La elegante sala del comedor estaba adornada con candelabros brillantes y una mesa larga llena de manjares. la familia murmuraban entre ellos, disfrutando del esplendor de la velada, cuando la puerta se abrió y Eleonor hizo su entrada.
Su vestido oscuro contrastaba fuertemente con los atuendos coloridos y vibrantes de los presentes.
Todos los ojos se volvieron hacia ella, pero fue la mirada de la reina Isabel la que más se destacó.
-No volveré a repetirlo, Eleonor ¿Por que es que tienes esa etiqueta de vestimenta?-Aclaro la Reina Isabel.
- Mi reina, he elegido este vestido en memoria de aquellos que hemos perdido, para recordar sus sacrificios y mantener viva su memoria en nuestros corazones-Replico en modo sarcástico.
-Este no es el lugar ni el momento para tales demostraciones. Esperaba más respeto hacia nuestras tradiciones.-Su voz era tan severa que aquellos que se encontraban en el comedor sintieron el ambiente tenso.
Eleonor solo observo la mirada penetrante que el Príncipe Alexander le dio numerosas veces.
La reina Isabel observó a Eleonor por un momento más antes de asentir ligeramente, aunque su descontento era evidente.
-¿Es esa es tu verdadera razón?-Hizo una pequeña pausa mientras metía a su boca la exquisita sopa.-Bien, me alegro que esas sean tus intenciones.
-¿Mi verdadera razón?-Hizo una mueca mientras su índice tocaba un extremo de su cabeza-No, no lo es-Soltó una pequeña risa incrédula.
-¡Eleonor!-Soltó de repente el Principie Carlos-Basta, ¿No crees que es muy temprano para esto?
Eleonor mantuvo la cabeza alta, aunque podía sentir la desaprobación de su familia especialmente de la reina Isabel. Sabía que su elección de vestimenta iba a generar controversia, pero estaba preparada para explicar su decisión.
- Estoy vestida de negro porque hoy habrá un funeral muy especial. Precisamente, hoy traerán al Reino de Inglaterra el cuerpo de la Princesa Diana.-Con voz firme.
La reina Isabel levantó una ceja, sorprendida por la revelación. Los murmullos entre los la familia aumentaron, y todos se volvieron hacia Eleonor, esperando más detalles.
- Eleonor, esto es... inesperado. La princesa Diana fue una figura muy querida, pero no esperaba que su llegada se anunciara de esta manera.-Con voz fría-¿Acaso tu tuviste algo que ver?
- Lo entiendo, mi Reina, pero creo que es importante honrar su memoria desde el momento en que su cuerpo regrese a nuestras tierras. Su legado y su impacto en nuestras vidas no pueden ser ignorados.
La reina Isabel asintió lentamente, aunque su descontento aún era evidente.
- Que así sea, Eleonor. Aunque tus métodos son inusuales, no puedo negar la importancia de recordar y honrar a la princesa Diana.
-Me alegro verdaderamente que estemos de acuerdo respecto este tema-Mantuvo una sonrisa firmo por aquella victoria.
-Creo que ya es suficiente por ahora-La Reina Isabel dejo la cuchara y decidió poner los cubiertos en forma de cruz.
Todos en la sala de un momento para otro dejaron de comer y se levantaron con tal rapidez.
Eleonor que había escuchado que cuando la Reina se levantaba y dejaba de comer todos tenían que dejar de hacerlo incluso sin importar que uno de sus invitados allá comenzado apenas o que incluso se allá quedado con apetito.
-¿Eleonor?-Llamo el Príncipe Alexander con el ceño fruncido.
Eleonor que estaba apunto de meterse a la boca la cuchara levanto la vista con desdén a su dirección.
-¿Que pasa?-Se hizo a la desentendida.
-Eleonor es una falta de respeto lo que estas haciendo, ¿O es que no estas enterada de los protocolos de nuestro Reino?
-Lo estoy créeme- Sonrió juguetonamente.-Solo que no es mi culpa que tu no quieras seguir comiendo.
-¡Eleonor!-Llamo la Reina Isabel con impotencia-¡Es una orden! ¡Yo soy tu Reina!
-Tienes el don de hacer todo aburrido-Azoto la cuchara del plato enojada-La señorita Victoria, la persona a la que ama mi prometido el Príncipe Alexander, no será más una invitada en el Palacio. a partir de ahora, se quedará en el palacio permanentemente.
En ese momento, la puerta del comedor se abrió nuevamente, y la figura de Victoria apareció en el umbral.
Su belleza y gracia captaron la atención de la familia y los murmullos se hicieron más fuertes. Victoria, con una expresión serena pero decidida, caminó hacia el centro de la sala, deteniéndose junto a Eleonor.
- Gracias, Eleonor. Agradezco tu apoyo y valentía al tomar esta decisión.
El silencio se adueñó de la sala. La reina Isabel se puso de pie, sus ojos llenos de indignación.
- ¡Eleonor, esto es inaceptable! No puedes simplemente tomar decisiones así sin consultar a la corte. Esta situación es completamente inapropiada.-Con voz enojada.
El príncipe Alexander, claramente molesto, también se levantó de su asiento, sus ojos centelleando confusión por aquella repentino escenario.
- Eleonor, no puedes tomar decisiones unilaterales sobre mi relación con Victoria. Esto es una traición a nuestra confianza y a las tradiciones del palacio.
Eleonor mantuvo su posición, aunque podía sentir la tensión y el enojo en el aire.
- Entiendo su descontento, pero creo que es lo correcto. No puedo ignorar los sentimientos de aquellos que se aman y estoy dispuesta a enfrentar las consecuencias de mi decisión.
Victoria miró al príncipe Alexander, sus ojos reflejando una mezcla de amor y determinación.
-Alexander, esta es nuestra oportunidad de ser honestos con nosotros mismos y con los demás. No podemos seguir viviendo en la sombra de la tradición.
La reina Isabel y el príncipe Alexander intercambiaron miradas, conscientes de que la situación había llegado a un punto crítico.
-Ya esta decido ese tema-A firmo ella con determinación.
-¿Acaso te estas escuchando?-La Reina Isabel se acerco a ella con rapidez tomándola del brazo- ¿Vas a dejar que la amante de tu esposo viva en el mismo lugar?.