‘REVELACIONES’
"Isabella"
Abro la puerta de la entrada del apartamento de mi novio con una idea clara en la cabeza, terminar nuestra relación definitivamente.
Conocí a James Goldstein cuando comencé la universidad, acababa de volver a Londres después de pasar unos días en casa de mis padres en Italia luego de que Cassandra, mi mejor amiga y yo nos instalamos en el apartamento que compartimos.
Nuestros padres nos ayudaban a pagar la renta, aun así, insistimos en trabajar para pagar parte de nuestros gastos, fue cuando conocimos a Matteo y a su esposa Caroline una pareja que no habían podido tener hijos y en su lugar se dedicaron a viajar por el mundo en su juventud.
Que envidia.
Al final por alguna razón habían decidido dejar de viajar y en su lugar abrieron esta cafetería, con el tiempo habían hecho crecer el local y ahora no había día en el que no hubiera clientes, todos amaban el lugar.
¿Y cómo no hacerlo?, el sitio era precioso.
Con cuadros por todas partes mostrando los diferentes paisajes del mundo, lugares hermosos que podías sentir que estabas ahí con tan solo ver los retratos además de fotografías de los muchos viajes de Matteo y Caroline.
El día que conocí a James estaba por terminar mi turno cuando lo vi entrar por la puerta principal, era la primera vez que lo veía, los clientes que atendía a diario eran personas que acudían con frecuencia al lugar.
Continúo viniendo en los días siguientes hasta que un día finalmente me invito a salir, lo rechace de inmediato, no tenía especial interés en salir con un cliente y mucho menos con uno que tenía la palabra "mujeriego" tatuada en el rostro. Tenía una reputación muy marcada en la universidad, cada semana salía con una chica diferente y no estaba en mis planes entrar en su lista de conquistas así que continúe rechazando sus insinuaciones en cada ocasión.
No había tenido novio desde la secundaria cuando mi hermano advirtió a todo el instituto que si alguien se me acercaba estaría muerto después de que mi ex me hubiera engañado. Quería mucho a mi hermano, pero me molestaba su sobreprotección.
James se hacía ver como el sueño de cualquier chica, con sus regalos y palabras bonitas, un sueño al que no me sentía particularmente atraída a diferencia de todas las demás chicas de la universidad, para mí solo era un chico más del montón, más adinerado que los demás debido a la empresa que manejaba su familia, pero solo uno más.
Creía que después de un tiempo finalmente se aburriría de mí, pero me demostró lo contrario. Después de dos meses de insistencia finalmente acepte salir con él.
Durante el tiempo que empezamos a salir, me invito a todo tipo de citas, desde cenas lujosas hasta escapadas de fin de semana a la casa de playa de su familia. Además de la ropa y joyas que siempre me compraba.
Era interesante ver como intentaba conseguir mi atención con sus regalos, en ningún momento me puse a pensar que era lo que sentía por él, la atracción estaba ahí pero no había nada más, no le quería ni mucho menos estaba enamorada de él.
Había visto el amor en mis padres aun después de tantos años juntos, se amaban tanto que podías ver ese amor todos los días solo con la forma en la que miraban el uno al otro, yo quería eso para mí, una persona que me amara a pesar de todo y amarlo de la misma manera, no sentía nada de eso por James. Sin embargo, permanecí a su lado, a pesar de que todo dentro de mi me gritaba que lo dejara, por el bien de ambos.
Había sido una completa idiota.
Al poco tiempo de estar juntos comenzó con sus celos enfermizos y su necesidad de saber cada uno de mis movimientos, me asfixiaba su necesidad de estar siempre conmigo y me molestaba su incansable insistencia de que renunciara a mi trabajo, a lo que me negué en cada ocasión, me gustaba mucho mi trabajo.
La primera vez que quise terminar mi relación con él me suplico que no lo dejara y me prometió que cambiaria, así que le di una segunda oportunidad, durante unas pocas semanas su cambio fue notorio y luego volvió a lo mismo.
Había insistido en varias ocasiones que me mudara con él con la idea de que eso fortalecería nuestra relación, sin embargo, eso era lo último que yo quería hacer.
—¡James! —llamo al entrar al salón, pero no obtengo respuesta.
Me detengo en seco cuando escucho sonidos extraños, trato de agudizar el oído, provienen de la habitación principal.
Mierda.
Me dirijo lentamente hacia la habitación, los sonidos se hacen más claros, son gemidos, la puerta esta medio abierta, lo que me permite ver claramente a una rubia que esta desnuda y sentada a horcadas encima de James que tiene las manos en su cintura, mientras ella continúa montándolo.
Esperaba sentir dolor o decepción, sin embargo, no hay nada de eso, solo siento asco.
Aun no se han dado cuenta de mi presencia, así que decido abrir completamente la puerta y aplaudir la escena frente a mí.
—Isabella —su rostro palidece al verme en el umbral de la puerta mientras hace a un lado a la rubia que se cubre el cuerpo con las sábanas.
Editado: 24.06.2025