El principe y la Hechicera

4. LA HUIDA

Edgar había planeado minuciosamente su plan para ayudar a Eleodora, pero llevaba ya varias horas en una esquina mirando sin parar a la entrada de las celdas, intentando buscar el valor para hacerlo, la noche ya había caído y la luz de las antorchas que iluminaban la ciudad era lo que necesitaba para llevar su plan a cabo, escondido en las zonas oscuras se aventuro a salir de su esquina y se acerco sigilosamente a la puerta de las celdas, se detuvo a medio camino y espero a que el guardia se moviera, no tardo en moverse y en hacer su ronda, ese era su momento, se acerco a la puerta, agarro el pomo y tiro, pero la puerta estaba cerrada, lo intento varias veces por si no era en la dirección correcta, no tardo en darse cuenta de que uno de los guardias tendría la llave, y eso no iba a ser tarea fácil, tenia que averiguar que guardia era y no podía hacerlo si iba así vestido, su plan se desmorono por completo y tuvo que idear otro a toda prisa, no tardo en ver que la única manera de conseguir la llave, era vestirse como uno de los guardias y buscar uno por uno a ver quien era el que poseía la llave, pero aquí se volvía a complicar la cosa, como iba a conseguir un traje de guardia, volvió a pensar y lo único que se le ocurrió era dejar a un guardia inconsciente y ponerse sus ropas, volvió sigilosamente a su esquina y miro a ver que guardia era mas adecuado para atacar y poder robarle sus ropas, vio a uno alejado en la esquina de los muros, pero debía sortear a varios guardias antes, miro a su alrededor y sin pensárselo mucho mas se movió, fue rápidamente tras un carromato, escondido tras el y al amparo de la oscuridad, se movió de nuevo para ponerse tras un montón de paja, los dos primeros guardias ya no molestarían, le quedaban tres, vio como los guardias se movían y que ruta tomaban vio que se giraban al mismo tiempo y sus miradas se iban hacia otro lado, aprovecho eso y se movió hacia lo muros, en una esquina apretujado contra la pared, se quedo quieto, dos ya no iban a ser un problema, le quedaba solo uno para llegar hasta su objetivo, el ultimo era un guardia que llevaba un armadura pesada y un gran mazo, se movía de un lado a otro en intervalos muy cortos y con una ruta de guardia corta, tuvo que darse prisa, cuando se girase y pudiese moverse, justo en el momento en que se gira, Edgar se mueve y va a toda prisa hacia un montón de cajas, se tira en el ultimo segundo, pero el ruido alerta al guardia que inmediatamente se va hacia las cajas, cuando ya esta cerca a pocos pasos otro ruido, lo alerta otro guardia, este era de mas alto rango, avisándole.

-Oye tu, no dejes tu posición, vuelve.

el otro guardia le explica por que ha dejado su posición.

-Lo siento señor, pero escuchado un extraño ruido proveniente de esas cajas, iba a inspeccionarlo.

El otro deja su posición para ir hacia el guardia de la armadura pesada.

-Un ruido dices, que clase de ruido. 

Edgar empezó a escuchar las pisadas acercarse hacia el, estaba perdido, le iban a pillar, pero entonces en un ultimo acto de desesperación, hizo lo que nadie haría, fingió ser un gato y empezó a maullar, los dos guardias empezaron a reírse y los pasos comenzaron alejarse, aliviado por su loca idea, miro de nuevo al guardia que tenia como objetivo, no le quedaba mucho, así que se movió con rapidez en la oscuridad y se puso tras el guardia, este no escucho nada y con un golpe certero en la nuca lo deja inconsciente, después lo arrastro hacia una de las cabinas que tenia la murallas y se encerró hay para cambiarse salio con torpeza y cerro la puerta fue a la posición en la que estaba y poco después hicieron el cambio, los guardias cambiaron sus posiciones, Edgar aprovecho ese momento para caminar entre los soldado y ver quien tenia la llave, no tardo en da con el, el guardia de mas alto rango tenia la llave en su cinturón, parecía todo estar en contra suya, el guardia que tenia la llave fue a su posición y el se fue hacia la puerta de las celdas, esto no podía ir peor para el, de repente un grito salio de la puerta y se imagino las torturas que le estarían haciendo a Eleodora, tena que darse prisa, se movió de su posición para ir hacia el guardia que tenia la llave, ninguno se percato de su presencia o solamente lo ignoraron, pero se puso tras el guardia y agarro la llave, por fin la tenia en sus manos, tiro de ella suavemente, pero no consiguió arrancarla del cinturón, el guardia al notar el tirón se giro y Edgar rápidamente soltó la llave, este le miro enfadado.

-Que hace usted aquí, debería estar en su posición. 

Edgar se giro y se marcho de nuevo a su posición pero de repente el guardia le llamo de nuevo-

-Eh tu, vuelva aquí. 

Edgar pensó que le habían pillado, ya no tenia escapatoria, se giro y volvió hacia el guardia.

-Quien eres tu, conozco a la mayoría, pero a ti nunca te he visto por aquí.

Edgar estaba perdido, pero rápidamente se le ocurrió una mentira.

-Soy nuevo, vengo del reino de Lefreya, me han enviado aquí y no se que es lo que tengo que hacer.

-Vaya, con que un novato, este nuevo gobernante no envía a los nuevos y nosotros nos tenemos que hacer cargo de vosotros.

el guardia le indica donde tiene que ir, Edgar no desaprovecha la oportunidad y se le ocurre una idea muy buena, se gira, agarra la llave y se cae al suelo simulando que tropieza, la caída hace que la llave se suelte del cinturón del guardia, la esconde rápidamente y el otro guardia ofuscado le ayuda.



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En el texto hay: fantasia, amor, magia

Editado: 10.03.2019

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