Capítulo 69: Nombramiento De La Nueva Diosa Del Universo Nyberg

Ubicación: Cercanías de la Gran Torre de la Discordia

Miles de ciudadanos de diferentes universos observan sorprendidos la ceremonia especial que pronto comenzará. Carlos Alberto decide reunirse con sus amigos, al tanto que deja a su primo encargarse de lo demás.

—¡Excelente! ¡Llegó la hora de comenzar con la nueva coronación de la diosa encargada de este universo! —anuncia Tsubaki muy emocionado, alzando su voz y los brazos al aire.

Carlos Alberto llega junto con sus ayudantes, asombrándose de que también encuentra a sus familiares de Rómgednar: esposa Béatrice y cuatro hijos. Al observar más detenidamente alrededor, se da cuenta de que los otros familiares de sus ayudantes han llegado, incluyendo los hijos de Lozkar y el resto de la descendencia de la hermandad principal Doppel.

—¡¿Estamos ante la nueva coronación de una nueva diosa?! —inquiere sorprendido Francisco al tanto que voltea con su jefe; el comandante está reunido con su esposa e hijos.

—Mi primazo quiso invitar a todos los aliados que se enfrentaron contra Ginjo, aparte de otros afortunados —le responde Carlos Alberto mientras voltea hacia donde se encuentra Albert Cathal; su compañero gitano se encuentra vigilando a los cinco de sus archienemigos—. Vengan un momento; llama a tu compadre.

—Otra vez ganaste; que sorpresa —comenta Lozkar con sarcasmo y malhumorado, mirando al Gitano Blanco—. Ya mejor libérame; en cuanto llegue a mi celda me escaparé. Sabes que lo haré en cuanto me des la espalda —comenta el forajido negro mientras sonríe malvadamente; por su parte, Cathal le lanza una mirada enojada.

Carlos Alberto se queda callado por unos pocos momentos.

—Está bien —dice el guardián original de Rómgednar.

Con un rápido ademan de su mano, El Gitano Blanco hace desaparecer las cadenas que aprisionan a su némesis.

—¡¿Pero qué haces?! —exclama Albert Cathal muy sorprendido y enojado.

—Espera y lo verás —le contesta serenamente su paria, volteando unos momentos con él; luego regresa su atención al preso recien liberado, quien ahora está perplejo—. Disfruta la fiesta tanto como puedas, porque más tarde quiero conversar contigo, camarada.

—¡¿Camarada?! —exclaman todos los ayudantes, asombrados; incluso Lozkar realiza la misma pregunta en voz alta.

—Sí; desde hoy Lozkar es mi camarada —les responde Carlos a todos ellos, retornando su atención con su doppelgänger—. No te confíes de más; puedes divertirte, pero si te pasas de listo, mis hijos y los hijos de Albert te detendrán el tiempo suficiente para que vuelva a encadenarte. Recuerda que ellos heredaron parte de nuestro poder; estoy seguro que todos juntos son más poderosos que tú.

Al tanto que El Gitano Blanco dice esto, señala a los nueve jóvenes que están parados alrededor.

—Y también con nosotras; no dejaremos solos a nuestros hijos e hijas —menciona Lumini con severidad; ella está acompañada de Nixie (segunda esposa de Albert) y Béatrice.  

Ahora, Carlos Alberto le da un recado a su compañero Albert.

—Mi familiar quiere que lo acompañemos mientras realiza el nombramiento de la nueva diosa de este universo; nos mantendremos de pie junto a él.

—Todavía tengo mis dudas, pero dejaré que nuestros hijos y esposas se encarguen de Lozkar; pero, ¿qué hay sobre las otros cuatro? Especialmente no podemos dejar de vigilar a la reina Ókinam —contradice preocupado Cathal, volteando con esas cuatro mujeres que siguen encadenadas.

—Pues que también se diviertan; al fin y al cabo tenemos guardias de sobra —menciona Carlos, intercambiando miradas con cuatro jóvenes (dos mujeres, un hombre y un dracónico) que conversan a varios metros lejos; realizando ademanes con una mano en alto, el humano llama a esos demonios y ser legendario.

Mientras que ellos llegan el guardián llama al resto de los ayudantes (tanto suyos como los de Cathal), al igual que la descendencia de todos ellos. Cuando las nuevas generaciones están reunidas, Carlos anuncia que ellos serán los cuidadores de sus madres y enemigas. Inmediatamente los padres y esposas se ofrecen para ayudarles.

Ókinam será vigilada por sus tres hijos, por los tres hijos de Fiorello (Ebenezer y los dos hijos por parte de Akuris) y por los cinco hijos de Ariadna.

Réum Slee será cuidada por su hijo Byron, quien es el único que puede calmarla de forma pacifica.

Rebeca será controlada por sus dos hijos alados, junto con los tres hijos de Francisco Enrique y Nila Oleim.

Ellas tres son liberadas de sus cadenas, alejándose tranquilamente bajo la atenta mirada de sus celadores y del resto de los invitados.

—¿Y que hay de mi esposa, jefe? ¿No piensa liberarla? —le reclama molesto Abihu al Gitano Blanco.

—No la libero todavía, porque más me preocupas tú que ella; eres más impredecible que Aleryd —responde Carlos Alberto severamente, para luego voltear con otra mujer —Assyla, tú serás la responsable de cuidar a tus dos padres; avísame inmediatamente si empiezan a causar problemas. —Después, el mismo humano voltea con su otro consejero, dándole una orden parecida—. Fiorello, ayúdale a Assyla y mantengan controlados a Édznah y Aleryd; que te ayuden Akuris y Aris.

Al segundo siguiente la súcubo Aleryd es liberada de las cadenas; la pareja de casados se aleja tranquilamente y se mezcla junto con los demás espectadores, siendo acompañados por sus mejores amigos e hija.

—Ya todo está resuelto. Vamos Karlo, no hay que atrasar la ceremonia —le dice Carlos Alberto al gitano Albert, colocándole la mano derecha en el hombro izquierdo.

—Pero falta Sophi —menciona Cathal.

—Está tranquila, platicando con sus cuates y novio; mira —expresa El Gitano Blanco, señalando al grupo de cuatro: Carlitos, Sophi, Desmond y Luzr—. Ya deja de preocuparte tanto y vámonos; mi primo nos está esperando. 

Los dos guardianes sagrados se alejan, al tanto que el resto de los invitados empiezan por disfrutar de la fiesta.