El Poder De Una Nota: El Comienzo.

Capítulo ll: Juntos de nuevo.

La madrugada de ese día fue un desastre, nadie pudo dormir bien, esperaban la reacción que tendría Will al llegar a su casa. Y ese era el momento, Will acababa de llegar a su casa junto con Mónica, entraron en la sala y vieron maletas, ¿alguien renunció?, pensó Will. Ese pensamiento fue interrumpido por sus hijos al llegar gritando hacia ellos.

—¡Papi, Papi, quiero ver a mi hermanita!— dijo Charlie abrazando a su padre.

—Shhh,— Will pone su dedo índice en sus labios, indicando que no gritara.— la vas a despertar, entonces se pondrá furiosa como Montse.— le hizo una seña.

—¡Escuche eso!— dijo Montse cruzada de brazos haciendo pucheros.

—Will, que alegría tenerte aquí,— dijo Mary—¿quieren algo?

—No, al contrario, hoy están libres.— dijo Will.

—Nada de eso, nos necesitan más que nunca.— Mary le dio una sonrisa.

—Wll, ¿podemos hablar?— dijo Max nervioso. 

—¿De quién son las maletas, Max?— por fin habló Mónica.

—Mi tita Marisol está aquí.— dijo Montse

Will miró a su esposa extrañado y con nerviosismo, ¿qué estaba pasando?, esto debería ser una locura, pensaba Will. En ese momento, frente a sus ojos, apareció su madre, llena de tristeza en su mirada, con pocas arrugas en el rostro, definitivas esa señora no parecía tan vieja, tenía una mirada dura y estricta, vestía normal pero se veía con clase. Detrás de ella, un hombre alto con cabello castaño y ojos verde claro, el imponía poder y ego, era todo un mirrey  (Nótese el sarcasmo), era muy atractivo a simple vista. A su lado, una chica de estatura normal, ojos verdes y cabello levemente rubio, sé veía indefensa al lado de su hermano, pero tenía cara de ser la mandona en todo.

—¿Qué hacen aquí?—Will dijo en un tono frío, sacando a todos del momento incómodo. 

—¡Hijo, cuanto tiempo sin verte!— Marisol corre a los brazos de Will llena de lágrimas, junto con ella, sus hijos también lo abrazan. Después de ese momento tan emotivo, se dejaron las lágrimas y se separan.

Marisol se dirige a Mónica.— Cuanto tiempo sin verte Monica,— la supervisa de arriba a abajo— todavia se te nota la clase, aunque se ven unas cuantas arrugas, no hay problema para eso,— bromeó— ¿puedo?— Marisol señaló a su recién nacida nieta, Mónica se la entrega y se sientan ellas en la sala.

—¿Cómo llegaron hasta aquí?—dijo Will en tono frío.

—Esperábamos que no te molestara, pero mamá estaba como loca y quería venir a verte y conocer a tu bebé.—dijo Maddie con la voz temblorosa y nerviosa.

—Ustedes saben porqué me aparté, creo que fui claro cuando dije que no quería estar involucrado con toda esta polémica.—Will aparta la vista y se cruza de brazos.

—Lo sabemos, pero entiende que mamá tenía necesidad de verte, y también se enfermó por lo mismo, así que no dudamos en venir.—dijo Fernando haciendo razonar a Will.

—Bien, pueden quedarse, no hay problema. Hay suficientes habitaciones, sólo no los quiero por mucho tiempo... Espero y comprendan.—finalizó Will.

—Creo que por eso no hay problema, ¿verdad hermanita?—Fernando miró a Maddie en burla—¿eh, Max?—todos se quedan en silencio esperando una explicación. Suena el teléfono de Fernando.—disculpen, tengo que responder.—Fernando se va de la sala.

—¿Pasa algo, Max?—Dijo Will, y estos sólo se quedaron en silencio. 

—No Pasa nada Will, ya sabes como es Fernando, ven, vamos a platicar con ellos.—Maddie arrastró a Will hacia donde estaba su mamá y Mónica. 

—¿Y qué tanto ha pasado en todo este tiempo?—dijo Marisol sin despegar la mirada de la bebé.

—Madre, no quiero hablar de esto, cambiemos de tema.—dijo Will. ¿No era obvio a lo que se refirió Marisol?, Ella quería empezar con temas del pasado, ¿acaso no está cansada de toda esa polémica?, ¡Dios, Marisol, ya deja eso!

—Así que tu eres mi tía.—dijo Charlie jugando con sus rizos.

—Así es pequeño, ¿qué te gusta hacer?—dijo Maddie sentando a Charlie en sus piernas.

—Hago de todo, me gusta hacer la tarea, quisiera ser doctor algún día,—hizo un tono de voz soñador.—Max me está enseñando a nadar y jugar tenis. Y con Ethan y Tyler hacemos travesuras y bromas a Montse.—se ríen.

—Las travesuras las sacaste de tu papá y de Fernando, ellos me las hacían a mí, también me gusta el tenis, tu padre y yo solíamos jugar a eso y también...—Maddie miró a Will con melancolía.—otras cosas...—Will solo miraba el piso.

—Bueno basta,—dijo Will.—Sisi, trenes algo de postre, por favor.

—Para mi no, gracias.—dijo Maddie—Iré a jugar con los niños en la alberca un ratito, —todos la miraron sorprendidos, al parecer Maddie se molestó porque Will ya no toca el tema de la música. ¿Y qué esperaba de eso?, Si acabó con su felicidad.

—Hijo, te he extrañado mucho,—dijo Marisol—yo se qué tal vez tú ya no toques...—la interrumpe de golpe Will.

—Madre, aquí no hay música, no empieces de nuevo con eso.—dijo Will sobresaltado.

—Aquí están los postres.—dijo Sisi dejando las cosas en la pequeña mesa al dentro de la sala y se retira.

—¿Cuánto tiempo se piensan quedar?—pregunto William comiendo un pequeño postre de limón.—no tengo problema con que se queden, pero quiero privacidad y que mi familia esté tranquila.

—Tranquilo hijo, no dudaremos mucho aquí, solo quería visitarte y ver a los niños,—dijo triste Marisol—pero cuéntame, ¿Cómo te fue con la publicidad?

La familia estaba platicando de como les fue al salir del hospital, dificultades que tuvieron, entre otras cosas, bromeando, pues se extrañaban mucho aunque el orgullo por parte de los Anderson se apoderaba de todo. Marisol estaba triste porque su hijo no le hablaba con cariño, él seguía resentido desde aquello hace 7 años, ¡Supéralo ya Will!. Mientras tanto, Maddie estaba en la alberca con su traje de baño, junto con los niños jugando a atrapar la pelota, mientras Max la miraba desde el ático del tercer piso.

¿Cómo es posible que en tan poco tiempo se me haga atractiva?, Digo, es hermosa, nunca creí que en persona ella fuera tan hermosa. Ella es diferente, con es como sus hermanos.—Pensó Max, pero escucho pasos detrás de él.




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