El poder de los sueños

CAPÍTULO 1: DESPERTAR


¿Todo lo que pasa en la vida tiene alguna razón?, ¿acaso el perder un celular es para que seamos más precavidos?, ¿el encontrar dinero es para entender que no solo podemos encontrar cosas malas en nuestro camino?, ¿Se pueden perdonar las mentiras, aún hayan sido dichas por nuestro bien?, ¿Acaso todo lo que pasa en la vida tiene una explicación?


 

Ya llevaba un rato en que no podía dejar de pensar en las cosas de la vida y que sentido podrían tener en ella, tal vez solo era por todo el trabajo que había realizado, pero no estaba tranquilo con todo eso en mente.


 

Por alguna razón me sentía extraño y mientras le pasaba una herramienta a la persona que estaba a mi lado, no pude evitar hacerle una pregunta de todas las que tenía dando vueltas en mi cabeza.


 

- Abuelo, ¿usted cree que las cosas pasan por algo?


 

Aquella persona no era otra más que mi abuelo, quien portaba su playera Blanca y pantalón holgado de siempre, su cara, como tanto sus manos, denotaban la edad que tenía, pero aún con todo y eso, seguía expresando compresión y cariño a través de aquellos ojos cafés claros y sonrisa perfecta que lo caracterizaban.


 

- Bueno hijo siempre he creído en que si algo sucede en nuestras vidas ya sea bueno o malo, de forma repentina o no, pero que te deja una lección o historia que contar es porque tenía que pasar.


 

Me respondió mientras tomaba la herramienta que me había pedido, de una manera honesta y gentil.


 

- ¿Todo pasa por algo entonces?, ¿Y eso mismo nos deja una lección de vida?


 

Seguí cuestionando a mi abuelo a pesar de su respuesta, mis dudas aún eran muchas y el no saber que pensar me hacía sentir algo inquieto.


 

- Así es, tal vez no te guste lo que pase o no estés de acuerdo en cómo se dieron las cosas, pero hay caminos y situaciones en nuestras vidas que no podemos controlar, pero de eso se trata hijo, de cómo vives con esas situaciones, las aceptas y sigues adelante.


 

- Suena como si usted ya hubiera pasado por cosas así.


 

- Bueno como te digo, son situaciones que uno no puede controlar y mucho menos predecir, lo importante es como superes esas situaciones y que puedes aprender de ellas.


 

- Siempre se aprende algo entonces y ¿eso mismo es por lo que pasan las cosas?


 

- Si, así es hijo.


 

- ¿Aunque sean cosas malas también debemos aprender y vivir con ello?


 

- Exacto, puede que no nos guste en el momento, pero en cierta forma nos hace más fuertes y sabios, posiblemente quisieras que todo hubiera pasado de diferente forma, sin embargo, son ese tipo de situaciones lo que nos hace valorar lo que de verdad queremos y deseamos.


 

- Creo que es algo difícil de aceptar.


 

- Las cosas difíciles son las que más lecciones nos deja, eso no lo dudes.


 

Al terminar de escuchar la respuesta de mi abuelo con atención, me sentí mucho mejor, creí que era la respuesta correcta y gracias a ello mi inquietud se iba poco a poco.


 

Como sea no tenía sentido pensar en cosas así repentinamente.


 

Era una mañana muy cálida, nos encontrábamos afuera de su casa arreglando el auto y sin razón pensaba en estas cosas, pero el sin dudar contestó a mis preguntas, sin cuestionarme el por qué lo hice o el por qué me sentía así, solo trato de hacerme sentir mejor y contestar honestamente, así era el, amable, gentil y comprensivo, un gran abuelo.


 

Con todo eso en mente poco a poco me sentía más tranquilo y feliz, aunque deje mi mundo de pensamientos cuando la voz de mi abuelo sonó en el lugar.


 

- Veo que aún sigues pensando en muchas cosas.


 

Al parecer noto que seguía atrapado en mis pensamientos, posiblemente mi temple aún no la había cambiado luego de haber escuchado su opinión.


 

- Si, aunque ya no es por las cosas que le pregunte, más bien pienso en que me ayudo mucho lo que me dijo y aún lo estoy reflexionando.


 

Hable con más seguridad que al inicio, era verdad, sus palabras me habían ayudado mucho y aquellos extraños pensamientos de la vida habían dejado de afectarme tanto.


 

- Eso está mejor entonces, sabes que siempre podrás contar conmigo cuando tengas dudas en algo y si lo se, te contestare honestamente.


 

- Si abuelo, gracias, lo sé muy bien.


 

- Bien hijo es mejor que sigamos con esto o nos llevará toda la tarde.


 

Mirándome fijamente, me dijo eso, ya llevábamos un rato trabajando, así que solo asentí con una sonrisa y me dispuse a seguir ayudando a mi abuelo con el auto.


 

Todo transcurrió muy bien, mis dudas se iban entre más arreglábamos el auto, cada fin de semana mi abuelo acostumbraba a hacerlo, aunque no tuviera nada le gustaba verificar que estaba bien y arreglar lo que creía conveniente y yo cada que podía lo ayudaba.


 

Mi abuela por su parte hacía un poco de limpieza en la casa y se preparaba para ir a trabajar al siguiente día. Todo marchaba de acuerdo a la rutina de siempre, nada era extraño, todo parecía normal.


 

Aunque no estaba en temporada de vacaciones, que era cuando iba a casa de mis abuelos a quedarme unas semanas, estaba con ellos, estaba arreglando el auto y platicando con el, pero no reaccionaba a que no era posible que yo estuviera ahí.


 

Hasta que…


 

- Pásame aquella herramienta hijo, debemos terminar hoy para que mañana pueda vender el auto.


 

- ........


 

Fue entonces que me quede en silencio, no podía creer lo que me decía, aquel auto que tanto adoraba mi abuelo, con el que iba junto con mi abuela a trabajar a su pequeño local de comida y había estado con el tanto tiempo lo quería vender.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.