El Prodigio

Capítulo 19

En la noche me fue imposible pegar ojo, me giré para un lado y después para el otro mientras me iba mentalmente y divagaba en lo que hice mal, la confianza es difícil de construir y sin embargo es tan sencillo romperla, como todo. Amistades o relaciones de años se pueden romper en un segundo y en algunos casos por cosas tan tontas, debe ser una forma en la que la vida se ríe de nosotros, de nuestros intentos y nuevamente de nuestros fracasos, cometiendo los mismos errores siempre. Cuando la luz comenzó a verse a través de mi cortina fue cuando me di cuenta que me había desvelado, otra vez. Me levante de la cama y mi cuerpo era el mismo de siempre reprochándome el descanso que no había logrado tener, pero lo ignore y bajé a la cocina. Tenía un estilo mezclado entre el lejano oeste y latino, los azulejos de la cocina tenían colores variados, pero combinaban a su manera mientras que los muebles eran todos de madera, la puerta de entrada era mi favorita literalmente era la puerta batiente que se ve en las películas, normalmente se ve en las cantinas del viejo oeste. 

Me senté en la mesa mientras me servía el jugo de naranja en un vaso, suspiré, a veces sin importar lo cansado que estes tienes que seguir, de la manera en la que lo estaba haciendo o al menos intentaba. Alguien hablo, pero no entendí lo que decía, se oía lejano, me sacudieron hasta que abrí mis ojos, levanté la cabeza y vi a la persona que menos quería, Ian. 

—Buenos días, al parecer te quedaste dormida en la cocina— Él lucía bien, el cabello estaba mojado pero peinado y llevaba esas camisas de mezclilla que me hacían acordar a uno de esos leñadores. Me lo imaginé golpeando la leña con la camisa abierta admirando sus cuadrados bien esculpidos que una vez pude ver sin querer, sin darme cuenta sonreí como tonta —¿qué te causa gracia? —me pellizcó el cachete y lo miré con desagrado. 

 

—Imaginaba como te ganaba en una pelea—mentí, no podía saber lo que realmente era, pero ¿desde cuándo teníamos tanta confianza como para que me pellizcara un cachete? siento que tenemos ese tipo de relación en la que a veces parecemos amigos y en otros enemigos, aunque a veces ni siquiera sé que somos, es tan difícil comprenderlo, sus acciones me confunden de manera que cuando creo que me odia hace algo que es opuesto y así indefinidamente. Por eso decidí tratarlo de manera neutra para simplificar las cosas. 

 

—Tu hermano quiere hablar contigo— dicho eso mastico la tostada que no había notado llevaba en su mano y se marchó. 

 

Increíble, sé fue y no me dijo dónde estaba. Deduje que estaría en el mismo lugar de siempre, esa sala donde está la enorme estufa y varios sillones a juego, mi decisión fue correcta. Él se encontraba leyendo algo así que no notó cuando entré y me senté, el me daba la espalda sin embargo habló de pronto. 

 

—Buenos días 

 

—Buenos días repetí—se giró para verme  

 

—Quería hablar sobre lo de ayer, me pasé con lo que dije, pero quería que entendieras la gravedad de la situación en la que estas, no quería preocuparte, pero sabes bien que estas en peligro y aun así te metes en problemas, yo solo perdí la compostura porque a veces es agotador ser el mayor, siempre tengo que cargar con todo, pero a su vez tampoco quiero que cargues con cosas que de las que no tienes conocimiento o con las que no tienes nada que ver. Malia me he sentido solo y vacío por tanto tiempo que cuando creí que iba a ser una persona fría por siempre apareciste tú y entonces sentí que por primera vez después de mucho tiempo conteniendo la respiración volvía a respirar aliviado. 

 

—Lo siento, no quiero arruinar la relación que aún estamos construyendo, pero te prometo que la próxima vez que ocurra algo serás el primero en saberlo—el camino directo a mí y extendió sus brazos, al entender lo que quería me levante sin decir una palabra y lo abracé y así nos quedamos sin percibir el tiempo. 

 

Después de eso desayunamos afuera en el jardín en una parte que no conocía, me encantó ese lugar porque encima neutro y alrededor había una bóveda con arcos de madera alrededor nuestro, me dijeron que son rosales, pero estos florecen en primavera, aunque ahora solo se ven ramas enredadas por doquier sería lindo verlas algún día. 

—Va siendo hora de que vallas a estudiar —dándole el último sorbo al café lo miré sonriendo 

—¿No puedo saltarme las clases hoy? 

—No  

Sin decir más me despedí con otro abrazo y fui a vestirme con las mismas ganas que un perezoso trepa un árbol. Me miré rápido en el espejo, aunque en ese momento me hubiera gustado no haberlo hecho, un enemigo mortal me asechaba amenazando con arruinar mis lindos ojos de manera permanente, afortunadamente las ojeras que ahora sí podía tapar gracias al maquillaje que ayer habíamos comprado. Ahora lucía encantadora, me sonreí y salí corriendo hacia abajo mientras me pechaba con alguien debido al apuro. 

—Cuidado —la voz masculina de Ian me tomo desprevenida, ¿su voz siempre sonó así de bien o el café de la mañana tenía alguna droga? 

—Perdón  

—¿A dónde vas corriendo así? 

—A estudiar 

—Dereck está ocupado así que hoy te llevo —mientras hablaba se peinaba el cabello, esa manía a él le quedaba bien. 

Nos acomodamos en la camioneta, pero todo esto me resultaba raro, el que creía quería tenerme lejos ahora me llevaba a la universidad, sonaba a broma, pero de esas que no te provocan risa. El olor a su perfume impregnó el ambiente así que baje la ventana. Él me miro extrañado 

—Tu perfume es fuerte 

—No me puse perfume —dijo sonando obvio,aunque sin mirarme realmente mientras manejaba 

 

¿Y ahora que me estaba pasando con? ¿Por qué me siento así con él? ,no puede ser...

Me pasé todo el día en blanco, no podía creer como alguien podía hacerme sentir de esta manera en tan poco tiempo, pensé que no me agradaba, pero me costó darme cuenta que me es imposible ignorarlo cuando estamos en el mismo lugar y aunque no hablamos casi nada en el viaje fue tranquilizador para mí. Cuando tuve la oportunidad le consulte a la persona más cercana a mí, pero Rubén me miro de una manera tan burlona que me dieron ganas de tirarle el táper con comida en la cabeza. 



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En el texto hay: romance, magia, ficcion

Editado: 19.07.2022

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