera lo más probable es que se revele contra mí— sonreí ladina.

—Tiene toda la razón, ellas son nuestras sombras, debemos hacer que pierdan más traicionándonos que estando con nosotras… es… similar a tratar con un perro todo depende del amor que piensa que recibe— tomó nuevamente de su té —Debo admitir que su manera de pensar me intriga mucho, además de su inteligencia es una mujer muy bella, digna para mi hijo.

Su mirada estaba fija en mí, respondí con una sonrisa bastante segura que escondía perfectamente mi gesto de desprecio, ellos no son seres humanos.

—¿Qué más te dijo el principe?— preguntó Isabel en nuestro aposento.

—Dijo un montón de tonterías, trata al pueblo como basura ¿Qué rey de verdad hace eso?— la observé —Además… ¿Escuchaste a la reina?— pregunté horrorizada.

—Sí, quiere que los preparativos para la boda sean preparados lo más rápido posible— se cruzó de brazos.

—Casarme dos veces ¡Esto es una pesadilla!— refunfuñé.