El principe y la Hechicera

3. LA REINA DE LOS BOSQUES

Un fuerte golpe le despertó, nada mas abrir los ojos se encontró con varios hombres apuntándole con sus arcos y de entre ellos salio otro encapuchado y con el rostro cubierto uno de los hombres lo detuvo.

-Espera, no sabemos si es peligroso, déjenoslo a nosotros.

El encapuchado lo aparto de un empujón y le ofreció la mano a Edgar para ayudarlo a levantarse, este la acepto y lo levanto, estaba sucio ahora si que era como las demás gentes, el encapuchado lo agarro del brazo con fuerza y se lo llevaba, mientras lo hombres se interpusieron en su camino y otro le hablo.

-Pero que hace, se va a llevar a este hombre al campamento, esta loca, no sabe quien es y si es un infiltrado y nos delata.

Edgar había escuchado la palabra ¨loca¨ aquella persona no era un hombre, si no una mujer, entonces se quito la capucha y dejo ver una larga melena color azabache, una piel morena, labios gruesos y mirada seria.

-Le veis acaso un peligro, no veis que esta aquí solo en el bosque, sin comida, sin agua, queréis dejarlo aquí a su suerte y que muera, eso es lo que queréis, pues yo no, nos lo llevamos, el nuevo rey esta dejando a nuestro pueblo en la miseria, no pienso permitirlo. 

Ella los aparta a todo a empujones y comienzan a caminar por el bosque adentrándose mas y mas, hasta que se detienen, de repente cae una cuerda y Edgar mira hacia arriba, todas las casas están colgadas en los arboles, unidas por puentes, impresionado sube hasta arriba, allí Edgar puede ver la magnitud de toda la población que hay, en su curiosidad quiere saber como y por que lo han construido.

-Una pregunta si no es molestia, pero como y por que habéis construido todo esto.

la mujer se detienen y Edgar puede ver que no es mucho mayor que el, tendría unos 22 o 23 años, sus ojos color marrón le miran de manera inquisitiva.

-el como es fácil, con la madera que hay en los bosques, no talamos los arboles ni destruimos nada, solo cogemos de aquí y de allí, de pequeños arboles y el por que de aquí arriba, abajo no es muy seguro, pasan muchos guardias, mas veces de las que nos gustaría, hay veces que nos encargamos de ellos, otras solo los dejamos pasar.

Ella le suelta y se va hacia una casa, se mete en ella y poco tiempo después sale con unas ropas distintas, esta vez Edgar puede ver su estilizada figura, su rostro al completo, la ve hermosa, una imagen que graba en su cabeza, se acerca a Edgar.

-Bueno y tu que hacías en el bosque solo, no tienes a nadie.

Edgar debía pensar una historia y rápido, no podía decirles nada de lo que le había sucedido, le tomarían por loco, así que pensó en una historia creíble. 

-Me llamo William, vivo, bueno vivía en la ciudad, pero los altos impuesto puesto por el rey me han dejado sin casa, mi familia murió en la guerra y yo hice lo que pude durante un tiempo, después me fue imposible seguir y tuve que marcharme de la ciudad, no sabia que hacer ni a donde ir, así que me refugie en el bosque, pero después de varios días vagando, solo quería morir.

La joven le mira esta vez con mas calma y pena, Edgar no puede apartar la vista de su bello rostro y en ve en su mirada que se ha tragado la historia.

-Bien William, yo soy Eleodora, jefa de los marginados y los que el rey llama deshechos, aquí vivimos en paz y armonía y tu seras bienvenido a nuestro hogar.

Eleodora lo lleva por varios puentes hasta una casa, le invita a pasar y entra con el.

-Este sera tu nuevo hogar, no es mucho, pero al menos estarás bajo techo cuando llueva, también tendrás comida y ropa nueva ademas te conviene un buen baño, no hueles muy bien.

Edgar se huele los sobacos y tenia razón, apestaba, cogió las nuevas ropas y antes de que se marchara Eleodora quiso saber algo mas.

-nunca había oído hablar de vos, como es que nunca os han mencionado en ningún sitio.

Eleodora se gira y con una sonrisa que Edgar le pareció lo mas hermoso que había visto, ella le responde.

-No queremos peleas, ni ser conocidos, con vivir en paz nos vale, mientras tengamos víveres y los imprescindible nos basta.

Eleodora se marcha y Edgar sale de nuevo y le pide a uno de los guardias que lo lleve a lo baños para poder darse el baño, el guardia lo lleva hasta un estanque no muy lejos de donde están, allí se mete y se asea, se toma su tiempo y poco después oye a toda la gente vitorear y gritar, sale del estanque y corre para ver que esta pasando, cuando llega se encuentra con Eleodora y varios de sus hombres en un carromato lleno de comida y cofres llenos de oro, Edgar no sabia nada de eso, se acerca hacia ella.

-Oye lo habéis robado, no teméis que el rey os encuentre y os de caza.

Ella vuelve a sonreír y entre risas le responde.

-El rey es un patán, no vale para nada, le robamos todos los meses y el no se entera, sus guardias lo tiene bien ciego, ya han intentando capturarnos varias veces, pero siempre salen perdiendo.

Edgar empezaba a estar furioso, como es que no había sido informado de todo eso, y se enfureció aun mas al ver como toda aquella comida y oro era repartido alegremente a todos lo que estaban allí, no podía consentirlo, tenia que hacer algo, pero no era ni el momento ni el lugar adecuado para hacerlo, así que resignado y furioso solo miro como todo era repartido, pero al mirarla a ella, la veía sonreír, la veía feliz y eso no le molestaba, pero aun así debía parar todo esto, planeo algo que le hizo sonreír y esa misma noche lo puso en marcha, mientras todos dormían, el se mantuvo despierto, bajo rápido y se movió por el bosque en silencio hasta la ciudad, se acerco a unos de los guardias y le dio toda la información que necesitaba.



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En el texto hay: fantasia, amor, magia

Editado: 10.03.2019

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