El Prodigio

Capítulo 25

De manera inesperada cuando entraba en casa mis padres estaban allí junto a mi hermano y podría decir que fue la mejor bienvenida de mi vida. Corrí a abrazarlos y ellos me correspondieron de manera cálida, me aturdieron con besos. Cuando finalmente fui liberada de tanto cariño se acercó Dereck que me miraba serio mientras me ofrecía un regalo. 

Lo abrí lentamente mientras los demás esperaban en la entrada, apenas habían esperado a que abriera la puerta y ya estaban aquí, era evidente que todo esto lo tenían planeado. Retiré el envoltorio gris para ver un libro grueso con un título extraño, "Espadas y Torres", lo miré perpleja y como notó que no tenía idea de que era me explicó 

—Es un libro de los torneos, para que sepas más de ellos, está todo detallado. 

—Ya veo —dije sin poder ocultar el poco entusiasmo, realmente no era de leer mucho y menos un libro grande, sólo de pensar la cantidad de páginas que tenía me hacía sentir mareada 

—¿No te gusta? —Se reía como si lo hubiera hecho a propósito 

—Sí, pero tiene muchas páginas 

Se acercaron mis padres que sonreían emocionados, era entendible ya que era el primer cumpleaños que pasábamos después de mucho tiempo. 

—Aquí tienes, esperamos que te guste 

Tome la bolsa que me dieron, dentro había un libro más bien una especie de álbum, cuando lo abrí observe las fotos que no recordaba y un nudo que creí haber olvidado apareció de nuevo en el pecho, eran fotos de cuando era niña junto a mi familia, a todos se los veía tan felices y bien que no pude evitar llorar. Ellos me consolaron hasta que me calmé me indicaron que abriera la bolsa, resulta que aún había algo dentro, una cámara. 

—Para que hagas nuevas fotos y recuerdos —mamá se veía feliz, parecía un sol cálido que brillaba de forma intensa. 

Después de un rato, noté que no había vuelto a ver a Ian desde que llegamos, desapareció, aunque eran las dos de la mañana no fui a acostarme porque tenía una inquietud y emoción a su vez. Salí fuera enseguida el aire helado perforo mi rostro, pero permanecí allí mientras me abrazaba con el saco grande que llevaba para soportar el frio, admiré la luna durante un rato. 

—Malia—una dulce voz pronunció mi nombre y mi corazón salto de mi pecho. 

Camino unos pasos hacia mí mientras lo veía, tan lindo como siempre me sonreía, él me ofreció un ramo de flores las tomé y olí en ese momento me sentí como en una novela. Parecía mi príncipe di dos pasos hacia él y me colgué de su cuello mientras lo besaba, sus cálidos labios obedientes me correspondían, mientras nos besábamos con miedo a separarnos como si el poco espacio fuera algo malo, entonces nos apartamos para respirar y solo para volver a unirnos. 

Nos apartamos, acarició mi mejilla de manera dulce, pero tuvo que hablar 

—No podemos —se separó de mí, no podía entender otra vez tenía esa actitud estúpida. 

Antes de que pudiera decir algo, unos pasos resonaron hasta nosotros y de la sombra apareció Dereck 

—¿Se puede saber qué hacen a esta hora aquí? — su voz inusual era amenazante 

—Hablábamos —dije  

Él le indico a Ian que se retiraba, le hizo caso y se fue sin siquiera mirarme, eso me provoco un dolor que no podía entender. 

—Malia, no sé qué te traes con él, pero te pido que lo dejes antes de que sea peor para ti, él no es el indicado—Agrego como si hiciera falta, sentí que me pegaba una patada en el pecho con lo que acababa de decir. 

Lo miré enojada 

—No es tu decisión decirme eso, voy estar con quien quiera, porque esa decisión no te corresponde a ti. 

Se acercó con pisadas firmes y una mirada que daba miedo 

—¿Crees que lo digo por maldad? es por tu bien, si se enteraran nuestros padres no sé cómo reaccionarían 

—Pero si ellos lo aprecian 

—Sí, igual que un súbdito no que un hijo—su voz ya sonaba demasiado fría, al lado del frío exterior que no era gran cosa 

El calor del enojo recorrió mi cuerpo, no entendía como no podía estar con la persona que quería 

—Basta, no vas a decirme que hacer... 

—Bien, voy a tener que expulsarlo. 

Después de esa molesta charla gire varias veces en mi cama sin encontrar el sueño, no podía dormir, todos los problemas me rondaban en la mente sobre todo Ian. Tenía que hablar con mis padres no podía quedarme quieta aceptando solo lo que me decía Dereck, tal vez solo exageraba...o no.  

Y así de esa manera empezaba el día de mi cumpleaños, con una sensación agridulce. 

El desayuno resulto fuera de mis expectativas, pese a la mirada Dereck que ignoraba lo demás resulto bien, no había rastro de Ian y eso me inquieto de alguna manera. 

—¿Dónde está Ian? —Dije sin preocuparme que pensaran 

Mi padre hablo, se detuvo a medio camino de un bocado de tostada. 

—Fue a hacer un recado, por cierto, aprovechando que no está, me gustaría saber si lo que me dijo tu hermano es cierto o no 

—¿Qué cosa te dijo? —Fue a decirle , ¿no era que no podían enterarse? 

—¿Ustedes están saliendo? —Contestó mi pregunta con otra, que astuto. 

—Aún no —dije  

—No pueden, no pierdas el tiempo con él —Lo dijo mi padre fue incomprensible y doloroso a su vez, ¿por qué no entienden que no se puede mandar al corazón? 

—Como dije, aún no... 

—No seas así Malia, obedece a papá—Me advirtió

— ¿Por qué? ¿por qué? no entiendo  

— Él no es digno de ti, no quiero oír más nada del tema —mi padre se oía enojado y mamá solo se dedicó a mirarnos y permanecer en silencio. No entiendo por qué me hacían esto a mí, limitándome todo, desde las salidas hasta el corazón, diciendo a quien debo querer y a quién no.  

Me levanté enojada y salí de allí dirigiéndome directo a la puerta principal, sin tomar nada solo las llaves para abrir y salir de allí, me sentía ahogada. Una vez salí comencé a correr como si alguien se tomara la molestia de seguirme, tenía mucho enojo que corría por mis venas, necesitaba aire. Aunque era de mañana el frío no era rival para mí en ese momento, llegué hasta la calle sin detenerme en ningún momento y las lágrimas se juntaron con el enojo. No podía creer que después de todo lo que había pasado no me permitieran estar con alguien que me hacía sentir en las nubes, quién me quería como era,ni siquiera tuve la valentía de decirle como me sentía cuando él se había confesado. 



#6847 en Fantasía
#2763 en Personajes sobrenaturales
#1434 en Magia

En el texto hay: romance, magia, ficcion

Editado: 19.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.