Narra Ifigenia
- Por favor, dime que no estás hablando de tu periodo. Dime que no - murmura James con los ojos cerrados.
- Sí, James, estoy hablando de mi periodo.
- Los llevaré a una farmacia ahora mismo - dice Rose, levantándose de inmediato.
Todos se quedan en silencio y yo sigo en estado de shock.
- ¡Están locos! Ella tiene 21 años, todavía no termina la universidad. ¿En qué rayos estaban pensando? - dice Derek.
- Derek, cállate, cierra la boca, ¿de acuerdo? - dicen todos al unísono.
James comienza a caminar rápidamente hacia el coche y yo me quedo parada en el lugar. Él me va a dejar, lo va a hacer. Carolina pasa un brazo por mi cintura y camina conmigo.
- Ven tú también - murmuro asustada. - Vengan todos, por favor - digo con los ojos llenos de lágrimas.
- Claro - dicen todos al mismo tiempo.
Llegamos al auto y Rose se sienta junto a mí.
- Déjame ese sitio - murmura James.
Ella asiente y se sienta en el asiento del copiloto.
Juego nerviosamente con mis manos y la primera lágrima cae inevitablemente.
- Ifigenia - murmura James mientras me acomoda el pelo.
- No me dejes, por favor, no me dejes - susurro.
- No te voy a dejar, pequeña, nunca lo haría. ¡TE AMO!
- ¿Estás seguro?
- Diga lo que diga esa prueba, estaré junto a ti.
- Te amo, James.
Llegamos a la farmacia y James y yo entramos a comprar la prueba. Después salimos apresuradamente y nos dirigimos a casa. Todos nos esperan impacientes y yo entro al baño sola. Sigo las instrucciones y hago la prueba. Ahora solo queda esperar. Abro la puerta y veo a James sumergido en sus pensamientos.
Narra James
Estoy sumergido en mis pensamientos.
¿Qué pasará si ella está embarazada? Una parte de mí quiere que lo esté, pero sé que esta obsesión que siento por ella solo crecerá más. La sentiré aún más mía de lo que ya es. Pero el hecho de que tenga un hijo mío en su vientre, que tengamos ese lazo irrompible, la hace aún más mía.
Parte de mí estará dentro de ella y eso es hermoso.
¿Cómo cuidar a una embarazada? ¿Le hará daño respirar el aire de la ciudad? ¿Le hará bien caminar? ¿Qué puede comer? Tendré que investigar para poder cuidarla, tendré que buscar información en Internet. Si esa prueba sale positiva, tendré trabajo esta noche.
Ifigenia toma mi mano y juntos vemos el resultado.
Narra Ifigenia
Dos rayitas, dos malditas rayitas.
- ¿Qué significa eso? - dice James.
Miro la caja con las instrucciones.
- Ha dado positivo.
Miro a James a los ojos.
- No me vas a dejar, ¿verdad? Te necesito - digo llorando, casi suplicante.
- No te voy a dejar, mi amor - dice abrazándome.
- ¿Estás seguro?
- Por supuesto - dice poniendo su mano en mi vientre. - Aquí está nuestro bebé.
- Me alegra que tú seas el padre de mi bebé - digo sonriendo.
- Y yo me alegra que tú seas la madre de nuestros hijos - dice sonriendo. - Porque no quiero solo uno - dice guiñándome un ojo.
- ¿Estás loco?
- Estoy loco por ti - dice y me besa.
- Pensé que me abandonarías, que tendría que contarle a mi hijo una historia de un padre que huyó, pero no, estoy tan feliz de que seas un hombre responsable - digo abrazándolo.
James sonríe amablemente.
- Después de tanto tiempo juntos, aún no me conoces del todo. Creo que tenemos mucho trabajo por delante ahora, tenemos que adelantar la boda.
James sonríe y se inclina para besarme en los labios.
Luego, todos se acercan para felicitarnos. No puedo dejar de llorar de emoción. Voy a tener un hijo del hombre que amo y él no me abandonó.