El Príncipe del Inframundo

3. Cicatriz

En su espalda se forma una gran V invertida, parecida a la cicatriz de unas... alas.

—Dal, no creo que sea para...—Mira su espalda por medio del reflejo en el espejo. —. Es la marca de unas alas, ¿verdad? — asentí, aún estupefacta.

—Esto definitivamente no es normal, en absoluto —agarro su mano

—No creo que sea necesario...

—Claro que sí, tenemos que hablar con los muchachos — y nos encaminamos escaleras abajo.

Al entrar en la cocina aún quedaban señales del desastre, pero al verlos, vi lo mucho que se estaban esforzando, estaban vueltos mierda. Ellos al ver a Kayla con esa mirada de "voy a matar a todos", parecieron haber entrado al borde de un colapso nervioso. Damián se tensó, y comenzó a limpiar con más rapidez.

—Ya estamos terminando, Kay —dice Tate, nervioso —solo 5 minutos, por favor.

No pude evitar soltar una carcajada al verlos asustados por ella. Aunque, era entendible, cuando la morena a mi lado se enojaba, parecía tener a Leviatán reencarnado en ella. <oh, vamos, Daliane. Tú no te quedas atrás. Si ella es así, en ti reencarna Leviatán multiplicado. > reprochó mi subconsciente. 

Voltee a mirar a Kay que parecía ida mirando un punto fijo en la cocina.

—Tenemos un problema —ellos me miran. —. Kay... —le llamo

—¿ah? —dice distraída.

Hago una seña con mi mano recordando su espalda —. Ah, sí, sí. Esto... Ya saben, chicos, Daliane a veces se pone de dramática. No es nada importante —se encoge de hombros. 

—No creo que esto no sea nada importante —la giro de espaldas a ellos y con cuidado levanto su camisa. consecuente de eso, escuché dos "mierda" al unísono.

—Pero que... ¿son alas? —Tate ladea su cabeza —oh, mierda, sí, son unas alas.

—No unas alas, imbécil —niega Dam golpeando su cabeza—. Es la cicatriz —Dam se acercó lo suficiente para mantener una distancia prudente. Observó la cicatriz con atención para luego murmurar algo que no pude entender y alejarse.  

Kayla baja bruscamente su camisa y se voltea a mirarnos con enojo —. ¿que parte de no es importante no entienden?, dejen de dramatizar cada cosa que pasa y concéntrense en lo que de verdad importa —espeta, para luego salir de la cocina con rapidez dejando una brisa a su paso

El aire entra por mis fosas nasales, y en ese momento, me doy cuenta; su energía había cambiado de una forma errónea. Terriblemente errónea. Un flashback pasó rápidamente por mi memoria recordando que hace dos años había pasado lo mismo, solo que su duración fue efímera y no se había hecho sentir como esta vez como para preocuparse. Pero esta vez, evidentemente si había de qué preocuparse.  

—Dal, ¿qué pasó con el demonio? — la voz de Dam me hace salir de mi ensimismamiento. Le miro y noto cómo sus facciones se tensan.

—Si estás pensando que él tiene algo que ver, lo dudo. —aclaro —, Kay ni siquiera se acercó lo suficiente para plantear esa posibilidad.

—Bien, ¿pero que paso? algo tuviste que hacer como para saber su nombre —enarca una ceja.

—Mm, a ver —Finjo pensarlo poniendo un dedo en mi mentón —: ­Él estaba causando problemas entonces puede que yo usara mis poderes haciendo que "accidentalmente" se golpeara contra una pared. -Debiste verlo, fue asombroso.- El caso, luego él y yo tuvimos una mini luchita donde le dije que lo iba a devolver de una patada en el trasero al infierno, nos dijo humanos banales y despreciables, blah, blah. Intercambiamos nombres, y puede que después lo empujara contra una pared como despedida —sonrió inocentemente —. Ya sabes, lo normal.

—Daliane zelina amery —empezamos con la tortura —. Fuiste muy irresponsable al exponerte de esa manera. Sabes perfectamente que tus poderes en algunos momentos se debilitan y...

—En mi defensa —le interrumpo levantando mi dedo índice —, ¡la vida de alguien estaba en peligro! dame un poco de crédito. Además, deberías estar orgulloso; golpee a un príncipe del inframundo, a el príncipe. —enmarco lo último orgullosa.

—y lo estoy — esboza una sonrisa —. Solo que la prudencia y la obediencia no son unas de tus cualidades.

Hago un gesto desdeñoso restándole importancia a lo último causando la risa de los presentes en la cocina. —pero no deberían sorprenderse, soy yo, por favor—sonrió con suficiencia.



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En el texto hay: angeles, demonios, brujas

Editado: 04.06.2019

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