El precio del sueño

Capítulo 3. Desierto de México, Ciudad Fronteriza.

Pedro.

  • Esto no es lo que imaginé, Juan. No pensé que llegáramos hasta aquí.

Juan.

  • Y nos falta lo peor...la frontera, el desierto...eso no es fácil.

Pedro.

  • Pensé que esto sería diferente. Aquí se siente el miedo ya es parte del aire.

Juan.

  • Es el miedo lo que te mantiene vivo. El día que lo pierdas, ahí es cuando te caes.

Pedro lo mira, reconociendo la dureza en las palabras de su amigo. Se detiene en una esquina, observando como un grupo de inmigrantes se preparan para abordar un camión.

Pedro.

  • Y si no logramos cruzar... ¿Qué vamos a hacer?

Juan.

  • No nos vamos a quedar aquí, Pedro. No venimos hasta aquí para rendirnos.

A si frente pasa una mujer embarazada, Luz, pasa frente de ellos caminando lentamente, apoyada en su esposo, Antonio, quién la cuida con mucho cuidado. El rostro refleja una mezcla de solo y esperanza.

Pedro y Juan intercambian una mirada. La escena, aunque breve, les recuerda que están allí; para tener una oportunidad, aunque sea una pequeña.

Luz.

Sonrie débilmente

  • Ustedes también van al norte ¿no?

Juan.

  • Si...estamos buscando un futuro.

Luz.

Mirando al horizonte

  • El futuro...está allá, pero a veces hay que dejar muchas cosas atrás para llegar a él. Y no todos lo logran.

Pedro la observa, sintiendo el peso de sus palabras.

Pedro.

  • ¿Y que harás tu?

Luz.

  • Seguír, como todos, no hay otra opción.

Observa como se van y se pierden entra la multitud, los dos amigos se miran sintió en peso de las palabras de Luz.

Juan.

  • Eso es lo que necesitamos, Pedro. Creer que hay un futuro. Si no lo hacemos...¿Entonces qué estamos buscando?
  • Vamos. El camino no va a esperar por nosotros.




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