Prólogo

     No sé cómo llegue a este punto de mi vida en el que ya no hay muchas que de verdad importen, no sé cómo, pero de verdad pasó. Pero no importa cuanto me esfuerce en hacer todo de la forma correcta, al final de cuentas todo termina mal de una u otra forma. Esa es una de las cosas que son malas, otra de ellas es que a lo largo de mi corta vida mis amigas o amigos van y vienen, se convierten en recuerdos; de esos recuerdos que se ven tan lejanos, tanto como si fueran imaginarios, es triste recordar todos los buenos momentos que vivieron juntos y darte cuenta de que ya no está mas ahí y se convierten en dos desconocidos más.

    Los amigos se cuentan con la palma de las manos, es algo que siempre nos han dicho y siempre lo he creído, y no creo que lo deje de creer. Pero creo que no tengo ninguno, bueno al menos tengo una amiga, el único problema es que con ella no puedo hablar de cualquier cosa, por dos motivos, probablemente no comprenda que quiero decir, o que no conoce de las personas que les estoy hablando; aunque haya estudiado con ellos toda su vida. El punto es que a ella le tengo mucha confianza pero tampoco puedo hablar sobre cualquier cosa con ella.

    He sufrido muchas cosas a esta corta edad; más sobre cosas emocionales que físicas, todos absolutamente todos hemos tenido esos momentos en la vida que son depresivos o triste, en alguna muerte de un familiar o la perdida de alguien muy cercano a nosotros. Eso es exactamente lo que me pasa a mi, aunque mis perdidas no han sido del todo familiares, o sobre alguna muerte, estas continúan doliendo como si estuviera en un infierno personal. A lo largo de mi vida me han dado mascotas, el único problema es que estas siempre se van, ya sea por motivos ajenos a mi persona, o que mis padres ya no los quieren debido a mis hermanos. Pero no se si ustedes han tenido este sentimiento de estar tan unido con una persona o a algún animal solo para que este desaparezca de tu vida y no lo vuelvas a ver, especialmente cuando ya le tomaste mucho cariño. Esto es lo que sucede en mi familia cada que una nueva mascota entra a la familia.

    Las mascotas son lo más importante para mi, ya que estas te escuchan y puedes hablar con ellas aunque no te puedan responder ni dar consejos, ellos han sido los mejores en momentos difíciles de mi vida. Han sido tantos que es imposible para mi acordarme de cada uno de ellos, pero aun así son lo más importante que he tenido en mi vida. Me desahogo con ellos cuando mis padres están enojados, cuando mi papa nos regaña a cualquiera de mis hermanos o a mí, el tiene un carácter muy fuerte y solo los animales me han ayudado a superarlo, porque de estos temas no lo hablaría con cualquiera de mis amigas o amigos sin empezar a llorar; no importa que sean: perros, gatos, conejos, cuyos, hámster, o algún otro animal ellos siempre estarán contigo y te acompañaran hasta donde su vida les dure. Pero ahora ellos también se han ido.

    Me he dado cuenta de que las personas que más quieres y adoras son las que más te hieren y te destrozan, a veces es por accidente, otras veces es por un malentendido, a veces lo único que la otra persona quiere es verte feliz y luego destruirte, burlarse de ti y que nadie, absolutamente nadie crea en tu lado de la historia, esas son las peores de todas, destruyen tu credibilidad, hacen que te vuelvas insegura, que no confíes ni en tu propia sombra.

    La soledad se ha vuelto en mi compañera de vida, con ella he compartido la mayor parte mi vida.

    Todo lo que he vivido a sido por algo, pero nunca espere llegar a hacer lo que hice. Mi frustración en esta vida me ha llevado a hacer cosas de las que me arrepiento, pero el karma siempre regresa y éste es mi miserable castigo; porque tal y como dijo Víctor Hugo: "El infierno está todo en esta palabra: soledad". Y aunque eso siempre lo supe todo cayó como una explosión, que no se disipó; esta decidió acompañarme para el resto de mi vida, hasta el final de mis tiempos...