El prejuicio de tu mirada

Cap 9

-Quiero que me entrenes 

 
-pero luna yo…. 


-nada de luna dime Nina y quiero que me entrenes- hace unos días hubo una pelea a la entrada de la manada y me sentí realmente inútil, no pude pelear y solo me delegaron a esconderme o “protegerme” con los demás. 


La luna de la manada tiene que dar esa  paz y tranquilidad para la misma, pero nadie me dijo o me habló de la impotencia de no poder hacer nada, esa zozobra el miedo y la misma angustia de perder a tu ser querido que en mi caso tristemente viene siendo Bellamy. 


Entonces tome la decisión de entrenarme y estar lista para lo que se venga. 


-Se que te pongo en una posición difícil, pero necesito que me entrenes Ágata –  se sorprende un poco al ver que sé su nombre – es necesario que me sepa defender, no puedo quedarme de brazos cruzados y ver qué las mujeres de están manada están sobrevaloradas no?

 
- está bien mi Luna, la convertiré en la mejor guerrera. 

Fueron días y semanas difíciles pero mi cuerpo al parecer estaba listo para un tipo de entrenamiento tan fuerte y exigente, las peleas de cuerpo a cuerpo son mi fuerte, pero el uso de armas ya es otro cuento, mi cuerpo empezó a tener cambios y lo que tenía flácido se estaba poniendo consistente, mis curvas se definieron más que me hacían ver más sexi de lo que era. 


Isabella descubrió lo que hacía asi que quiso también entrenar y resultó que su fuerza de voluntad era verdaderamente  envidiable, había momento en los que recibía una paliza y aun así nunca tiro la toalla y de un momento a otro el chisme se rego como  pólvora y ya teníamos como un club de solo mujeres que como yo querían defenderse y poder defender los suyos.  Al ser lobas su fuerza y capacidad de curación era magnífica por lo cual no quedaba evidencia de lo que hacíamos.

 
Que porque era un secreto? Resulta que es una manada que se rige por costumbres un poco arcaicas dónde la mujer siempre tiene que ser la damisela en peligro. 

Hoy fue un día un poco pesado; mi cuerpo y corazón se siente pesado debido al rechazo de Bellamy duele, él no lo sabe pero cada desplante, cada mala mirada es como una punzada a mi corazón, me he sentido débil y he revisado en los libros una posible solución y la única es rechazarlo pero eso implicaría que él pierda a su lobo y su lobo me agrada mucho. Pero relax! Estoy en una solución un poco drástica pero conveniente para todos. 

-Nina cuando pensabas decirme lo que andas haciendo – y ahí está él, exigiendo como si tuviera derecho. 


-hola Bellamy buenas tardes no te enseñaron modales? 


-yo hablo como quiera en mi casa 


- ha si perdone mi Alfa – le digo con fingida vergüenza- no sabía que tenía que comunicar lo que hago, porque cómo soy la luna de esta manada creí que tenía derecho a algo.

 
- tu aún no eres la luna oficial, no todavía- eso último lo dijo en forma de advertencia- sé lo que haces? Estás poniendo a mi manada en mi contra- se acerca peligrosamente- y no dejaré que lo hagas. 


-que usted cómo el gran Alfa de esta bella manada no se dé cuenta de la falencias y de las cosas que solicita el pueblo no es mi culpa- me le acercó y lo miro fijamente- es una manada que no tiene un líder.

 
-como te  atreves – dice muy molesto.

 
-que? No es verdad? Tienes una Luna y no le das tu lugar, han habido ataques y el alfa no da explicaciones a la manada  y por si fuera poco tengo que ver, al que debería ser el amor de mi vida, anda sufriendo por un amor falso. 


- de que hablas – me dice nervioso. 


-De ese amor del cual estás atado- apunto a su corazón – crees que mis ojos solo ven la energía? He tenido que aguantarme tus desplantes aunque no me los merezca  y ciertamente la única razón por lo que no te he rechazando como es debidamente – su rostro palidece- es por tu lobo que es el único que me agrada, pero tranquilo ya estoy solucionando eso- eso último lo digo molesta. 


- me amenazas? Yo no tengo la culpa de no enamorarme de ti, soy un hombre fiel a sus sentimientos he ideales y lo siento pero la Diosa luna no todo lo sabe – golpea una mesa molesto.

 
- si en eso tienes toda la razón, la Diosa luna se equivoca en cosas, como el que tú seas el alfa de esta manada- si me pase, pero en mi defensa no soy yo, es mi enojo. 


-Como te Atreves, tu que sabes de mi manada si apenas eres una aparecida…. 


--que es más querida que tú! – digo victoriosa.

 
-tu no sabes nada, no opines mejor no hables – le da una fuerte patada a la puerta logrando partirla- te crees gran cosa? Y no eres nada- se acerca a mi molesto tratando de intimidarme pero eso no va a pasar- perdón si soy fiel a mis sentimientos- lo dice sarcásticamente -pero tu? Me vas decir que de un momento a otro te gusto?- se empieza a mofar de mi- no hay nada más rastrero que eso- y hasta ahí fue mi paciencia y le di una fuerte cachetada. 


- El día que vea a la verdadera rastrera que te tiene atado, me daré el gusto de ver la cara que pondrás cuando te saque de tu mundo de fantasía. 


-ella murio- me empiezo a reír.

 
- hay en definitiva me voy a divertir ese día, lo que siento por ti créeme que se va acabar y me quitaré ese peso de encima, eres tan patético que no te das cuenta de como te está percibiendo la manada y que pienses que porque me quedo en tu casa ellos se van a comer el cuento, me hacer ver qué no eres ese alfa de que tanto me hablaban- lo dejo con sus pensamientos y me dirijo a mi habitación. 



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